Buscando a mi madre

Capítulo 45: ¡Quiero que seas mi sucesora!

Después de supervisar las dos tiendas en los dos centros comerciales, regresamos a la empresa, estoy agotada de escuchar tantos comentarios sobre mí.

Claro, yo me lo busqué, por seguir intentando lograr tener al menos una pareja estable, ya veo que eso nunca va a suceder, así que de ahora en adelante no más salidas, no más intentos, yo en este cuento no soy una princesa, soy dueña de mi vida y si alguien llega a mí no es porque vaya a rescatarme si no más bien a acompañarme.

Yo voy a escribir mi vida y la viviré a mi manera, ¡qué importa que me digan solterona!, ya no me importa lo que hablen en contra de mí. Debo mentalizarme que yo soy diferente, nací para romper ese esquema de que las mujeres deben casarse o formar un hogar o una familia, es mejor estar sola que mal acompañada, desde hoy esa será mi forma de pensar, realmente, el destino lo escribo yo, porque soy dueña de mi propia vida.

Las mujeres podemos salir adelante sin necesidad de un macho al lado. No lo intento más, le cierro las puertas de mi corazón al amor.

Va a hacer la hora de almorzar, ya hice mi pedido a mi restaurante favorito, 2 cervezas, pollo con papas fritas y mucha salsa roja, cuando estoy deprimida como ahorita, como eso y mucho, siempre al hacerlo me mejoró en un santiamén.

Mi teléfono suena, veo la pantalla, es un número desconocido, volteó al escuchar la puerta y mi comida entra, jajaja bueno, mi secretario trae mi pollo con papas fritas y las cervezas, ya me conoce, sabe que ando melancólica. Él me regala una gran sonrisa.

—¿Podemos hablar? — Pregunta mi secretario con apacibilidad.

—Si claro siéntate, ¿deseas acompañarme? Esto es mucho y no quiero desperdiciar nada. —Le hablo, con cariño, lleva años trabajando a mi lado y se ha vuelto un buen amigo.

El teléfono sigue sonando, ¡qué desesperante es esta persona! Así que decido responder la llamada.

—Sí dígame. —Hablo en tan solo un susurro, mientras le hago seña a Samuel para que me espere.

—Oye mocosa, ¿eres una celebridad o qué? —Pregunta alguien de forma grosera.

—¿Quién eres? —Pregunto algo molesta.

—¡Tu hermano mayor!, mocosa.

—¿Ni siquiera tiene el número de su hermano? Esa grosera engreída. —Dice mi cuñada, seguro cree que no la escucho. ¡Qué tonta!

—¿Para qué llamas? —Digo aún molesta, que descaro llamarme después de lo que me hizo.

—Oye, ¡no escogiste casarte con James aquel día porque querías hacer lo que te diera la gana! Yo quería que se casaran, más cuando me entere de lo que hubo entre ustedes, no puedo creer que hace dos meses salieras con un jugador de béisbol y ahora sales con un actor. ¿Es que cambias de hombre como cambias de pantaletas? —Grita mi hermano algo molesto, hace años él y mi padre querían obligarme a comprometerme con mi violador. Yo no lo acepte y me negué, me aleje de ellos más de lo que estaba.

—¿Así que por eso llamaste? —Menciono sin emoción alguna. No puedo permitir que logre desestabilizar.

—Probablemente, no te importa lo que está pasando con papá, ya que nunca lo visitaste, porque estás muy ocupada, avergonzando a la familia. Pero al menos, ve las noticias, papa sale en libertad condicional hoy, no me importa si nunca nos visita, pero deberías venir hoy, papa te mando a llamar, es urgente, ¡él está muy enfermo!, y necesita ver reunida a su familia.

—¿Este es tu número? —Pregunto con hambre y pereza, esta es la hora, en donde a menudo trato de tomar mi siesta, por supuesto después de un buen almuerzo, más cuando estoy algo estresada.

—Sí, lo es, puedes guardarlo por el amor a Dios. —Dice mi hermano Mario con un gran suspiro.

—No cambies tu número, sería una molestia tener que bloquearlo otra vez. —Expreso mientras me rasco la nuca, tomo el teléfono y cuelgo la llamada, bloqueo el número y continuo comiendo en silencio, mi secretario me ha dejado sola, a él no le gusta escuchar conversaciones privadas. Por eso es que me gusta trabajar con él, es único en su especie.

-------Narrador--------

En otra parte de la ciudad de Virginia, está el hermano de Jazmín, molesto, ya que la mocosa como él llama a Jazmín, le colgó el teléfono, él solo quería avisarle lo que su padre le comunicó, quiere reunida a su familia. El hombre mayor está llegando a su hogar, después de tres años detenido por lavado de dinero. Hoy el señor Oliver le anunciará a su familia quién será el sucesor de su empresa hotelera, ya que no puede seguir a cargo como director general de su empresa, debido a su delicado estado de salud.

Jazmín tiene su vuelo programado a China a las 9:00 pm, así que decide pasar por la casa de su padre antes de viajar. Ella quiere ir, porque no sabe si la enfermedad puede avanzar y tal vez sea su última oportunidad de volver a verlo, y aunque él le ha hecho mucho daño, quiere despedirse y tal vez le logre sacar algo sobre lo que va a descubrir en su viaje a China. El hombre mayor tiene cáncer en la próstata, según lo que le dijeron, y le da algo de tristeza saber que en cualquier momento su padre podría morir.

Son las seis y media de la tarde, Jazmín se presenta a su antiguo hogar vestida con un traje elegante de dos piezas, pantalón negro con camisa blanca y chaqueta negra, ella camina lentamente, pero con pasos firmes, sus tacones negros resuenan en el piso del gran comedor. Después de 10 años vuelve a esta casa, donde recibió amor por parte de Mulan, pero desprecios por sus demás familiares, estar aquí le ocasiona mucha incomodidad y un profundo dolor en el corazón, al entrar al comedor ve a la familia reunida, todos voltean a verla. La señora Emily, exmujer de Oliver, ve a la recién llegada y voltea sus ojos con rabia sin disimular el odio que siente por la hermosa mujer.

—Hija, ¡llegaste! ¡Ven a comer! —Habla el hombre mayor con felicidad e ilusión. No puede creer lo que está viendo, su hija es toda una mujer.

—No, gracias, aquí estoy bien, no quiero que les dé una mala indigestión a todos los presentes con mi presencia. —Habla con ironía, mientras ve a cada uno de los presentes.




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