Buscando a mi madre

Capítulo 66: ¿Esto es un sueño?

------------Narra Jazmín-----------

Mi cuerpo tiembla, tengo mucho frío, decidí abrir mis ojos buscando algo con que cubrirme, estoy en una cama muy cómoda con sábanas de seda, estoy desnuda, creo que estoy soñando, al lado mío esta Alam, acostado boca abajo, con los ojos cerrados y sin camisa, yo lo veo y le acaricio el rostro él se despierta y sonríe.

Es un moreno tan bello, sus ojos marrones me recuerdan al cafecito de mis mañanas.

—Tengo mucho frío, ¿podrías abrazarme? —Le susurro acercándome a él. Él lo piensa por un momento y luego se voltea y me atrae a él, luego me abraza con fuerza.

—¡Pensé que morirías! Si te llegara a suceder algo, yo no lo soportaría, te has metido en cada uno de mis pensamientos. —Habla con tristeza Alam.

—¿Esto es un sueño? ¿Verdad?

—Tal vez sí, ¿no te da vergüenza estar tan expuesta para mí? No me conoces, podría hacerte daño. —Dice con la voz seductora, mirando mis ojos y sin soltar sus brazos de mi espalda, él está boca arriba y yo sobre él.

—Quiero que hagas conmigo lo que quieras. —Balbuceo, no sé si estaré cometiendo un error, pero estuve entre la vida y la muerte, así que prefiero arriesgarme y espero esta vez no gritar como loca.

—¿Estás segura? —Me pregunta, pasando una mano por toda mi espalda, hasta llegar a mis caderas, él hace que mi cuerpo se erice, sé que tengo frío, pero el tacto de Alam, calienta mi cerebro y cada parte de mí se estremece al sentir su respiración.

—Nunca en mi vida he estado tan segura, no ves que estoy temblando, quiero que me des calor. —Murmuro con firmeza, lo deseo y quiero saber si por fin puedo curar mi herida, no es que quiera utilizar a Alam, pero desde que James abusó de mí no he podido estar con ningún hombre.

—Prometo hacerte la mujer más feliz —Dice él en voz baja, mientras me acomoda con cuidado en la cama, él se coloca arriba mío, sus ojos me observan con tanto deseo, yo muerdo mi labio y él me besa. Si las luces estuvieran encendidas seguro viera lo sonrojada que estoy.

Me dejo llevar por sus besos y caricias, jamás en mi vida había sentido tanto placer, Alam, es perfecto, es dulce y cariñoso, él toma mi cuerpo con tanta delicadeza que me parece estar en un sueño del cual no deseo despertar.

Estoy acostada sobre él, ya han pasado dos horas dándonos placer, él acaricia mi cabello y de vez en cuando besa mis labios.

—Jazmín, ¡quiero estar contigo por siempre!

—Eso lo dices solo por el momento, pero te aseguro que después que amanezca, ya esto que estamos viviendo, será solo un recuerdo.

—Te prometo que no.

—No hagas promesas que no vas a cumplir.

—Tienes razón, las palabras se las lleva el viento, el amor se demuestra con hechos.

—¿Estás diciendo que me amas? —Le pregunto.

—Me gustas y mucho, eres la primera mujer que se lo digo.

—¿Y cuántas mujeres has tenido?

—Una sola, ¿y tú?

—Ninguno. —Le explico a Alam lo que me sucedió con James y de cómo murió Andrew.

—¡Wao!, me dejas sin palabras, lamento mucho lo de tu exnovio Andrew, ¿y el enfermo que te violó, está preso?

—No, hace 7 años entró al apartamento donde yo vivía con mis tíos y me quería obligar a volver con él, lo denuncié, pero solo le pusieron una orden de alejamiento y bueno, todo es culpa mía, no debí creer en la esposa de mi padre, ella me convenció a quitar la denuncia de violación.

—Que complicada ha sido tu vida. —Él me abraza— Has pasado, por tanto—. Él besa mi frente.

Sigo contándole a Alam sobre mi vida, él con mucha atención me escucha y eso me gusta.

—Entonces, ¿ese bastardo estuvo aquí en Afganistán? —Pregunta pensativo.

—Sí. Le confirmo.

—Yo tengo 7 años aquí, si fue un soldado, no creo haberlo conocido, han venido tantos estadounidenses a apoyarnos, pero ya la mayoría están abandonando Afganistán. —En su voz se nota su tristeza y decepción.

—Y cambiando de tema, yo siento como si te conociera de alguna otra parte. ¿Has ido alguna vez a los Estados Unidos? —Pregunto.

—Sí, muchas veces, mi exnovia vivía allá, siempre iba a visitarla, pero sucedieron muchas cosas, nos separamos y antes de volver a China, aproveché de visitar varios lugares, el último lugar a donde fui, fue a Nueva York.

—Yo casi me quito la vida en esa ciudad. —Le confieso mi mayor secreto.

—¿Y eso porque? —Pregunta con preocupación y tristeza.

—Cuando murió Andrew, yo decidí acabar con mi vida, nosotros teníamos tantos planes y sueños, y sin él, yo pensé que no podía vivir.

—Todos los seres humanos pasamos por ese proceso y poco a poco aprendemos a vivir con el dolor y la ausencia de nuestros seres queridos, a ellos los llevamos en nuestro corazón, yo perdí a mi hermano de la peor manera, su mejor amigo lo mató, pero no de un disparo, lo golpeó con un tronco en el rostro, lo dejó irreconocible.

—¡Ay Dios! —Exclamo aterrada.

—Mi padre sufrió mucho la pérdida de mi hermano, yo dejé mi trabajo y a mi madre por venir a este país, estudié enfermería y vine a Kabul a ayudar a mi padre con su supuesta enfermedad, y ahora él se ha ido del país y antes de hacerlo me recordó cumplir con su voluntad, que es vengar la muerte de mi hermano.

—No es bueno vengarse, eso no sirve de nada, tu hermano no volverá a vivir.

—Lo sé, pero una promesa es una promesa, y mi palabra vale. No sé si Harry está muerto, si lo está no hay necesidad de quedarme y acabar con él.

—¿Quién es Harry?

—Es el coronel que nos persiguió cuando veníamos hacia acá.

—¿Él, fue el hombre que me agredió cuando yo estaba en tu casa? ¿Verdad?

—Sí, el mismo que me llevó detenido, el me odia.

—¿El hombre que yo le lancé la botella fue quien mató a tu hermano?

—Sí. —Contesta con sueño. Yo estoy asombrada con esta información.

—¡Alam!, ya es hora. —Dice alguien detrás de las puertas mientras da pequeños toques.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.