Buscando a mi madre

Capítulo 62: No la lastime 

La noche por fin llegó, Alam se fue con Heydar. En estos momentos Adel están leyendo un libro en mandarín junto a Jamil, ellos en todo el día no han dejado de estudiar, están decididos a aprender y mejorar en el idioma mandarín.

Alam en todo momento los anima y los motiva a seguir adelante con esa meta, cuando ellos vayan a China van a poder conseguir trabajo rápidamente y no se les va a hacer difícil adaptarse.

Estoy muy aburrida, ya han pasado casi dos horas desde que Alam y Heydar se fueron. Aquí, no hay nada bueno que hacer, hay mucho silencio y una paz que da miedo, estoy muy nerviosa, aunque se escuchan pequeños murmullos afuera en el pueblo, siento que este encierro me va a volver loca

—¿Tienen algún teléfono que me presten? —Les pregunto a los jóvenes sentados en el suelo, todo el día han estado leyendo el libro. Ellos me ignoran y siguen concentrados en su lectura.

—¿Hay alguna computadora con internet en este pueblo? —Consulto a los jóvenes, los cuales se miran y luego se ríen.

—Señorita Jazmín, en este pueblo no hay teléfono, ni computadoras y mucho menos internet. —Habla el más joven Adel y coloca sus ojos nuevamente en el libro.

—Eso realmente lo empeora todo, nadie sabe que estoy en un pueblo abandonado en Afganistán. —Digo en voz alta pero en inglés. Ellos se miran y se ríen, tal vez piensen que estoy loca.

Seguro que Ángel e Isabella deben estar preocupados por mí, y mi tío y Mulan deben estar muy tristes.

Estoy segura de que todo mi país debe estar conmocionado por mi gran desaparición.

----------Narrador omnisciente----------

Oliver, Emily y su hijo mayor Mario que acaba de llegar de China, están afuera del apartamento de Jazmín, hablando con el señor Ángel.

—Yo no quiero tener problemas con ninguno de ustedes; sin embargo, Jazmín me dio la orden de no dejar entrar a nadie en su apartamento. —Comenta tranquilamente el hombre mayor con su cabeza blanca como la nieve y su carita llena de arrugas.

—Tú no tienes derecho en nada de las cosas de Jazmín, así que, ¡quítate del medio!, viejo creído. —Dice el padre de Jazmín lleno de cólera.

—Señor Oliver, perdóneme que le diga esto, yo si tengo derecho, más que su amigo, soy como su padre. —Habla Ángel con pereza, el señor mayor bosteza, él está un poco agotado, porque no ha dormido desde que se enteró, de lo que le sucedió a Jazmín.

—Jajaja, su padre soy yo, no seas tonto, quítense voy a entrar. —Se ríe Oliver, luego intenta entrar, pero el abogado de Jazmín se atraviesa y no deja que el hombre pase.

—Lo lamento señor Oliver, el señor Ángel tiene documentos legales que avalan su derecho, Jazmín dejó el apartamento a nombre de él y su empresa a nombre de la empresaria Isabella, ustedes no tienen que venir a reclamar nada. —Les informa el abogado con la voz un poco alta.

—¡Eso es mentira! —Exclama el padre de Jazmín, aún molesto.

—Señor Hernández, no venimos a reclamar la fortuna de Jazmín, solo queremos pasar a su apartamento y buscar alguna fotografía, porque no tenemos ninguna actualizada. —Le explica Mario con franqueza al abogado.

—¡Retírense! Porque si no voy a tener que llamar a la policía para que los saquen del edificio. —Alega el hombre mayor, a la familia—. Señor Mario, mañana venga a buscar lo que necesita, pero usted solo por favor. —Añade Ángel con agotamiento.

—Gracias, señor Ángel, por entender. —Dice Mario mientras se retira del lugar.

—Está bien, nos vamos, pero muy pronto nos volveremos a ver. —Habla Oliver con la voz pedante.

-----------Llamada----------

—Buenas noches, hijo, ¡dame buenas noticias! —Saluda Oliver a su hijo.

—Padre, lo lamento, buscaron toda la noche, pero no encontraron nada. —Le informa el hombre a su padre.

—Voy a contratar profesionales que busquen a mi hija, no debemos depender solo de la guardia fronteriza de ese país. —Dice Oliver.

—Padre, de eso ya me encargué, necesito dinero para pagarle a unos mercenarios, ellos conocen todo en estas tierras, son los más calificados para hacer ese trabajo.

—¿Son de confianza? —Pregunta Oliver a su hijo. —Hijo, si tu hermana falleció, al menos quisiera darle una honrada sepultura, y si está viva, les pago el doble, si la traen sana y salva. —Habla Oliver apresuradamente, su hijo lo nota.

—No se preocupe por nada, ya que eso le hace daño, su cáncer está muy avanzado, lleve la vida con calma. Por supuesto que son de mi entera confianza, pero usted sabe que nadie hace nada gratis y ellos están cobrando una suma muy alta para buscar a Jazmín.

—Por el dinero no te preocupes, yo te doy libre acceso a mi cuenta.

—Gracias padre.

—Nelson, aquí tenemos otro problema, Jazmín antes de irse prohibió la entrada de su familia al apartamento y a su empresa.

—Esa mocosa si es desconfiada.

—Lo que me molesta, es que ella confía más en el viejo de Ángel y en su amiga, y a mí, su padre, no me tomó en cuenta.

—Eso está muy mal, pero usted sabe que ella siempre fue muy malagradecida. —Dice el hombre con el tono de voz severo.

—¡Hijo! No hables de ella en pasado, ella aún está viva. Y por favor no la insultes.

—Perdón, tienes razón, mañana hablamos en persona y no se preocupe por nada, todo va a salir bien.

—Nos vemos mañana. —Concluye Oliver.

----------Llamada terminada----------

********************

El joven al colgar el teléfono recibe una llamada.

—¡Por fin me contesta! —Dice el ex soldado y amigo de Nelson por teléfono.

—¿Qué tal llegaste a Kabul? —Pregunta Nelson con la voz seca.

—¡Todo bien! Mañana, cuando amanezca, salgo para la ciudad Mazar-e Sarif, cuando llegue, hablo con un amigo que tengo allá, para que me ayude con la búsqueda. —Notifica el hombre a Nelson.

—Perfecto, ¡me estás avisando!

—Está bien. —Concluye el mercenario, cansado del viaje.




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