Buscando a mi madre

Capítulo 75: Reencuentro de Jia y Jun.

-----Narra Jia-----

—¿Qué has averiguado? —Le pregunto a delfin sentada en la cama de la habitación del hotel. Él siempre ha sido mi compañero de misiones, aunque era mi subordinado siempre lo he tratado como un hermano.

—Jia, no hay ninguna noticia de Jazmín. —Contesta dejando mi postre preferido en la mesa del dormitorio.

—Ya va un mes y todavía no saben nada, me tocará buscarla por mi propia cuenta. —Digo molesta.

—Debes guardar reposo por lo menos por un mes, descansa, tu última misión te ha dejado mal, asi que no abuses de tu cuerpo. —Habla delfin sentándose a mi lado en la cama.

—¿Que descanse?, tú lo dices tan fácil porque no tienes hijos, no puedo descansar sabiendo que mi hija no aparece, que no hay señales de ella, todo esto es tu culpa, eres tan incompetente. —Suelto con rabia mientras le lanzo una almohada, él, entrecierra sus ojos y se pone serio.

—Jia, ya que no vas a volver a la CIA, no voy a poder seguir siendo tu compañero, Eduardo me mandó a una misión y dentro de algunas horas cuando oscurezca, debo irme. —Manifiesta mi amigo colocando su mano en mi muslo y acercando su cara a la mía.

—Perdón por cómo te hablé, estoy muy preocupada por mi hija y este encierro me está matando. —Declaro mirando sus ojos azules, luego me acerco y beso su mejilla.

—Ya no eres la misma que conocí, por favor cuidate, llevas 3 días de reposo y eso no bastará para que te recuperes. —Murmura cerca de mis labios, acaricia mi brazo con ternura. Yo se que le gusto, nunca le he conocido una mujer, pero lamentablemente no le puedo corresponder, soy muy mayor para él y mi vida es un desastre.

—Tienes razón, ¿me perdonas? —Afirmo arrimándome hacia atrás, él entiende mi gesto, se levanta y sonríe.

—Claro que si Jefa, sabes que tú eres como una hermana, deseo que tu hija aparezca con vida, háblate con Eduardo, el si te va ayudar a encontrarla. —Dice levantándose de la cama y mirando a otra dirección.

¿Me llamó Jefa? Lo hizo porque sabe que me molesta, y nombrar a Eduardo es como decirme en pocas palabras vete a la mierda y busca de nuevo a tu amante. Lo conozco muy bien, está furioso.

—Me tocará hablar con ese cabrón. —Digo con ira, él voltea hacia donde mí y sonríe.

—¡Oye!, si Sofía tu hija te escuchara, se molestaría. —Pensar en mi pequeña se me entristece el corazón.

—¿Y cómo está ella? —Pregunta él.

—Está bien, está viviendo con su niñera y el abogado de Jazmín, ellos la tratan con mucho amor. —Le digo con tristeza.

—Me alegro mucho, bueno, ahora si me retiro, voy para mi habitación, ya que debo empacar mis cosas para irme hoy, si no cumplo con esta misión, Eduardo se va a molestar.

—¿Delfín va contigo? —Pregunto. Ya él no puede darme ninguna información de la misión, ya que he sido liberada de la CIA.

—Sí. —Dice serio ya en la puerta de mi habitación.

—No quiero estar sola.

—Acostumbrate, adiós, que te recuperes. —Se despide secamente.

No me gusta la soledad, después de perder a mi hija y de estar en ese maldito manicomio, sufro de autofobia, yo necesito a alguien cerca, para sentirme segura, soy una ex agente de la CIA con miedo a la soledad, sí, es estupido, pero cada persona en este mundo lucha con sus propios demonios.

**********

—Jia, ya me voy, cuando regrese prometo buscarte. —Suena mi teléfono, es un mensaje de delfin.

—Está bien, adiós, vuelve sano y salvo por favor, te voy a extrañar. —Le escribo.

Después de años de tener misiones, donde fui una espía y di todo de mí, para ayudar y defender mi país, me encuentro sola, estuve obligada a cumplir con el contrato, lo hacía o moría, por encima de todo estuvo mi trabajo no por amor sino por obligación, ¿y ahora que me queda?, nada, estoy sin amigos y sin familia. ¿Y ahora qué hago?

—¿Será que llamo a Jun, mi hermano?

Han pasado muchísimos años desde la última vez que nos vimos, ya es hora de arreglar nuestros problemas, tal vez él sabe algo de Jazmín, estoy decidida, iré a China.

Alisto mi maleta y preparo mi pasaporte, estoy en Roma muy cerca de donde vive mi pequeña Sofía, mi hija menor, cuando me recupere de la herida que tengo en el brazo, prometo volver por ella.

Sofía es muy curiosa, si me ve con el brazo vendado, empezará a hacerme preguntas, y no le puedo contar la verdad.

Decirle a mi niña que me dieron un disparo, cuando estaba rescatando a varias jóvenes estadounidenses, que estaban en Irak secuestradas, es cambiar mi imagen ante ella, no quiero que sedesepcione de mí por la vida tan asquerosa que he llevado.

Mi bebé cree que soy una abogada y que por ese motivo es que estoy tan ausente, no puedo contarle la verdad de lo que fui y de lo que en este momento soy, ya que realmente no tengo nada bueno que ofrecerle, no soy nada.

**********

Después de 12 horas de vuelo, ya estoy en Shanghái, aquí son las 8 de la mañana, estoy afuera del apartamento que era de mi padre, tengo miedo, no sé cómo será la reacción de mi hermano al verme, ¿y si me rechaza?

Me acerco a la puerta, tengo la maleta agarrada con fuerza, estoy nerviosa.

Antes de que logre tocar el timbre la puerta se abre, una mujer con el cabello largo y negro sale, ella usa lentes, sí, es Mulan, la persona que cuidó a mi hija con tanto amor, al abrir la puerta ella me mira con sorpresa, coloca la mano en su boca y toma una gran bocanada de aire y se acerca a mí.

—¿Eres Jia?, ¿verdad? ¿Eres la mamá de Jazmín? Disculpa mis modales, pasa, adelante, estás en tu casa.

—Gracias.

—Déjame ayudarte con esa maleta. —Paso al apartamento, Mulan arrastra la maleta hacia adentro.

Al entrar, Mulan coloca su bolso en la mesa, yo me quedo de pie observando el apartamento donde me críe, está muy bien cuidado, le han hecho algunos arreglos y eso le ha dado un toque más moderno.




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