Buscando a mi madre

Capítulo 53: Paracaídas

----------Narrador omnisciente----------

Al lado de sus dos seres queridos, Jazmín pasó el día genial, en muchos años ella no se divertía, ya que su trabajo no le permite darse esos lujos, y aunque posee una gran fortuna ella siempre ha puesto en primer lugar su profesión.

En un parque acuático llamado Dino Beach, junto a su tío y su madre Mulan, ella se distrajo la mente, disfrutó al máximo cada una de las atracciones.

Ya es de noche, después de haber descansado unas dos horas en la casa de su tío, ella se encuentra en el aeropuerto, por obvias razones no está sola, Jazmín se despide de su amada familia.

—Gracias por este día, todo estuvo estupendo, sin ustedes no sé qué sería de mí, perdonen todas mis rabietas. —Expresa ella algo decaída.

—Gracias a ti por tener esa estupenda idea de salir a un parque —comenta Mulan con una sonrisa— No te pongas así, pronto nos veremos, prométeme que volverás.

—Lo prometo. —Dice Jazmín entrelazando su dedo meñique con el de Mulan—. Quiero abrir una sucursal de mi empresa en este país. Y tal vez, hasta me mude para encargarme yo directamente de ella.

—Deseo, que tus sueños, se hagan realidad, y cada meta que te propongas la logres. —Habla Jun—. Te he extrañado tanto, mi princesa. —Concluye mientras la abraza—.

—Yo más, sin ustedes me siento sola, y aunque Ángel me acompaña siempre, y lo quiero como a un padre, también los necesito a ustedes. Ahora si me voy, adiós, los amo, no lo olviden. —Jazmín abraza a su familia por última vez, ella siente un fuerte dolor en su corazón, no quería volver tan pronto y mucho menos en el avión de negocios de su padre.

—Jazmín, antes de que te vayas, quiero repetirte algo, no te olvides lo que te dije, aléjate de esa familia, ellos son peligrosos, no aceptes ese cargo porque si lo haces tu vida va a estar en grave peligro. —Concluye Jun, mirando a su sobrina con terror y pánico, él más que nadie sabe, que en esa familia no se puede confiar.

Ella se dirige al avión privado, con pasos seguros y confiada que su regreso no va a ser en vano. Lamentablemente, las cosas no le saldrán como ella quiere.

—Señorita, estábamos esperando por usted, pase rápido y siéntese. —Le dice un hombre con respeto.

—¿Es que acaso mi hermano,ya llego? ---Pregunta Jazmín con odiosidad al hombre de más confianza de su padre, Noah.

—No, señorita, él no puede viajar todavía a los Estados Unidos, porque tiene algunas cosas que resolver en este país. —Articula el hombre algo estresado, a Jazmín esa información la deja más tranquila, ya que ella no quería hacer este viaje junto a su hermano mayor, Mario. El escolta se retira de su lado, va a avisarle al capitán que ya pueden salir del aeropuerto.

—Buenas noches, es su capitán, por favor colóquense el cinturón de seguridad, en breves minutos estaremos despegando del aeropuerto. Disfruten del viaje.

Noah, lleva muchos años trabajando con Oliver, ha sido su escolta, y también ha cuidado de Jazmín y le ha tomado mucho cariño, pero Jazmín no confía en él, después de aquel accidente donde perdió a su bebé, ella desconfía del escolta, lo que ella no sabe es que este hombre ha cuidado de ella, y el día del accidente, él fue el que eliminó, todo rastro que había de ella en el auto donde murieron dos de sus escoltas, ellos no eran malos, solo seguían órdenes y por culpa de su imprudencia ellos murieron.

Después de cinco horas de viaje, el escolta despierta a Jazmín.

—¡¡Señorita!!, colóquese el cinturón, el avión de su padre está presentando una falla en sus motores, estamos buscando el aeropuerto más cercano para aterrizar. —Habla el hombre un poco asustado.

—¿Cómo así? ¿Nos vamos a estrellar? —Pregunta muy preocupada Jazmín. Mientras se levanta del susto.

—No se preocupe, ¡todo va a salir bien! —Dice Noah mientras le agarra su cara, y la ve a sus ojos para que se tranquilice.

Ella, siente que el avión se sacude con fuerza.

—¿Por qué tanta turbulencia? —Cuestiona ella.

—No lo sabemos, uno de los motores empezó a fallar. Dentro de un rato vengo, no te levantes. —Ordena él con angustia, aunque quiere mantener la calma, es muy difícil en una situación como esta hacerlo.

El hombre se retira y Jazmín quiere saber lo que realmente está pasando, así que se levanta y lo sigue.

—Díganme la verdad, ¿es muy grave la situación?, ¿nos vamos a estrellar? —Pregunta muy nerviosa a los tres hombres. Noah, el capitán y al sobrecargo. Las dos auxiliares de vuelo están a un lado con el cinturón puesto, todos están angustiados.

—Señorita, ¡vaya a su puesto! —Grita el capitán si mirar a Jazmín.

—¡¡Quiero la verdad!! —Exclama Jazmín con fuerza mientras se agarra fuerte de la puerta de entrada a la cabina de vuelo.

—Estamos pidiéndole a varias torres de control, del país más cercano, que nos den el permiso de aterrizar, pero no nos lo dan, usted sabe por lo de la pandemia. —Manifiesta con fuerza, el sobrecargo.

—¿Y qué podemos hacer? —Pregunta la joven asustada.

—Mantener la calma. No queda de otra. —Dice Noah sin expresiones en su rostro, aunque está muy preocupado.

Noah, lleva a la joven a su puesto, la ayuda a colocarse el cinturón, en ese instante el avión empieza a perder altura.

—¡¡No me quiero morir!! Por favor has algo —grita Jazmín, ella lo toma por la chaqueta que él lleva y lo agarra fuerte.

—Jazmín, hay un paracaídas, —Dice Noah con la voz fuerte—. ¿Sabes manejarlo? —Pregunta con esperanza.

—¡Sí! ¿Pero yo sola? Y ¿tú? —Alega la mujer todavía agarrada al escolta.

—¿Sabes utilizar un paracaídas, sí o no? —Grita molesto Noah.

—Sí. —Responde ella con seguridad.

—Ven conmigo. —Aclama este.

Jazmín se va con el escolta, este se acerca al capitán.

—Voy a ayudar a Jazmín a que se baje del avión, avísenme en que momento se puede lanzar. —Informa Noah a los hombres.




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