Buscando a mi madre

Capítulo 28: No podemos tocarlo


 

Ángel está sentado en su pequeña mesa, ha terminado de almorzar, como siempre está solo, después de la pérdida de su familia, vive así, en silencio, en paz y tranquilidad, vive agradecido con Dios por haberle dado la dicha de conocer a Jazmín, si ella no hubiera aparecido en su vida, seguro ya se hubiera muerto de tristeza, o tal vez, él mismo hubiera acabado con su dolor. Al escuchar que alguien toca la puerta, se levanta de la silla y abre.

 

—Buen día, ¿qué desean? —Saluda el hombre mayor, con cortesía, mirando al policía con preocupación, él vive en un lugar muy tranquilo, es muy raro ver funcionarios por los alrededores.

 

—¿Usted es el señor Ángel? —Pregunta el funcionario con la mirada llena de rabia, ya que se siente molesto por haber escuchado que una joven fue víctima de abuso sexual por parte del hombre mayor.

 

—Sí, en que les puedo ayudar. —Dice el señor con respeto, abriendo su puerta por completo.

 

—¡Queda detenido! Por abusar a una menor de edad. —Exclama el policía mientras le coloca las esposas al pobre hombre.

 

—Usted está equivocado, jamás he tocado, alguna mujer, que no haya sido mi difunta esposa. —Dice muy asustado Ángel.

 

—Todo lo que diga, será usado en su contra, así que lo mejor es que guarde silencio. Tiene derecho a un abogado y si no tienes como pagarlo, se le asignará uno. Entendió. —Informa con un gesto de molestia total. Lo empuja a la camioneta, él, al caer, se lastima una rodilla. Ambos policías se ríen.

 

Ángel se queda en silencio, pensando sobre quién le estará ocasionando este mal. Y la única persona que se le viene en mente es Oliver. Se acomoda en el asiento, pero su rodilla sigue doliendo y mucho.

 

Mientras uno de los funcionarios llama a Oliver y le informa que Ángel ha sido detenido, al enterarse de eso se tranquiliza y decide acostarse a dormir, él desea que Ángel pague, que muera en la cárcel, a su parecer Ángel él es un sádico y no merece estar libre.

 

Después de dos horas y media, la patrulla llega al poblado de McLean, los funcionarios lo llevan directo a una celda, al llegar muchos policías se meten con él, lo insultan y no solo ellos los presos en las diferentes celdas también arman un alboroto. 

 

Él trata de hablar y explicar los motivos, por lo que se encuentra arrestado, los compañeros de celda al escucharlo, notan lo pacífico que él es, ninguno se atreve a hacerle ningún daño, ya que el que manda adentro de la prisión lo defiende y prohíbe que lo toquen, hasta que el juicio sea llevado a cabo.


 

Oliver está en su cama, tratando de descansar unas horas para volver al hospital. Escucha su teléfono sonar, así que con mucha flojera se levanta y toma el teléfono.

 

—Dime. —Habla Oliver con flojera y sueño.

 

—El anciano, ya está en el calabozo, le iban a dar una golpiza, pero los reclusos cambiaron de parecer y ahora lo protegen.

 

Olive, indignado, se levanta de la cama rápidamente. 

 

—Págale a alguien para que haga el trabajo sucio, o dile a algunos de tus muchachos que lo golpeen. —Dice con furia.

 

—No podemos, uno de los líderes de la prisión, prohibió a todos los presos que lo tocaran, no queremos que vaya a ver un motín, así que lo mejor es esperar hasta después del juicio. —Cuestiona el oficial que busco a Ángel a su casa en la playa.

 

—¡Qué suerte tienen los que no se bañan! ¿Dónde está el inspector Jhon Smith? 

 

—Él no está, anda en la persecución de unos ladrones, cerca de la parada del Central Park Ave.

 

—Cuando llegue, que me llame. —Gruñe Oliver.

 

—El anciano, convenció a todos, de que es inocente, ¿usted realmente está seguro que el abuso a su hija? —Pregunta con curiosidad el oficial.

 

—Sí, por supuesto, completamente seguro, y ¿cuándo lo llevan a los tribunales? —Pregunta con malhumor.

 

—Mañana a primera hora la Juez va a ver su caso, necesitamos que su hija dé la declaración o si no va a quedar en libertad. 

 

—Ok, ya voy al hospital, para hablar con ella. Aunque ella está un poco mal de salud, no sé si pueda ir. —Dice muy pensativo Oliver, él no sabe si su hija lo va a apoyar.

 

—Haga lo posible, para que asista. —Declara el oficial de manera desafiante, él mismo está creyendo lo que escuchó del propio Ángel.

 

Oliver cuelga la llamada, maldice por no haber logrado su propósito, él deseaba que todos los reclusos lo mataran a golpe.

 

—¡¡Qué rabia tengo!! Muchas personas opinan que tomar decisiones rápidas, solo lleva a una cosa, al fracaso, pero yo no creo eso, yo siempre he decidido mi futuro y el futuro de mi familia y nunca me he arrepentido de mis decisiones, sé que lo que estoy haciendo en estos momentos es lo mejor para mi niña, ese viejo debe pagar por lo que le hizo, yo confío en mi instinto y sé que él es, culpable. —Piensa Oliver mientras se baña y sale al hospital, decidido a contarle a su hija, y si es posible obligarla a confesar que Ángel es la persona que abusó de ella.

 




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