Bowie

CAPÍTULO 1

El avance de la ciencia y tecnología ha adelgazado la línea entre la realidad y la ficción. Desde que la creación de los primeros robots y la generación de la inteligencia artificial, el ser humano ha buscado la perfección de la construcción de cuerpos cibernéticos, durables, permanentes y considerablemente más resistentes que el envoltorio carnal que el orden natural otorga al humano en el momento del nacimiento.

Sin embargo, con el avance en el desarrollo de androides y la evolución de los softwares de inteligencia artificial, el dilema ético moral en la conciencia primitiva de las “evolucionadas” civilizaciones humanas no se hizo esperar. El creciente miedo de que la máquina pudiera ser más inteligente que el humano mismo y, por ende, más racional, las decisiones que la máquina tomaba para la supervivencia de la raza humana de una manera sustentable, eficiente y realmente evolucionada, eran decisiones radicales a ojos de la humanidad.

Con estos crecientes miedos, en muchos países, el desarrollo de la inteligencia artificial se canceló y prohibió de manera contundente, dejando abierto solo el campo del desarrollo de organismos biomecánicos para la mejora natural del cuerpo humano, los cuerpos humanoides con tecnología de punta, pero sin la programación de los androides del proyecto inicial.

Mientras esto pasaba en el “Mundo” de los humanos, en el de las brujas, magos y hechiceros, se hizo caso omiso de las prohibiciones de los humanos e ignoraron los miedos de la humanidad, debido a que, el alma, la esencia de la persona, por más avanzada que fuera la tecnología, nunca podría programarse. La máquina nunca sería un humano.

Los magos comenzaron a estudiar y especializarse en la combinación de mágica con tecnología, logrando avances que nunca podrían tan siquiera vislumbrar los humanos. Mientras los humanos seguían sumidos en el oscurantismo tecnológico, los magos y brujas de la actualidad usan con frecuencia estas herramientas que les permiten esconderse a plena vista, así como evolucionar sin que los humanos, temerosos de la magia, se dieran cuenta.

 

 

En lo profundo del Bosque de los Llantos, hay un pueblo fantasma, literalmente; una aldea de unas diez casas que, aunque enormes y muy hermosas, fueron abandonadas hace mucho tiempo, pues en el bosque que la rodea hay presencias fantasmales que, si bien es cierto no son agresivas, perturban la paz de las familias que vivían ahí. Nadie se acerca a ese bosque, al menos, ningún ser humano. Algunos magos y brujas se habían mudado a las casas abandonadas, principalmente aquellos que practicaban artes oscuras, viviendo entre las penumbras, la oscuridad y haciendo del misterio que rodea el bosque su hogar.

En esta aldea, el Mago de la Luna se había instalado en una de las casas más grandes. La casa era de arquitectura victoriana con muchas habitaciones, una biblioteca, un estudio y el jardín de la parte trasera está unido con el resto del bosque, haciendo imposible diferenciar cuando termina la casa y cuando comienza el bosque.

El cambio de domicilio del mago no era por gusto o casualidad. En aquella aldea abandonada habían encontrado el espacio perfecto para poder realizar el ritual de resurrección de Alquimia Necromante. Al ser una de las casas más grandes, está alejada del resto, dándoles al mago y a su hermano la privacidad necesaria para poder llevar a cabo todos los experimentos necesarios.

La habitación que correspondía al comedor de la casa se convirtió en un taller al puro estilo Frankenstein, los bocetos y planos de diseño del nuevo cuerpo mecánico que ocuparía el alma de Cobra estaban proyectados en las paredes de la habitación; mostrando a diferentes escalas cada una de las partes que integrarán el androide.

Mientras Ángelo trabaja en el diseño y en la parte tecnológica, Peter se ha concentrado en buscar a los magos y brujas que lo ayudarán a llevar a cabo el ritual, siendo ésta es la tarea más difícil ya que, si bien es cierto que los magos no tenían las reservas que tenían los humanos a cerca de la necromancia combinada con la tecnología, desde que el nuevo Emperador Nornodiano había decretado la nueva legislación de inclusión mágica, la práctica de las artes oscuras se había hecho acreedora de la constante vigilancia de las autoridades y guardianes de la paz.

Peter viaja a la Bahía del Olvido en busca de unas viejas colegas, unas trillizas lo suficientemente dementes y diestras en el arte de la necromancia como para ayudarlo a revivir a la antigua líder del Clan cazador de brujas. En su recorrido por la ciudad construida sobre los naufragios, se encuentra con una vieja conocida.

- Mamba… - dice con su acostumbrado tono ceremonioso y carente de algún tipo de emoción.

- Peter… - contesta Mamba sorprendida cuando el Mago se detiene frente a ella. – De haber sabido que te encontraría aquí, hubiera venido antes. Sí que eres difícil de encontrar.



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En el texto hay: androides, necromancia, magosybrujas

Editado: 23.06.2021

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