Boy Almighty

Capítulo 4.

Solía soñar con los bellos recuerdos del pasado, pero ahora solo estaba la mirada de Harry acusándolo.

Había dejado de despertar en medio de la noche. Había dejado de sentirse culpable de muchas cosas con el paso del tiempo, pero ahora volvía a despertar gruñendo con fuerza. Pasaba sus manos por su cabello, una y otra vez, para quitar el dolor de cabeza que le producía las imágenes de sus pesadillas.

Era Harry, una vez más. Era el maldito de Harry.

(...)

—Gracias por llegar temprano —Des estiró su mano y Matt la agarró asintiendo. Él podría dar su cabeza por Des y eso es una lastima.

—No hay de qué —responde tratando de mantenerse en pie.

—Sobre tu hijo —Des chasqueó sus dedos tratando de recordar algo, Matt lo observó con ojos entrecerrados—. Luis. Necesito que lleve a mi hijo al colegio, y que lo traiga de vuelta, ¿eso está bien para él?

Matt asintió pero había escuchado la mitad de lo que Des había dicho. El ojiverde sonrió y dijo algo sobre aumento de dinero, lo cual Matt ignoró yendo a su lugar de trabajo; afuera, el frío despertándolo.

Apenas eran las cuatro de la mañana cuando despertó y llegar a la casa de los Styles tomaba tan poco tiempo que seguramente si durara más Matt estuviera siendo llevado a un hospital por haberse dormido mientras manejaba. Como sea, apenas el reloj marcó las seis él agarró su celular de su bolsillo trasero y marcó al número de su hijo.

—¿Qué? —respondieron en un gruñido.

—Buenos días para ti también, Louis.

—Estoy durmiendo, papá —suspiró con fuerza—. Tuve un día terrible ayer y solo me faltaba que llamaras a las... ¡Oh Dios, estás llamando a las seis de la madrugada! ¿¡Qué diablos te sucede, papá!?

—Tu mamá se enterará de tu vocabulario —amenazó—. El señor Des me dijo que debías llevar a su hijo al instituto.

—¿Qué? ¿A su hijo, el gay? —la frustración y repugnancia se escuchaba en su voz por lo que Matt rodó los ojos.

—Sí, chico hetero —respondió—. No quiero que lo rechaces, dijo algo de dinero, Louis. Tiene que ser bueno.

—No, papá —exclamó enojado—. No puedes estar haciendo esto otra vez. ¡Ya tengo suficiente con cuidarlo en la maldita escuela por ser un deforme! Ahora tengo que llevarlo.

—Y traerlo —sonrió, Louis fingió llorar desde la otra línea—. Trata de ser su amigo, Louis. Puedes llevar el auto de mamá hasta que tengas el tuyo.

—¿La camioneta? —pregunta interesado.

—Sí.

—Juro que lo golpearé si me toca, papá —amenaza y Matt frunce su frente.

—Deja de ser un idiota, Louis —dice antes de cortar la llamada.

Louis, desde la comodidad de su cama, gritó enterrado su cara en la almohada. Se sentía furioso, de tal forma que su piel se comenzó a erizar y su odio hacia su padre subió solo un poco porque al final del día, Matt seguía siendo su padre.

Tuvo que levantarse de su cama y tratar de vestirse. La tarea fue complicada, dado que su ánimo estaba por los suelos y sus ganas de consumir algo estaban por las nubes.

Tres horas más tarde, iba manejando el coche de su madre con una sonrisa pintada en sus labios y trató con todas sus fuerzas olvidarse de Styles, pero ya estaba en su casa en media hora y su padre lo esperaba en la entrada junto a él.

—Me alegra que me hayas hecho caso —elogió su padre, sonriendo en grande y Louis rodó los ojos gruñendo.

—Juro que si mi auto no está en casa cuando regrese no te hablaré nunca más y dejaré esta mierda de cuidar al marica —exclamó con odio.

Louis había ignorado con una fantástica perfección el hecho de que Harry estaba justo al lado de Matt, quien abrió los ojos en grande y lo miró para observar su expresión, pero era la misma de siempre; deprimido.

Harry había bajado la cabeza y permaneció en silencio, lo que molestó a Louis. Estaba cansado de lo mismo, el rizado dejándose hacer por los demás mientras seguía en silencio. Estaba cansado de su idiota forma de querer llamar la atención de todos a su alrededor.

—¡William! —gritó.

—¿Qué? —preguntó con fastidio—. Llego tarde al colegio, papá.

—Lo siento tanto —Matt se disculpó hacia Harry, que le sonrió de lado negando y terminó subiéndose al auto rápidamente—. Hablaremos en casa —advirtió a Louis antes de que él arrancara.

Louis rodó los ojos y se subió al auto, bufando y evitando que el enojo se le subiera la cabeza, pero el simple movimiento de Harry a su lado colocándose el cinturón y golpeando su rodilla, lo superó. 

—Bien —susurrócomenzando. Harry saltó en su lugar, lo que el castaño ignoró fácilmente—. Lo que pasó en el instituto...

—No importa —se apresuró a decir Harry—. No se lo diré a nadie.



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En el texto hay: larry stylinson, gay

Editado: 20.03.2019

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