Buscando a mi madre

Capítulo 40: Obligada

 

 

«El que se ve en una situación peligrosa piensa con las piernas»

 Ambroce Bierce.


 

-----Narrador-----


 

Jazmín se ha quedado paralizada al ver a estas personas afuera de su Universidad, sus manos han empezado a sudar y en su corazón diversas emociones han empezado hacer su jugada, no sabe si correr, llorar o gritar. Ella decide regresar por donde vino y hacerse la loca. Pero una voz la hace frenar.

 

—Jazmín, no te vayas, por favor, debemos hablar. — La joven sigue su camino haciendo oídos sordos al llamado que le hacen, ella no quiere enfrentarse a James, el terror la invade y por su mente pasan imágenes de lo que su exnovio le hizo en su fiesta de graduación. Oliver sale corriendo y la detiene.

 

—Jazmín, porque corres, debemos hablar de lo que pasó ese día, James acaba de volver y me entere por medio de Emily que fue gracias a ti. —Pronuncia con firmeza su padre.

 

—No quiero hablar con él, ni contigo, y no fue por el que quite la denuncia, fue por Emily, no debe ser fácil para una madre estar alejada de su hijo, —dice Jazmín con miedo, ella está temblando y no se da cuenta.

 

—Hija ven, —dice su padre tomándola por el brazo.

 

—No quiero, déjame tranquila. —Habla la joven asustada y nerviosa, su voz sale entrecortada.

 

—Hola Jazmín, ¿cómo estás? —Pregunta James a la joven, ella no voltea a verlo, simplemente lo deja hablando solo, pero ellos no se dan por vencido. 

 

Caminan tras ella, su cabeza está en las nubes, así que no se da cuenta del hombre que tiene al frente, es su hermano mayor Mario. Él la frena.

 

—Ya es hora que madures, necesitamos hablar contigo o vienes o te obligamos a ir. —Le dice Mario, en un tono algo amenazante.

 

Ella no pronuncia palabras, solo se deja llevar por su hermano y padre, no sabe para donde. La montan en el vehículo y todos se dirigen a un restaurante muy cerca de la universidad.

 

Oliver, y Mario, más su madrastra, van en la parte de atrás de la camioneta negra, mientras James va a delante de copiloto. Al llegar al lugar se bajan y piden una mesa, Jazmín sigue en silencio, trata de pensar en cómo salir de esta. 

 

—Siéntate Jazmín, perdona por traerte a las fuerzas, pero ya es hora que hablemos, somos tu familia, debes escucharnos, —dice su hermano algo molesto, él cree que Jazmín no tiene razones para estar lejos de su hogar.

 

—Hija, Emily nos dijo de lo que hiciste, ya sabemos que quitaste la denuncia. Y de verdad no entiendo el porqué, si James realmente era culpable no hubieras hecho eso. 

 

—Dinos la verdad. —Dice su hermano, con ira. 

 

—Él me violó y yo lo denuncié porque se lo merecía —dice ella mirando al suelo. Todavía está muy nerviosa por la presencia del malvado hombre enfrente de ella.

 

—Tú más que nadie sabes que lo que dices es un embuste. —Declara el hombre, con la cara demacrada, del trabajo que pasó como soldado en Afganistán. 

 

—¿Qué dices?, según tú, es mentira lo que digo. Eres un enfermo. —Escupe ella, mientras toma aire y procura agarrar un poco de valentía para enfrentarse a este cobarde.

 

—Sí, es mentira, tú y yo nos íbamos a casar y ambos decidimos entregarnos en alma y cuerpo. Por tu culpa tuve que estar fuera de mi país. —Expresa James, mientras golpea la mesa con fuerza, su madre lo tranquiliza tocándole el hombre, él aprieta los puños y esconde su mano por debajo de la cama.

 

—James, vamos a pedir algo para comer y seguimos con esta conversación. — Dice Emily con una sonrisa de oreja a oreja.

 

—Yo no quiero comer, solo que me dejen en paz. —Menciona ella con la mirada llena de ira.

 

—Jazmín compórtate. —Grita su hermano, ya molesto por no entender la actitud de su pequeña hermana. 

 

—Cállate Mario, eres un metiche, si no me van a creer entonces no me juzgues. —Habla Jazmín con su frente en alto, ya no se va a dejar humillar.

 

—Todavía eres una niña malcriada. —Murmura, su hermano, mientras cierra su boca por la mirada tan fea que le acaba de dar Oliver.

 

—Ya tú escuchaste lo que declare en la corte, y si quite la denuncia no es porque soy una mentirosa, lo hice porque Emily me lo pidió, ella me dijo que James es. — Dice Jazmín sin miedo y con sinceridad. Pero su madrastra la ha interrumpido.

 

—No Jazmín, él no lo sabe y Mario tampoco, por favor yo en otra ocasión se lo voy a contar. —Pronuncia la víbora dándole una mirada nerviosa a sus hijos.

 

—¿Qué nos van a contar? Pregunta Mario.

 

—Nada hijo, luego hablamos. —Responde la mujer mientras le pide un café al camarero.

 

—Bueno, Jazmín, tú dices que él te violó y él dice que no, — Dice su padre, mientras cruje los nudillos y mira con el ceño fruncido a James.

 

—Ya el pasado queda en el pasado, ya no importa, aléjense de mí, déjenme vivir tranquila y feliz. —Dice la joven con la voz llena de dolor y amargura.

 

—Jazmín, queremos decirte, que James pidió casarse contigo, él me pidió tu mano y yo acepte. — Dice Oliver con tranquilidad y descaro.

 

—Jajaja, todos ustedes están locos, primero muerta antes que casarme con este mald*** desgraciado que me arruinó la vida. —Garantiza Jazmín a todo pulmón sin importar si las demás personas dentro del restaurante la escuchen.

 

—Seguro estás confundida, y lo que creíste que fue una violación fue producto de tu imaginación. — Dice a la defensiva James.

 

—Estoy segura, de lo que tú me hiciste, aléjate de mí y Oliver no me llames ni me busques más, fue un gran error haberte dado mi número, y jamás me voy a casar con este troglodita primero muerta. ¿Entendiste? Y sabes que con tal de escapar de ti soy capaz de todo.




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