Buscando a mi madre

Capítulo 85: Atada.

-----Narra Jazmín-----

Sabía que todos a mi alrededor me estaban ocultando algo, me duele que ninguno me haya dicho que Harry estaba vivo, yo pensando mal de todos y ellos en todo ese tiempo que estuvieron ausente me estuvieron protegiendo.

Ver a mi madre y a Heydar heridos y sin poder ayudarme me partió el alma, no sé si están bien, si les pasó algo por mí, por querer ayudarme, nunca me lo perdonaría.

Estoy en una bodega acompañada de la persona que jamás creí ver en un lugar como este, me encuentro atada de mano y de pies, mientras el señor Sunam Admadi está en el suelo frío, lleno de sangre por todos lados, Harry lo ha golpeado una y otra vez, mi suegro por sí mismo no logra ponerse en pie, y yo en mi condición no puedo ayudarlo, me da rabia e impotencia ser tan débil.

Quiero ser más como mi madre, si fuera como ella seguramente pudiera salir de este lugar, pero yo soy débil y no sé si sobreviva a todo esto, quiero ser fuerte por el bien de mi bebé, pero si el señor Admadi muere, Harry va a venir por mí y no va a tener ninguna compasión de que sea mujer, si no ha tenido misericordia de una persona mayor como lo es mi suegro, mucho menos la va a tener conmigo, más cuando tiene la cara desfigurada por mi culpa.

—Así que no piensas darte por vencido, maldito viejo, muérete de una vez, si lo haces te vas a reencontrar con tu hijo en el otro mundo, ¿acaso eso no es lo que tú quieres? —Harry le da una patada a mi suegro en la espalda, esto hace que escupa sangre por la boca.

—¡Ya!, déjalo de una vez, porque no te metes con alguien de tu tamaño, imbécil —Le grito con rabia, Harry se acerca y me da una bofetada.

—Cállate, ya veo que tú quieres que yo adelante la tortura que te tengo planeada, tranquila luego que acabe con este saco de huesos voy por ti, así que espera en silencio. —Dice Harry golpeando nuevamente al señor Sunam, yo volteo mi mirada hacia otro lado, las lágrimas no paran de salir, todo el cuerpo me tiembla no sé si es de la ira por ver lo que este ser le hace a una persona indefensa, o del hambre, ya son dos días en este lugar sin probar un bocado solo insultos y uno que otro golpe en mi rostro.

Lloro por la ira que siento en este momento, ver a una persona morir delante de mis ojos y no poder hacer nada es lo peor que me ha pasado.

—¡Jefe!, ¡venga rápido!, la policía está aquí, ¿y ahora qué vamos a hacer? —Uno de los delincuentes más cercano a este loco llega muy asustado.

—¿En serio?, tan rápido nos encontraron, ¡maldición!, tendré que utilizar mi cebo para salir de este lugar.

—Mata a la chica y vámonos por la puerta del fondo. —Propone el hombre muy angustiado.

—¿Matarla? Es que acaso no tienes cerebro, esa mujer es mi salvavida, ya verás, dile a los muchachos que se preparen para disparar, tú ve preparando el auto.

—¿Qué piensa hacer? —Pregunta el criminal en frente de mí.

—Tú solamente obedece mis órdenes. —Manifiesta Harry.

—Jefe, yo no quiero volver a caer en la prisión, podemos irnos por detrás antes de que sea demasiado tarde.

—A mí tú no me importas y lo que pase contigo menos, tu desobediencia te va a costar caro. —Harry saca su arma y le dispara.

Otros hombres al escuchar el disparo llegan corriendo hacia donde estamos. Yo grito horrorizada, la sangre de este hombre ha caído en mi rostro, Harry es un demente, acaba de asesinar a uno de los suyos.

—¡Jefe!, ¡jefe!, ¿por qué lo mató? —Pregunta uno de los recién llegados.

—Murió por no obedecer mis órdenes, y si ustedes hacen lo mismo, les espera la misma suerte. —Todos los demás hombres se miran entre ellos, Harry está fuera de control, él está muy alterado y no deja de dar órdenes.

Si la policía está aquí eso quiere decir que mi madre está con vida, ella nos encontró.

—Señor Admadi, levántese, no se dé por vencido, vinieron a rescatarnos.

—Hija, discúlpame por todo lo que pasó, yo creí que eras una ramera, pero Harry me contó, que tú fuiste la que le quemó el rostro, gracias por defender a mi hijo, y…

—No hable por favor, trate de levantarse y acérquese a donde mí, debo contarle algo en silencio. —Admadi no puede levantarse está muy débil, él se arrastra lentamente hacia donde mi, Harry no se ha dado cuenta, ya que él está pendiente de lo que sucede afuera de la bodega.

—Espero, que puedas, perdonarme.

—Señor Admadi, yo soy la mujer de su hijo y estoy embarazada, no se dé por vencido, usted debe conocer a su único nieto por favor luche por su vida.

—Me alegro, escuchar eso, Hija, mía, cuida a mi nieto, dile a Alam que me perdone, yo, me arrepiento, de haber sido, un mal padre. —Mi suegro está escupiendo mucha sangre, él sujeta mis pies y con la poca fuerza que tiene rompe con un vidrio que estaba en el suelo la cinta que las sujeta.

—Por favor no se muera, debe vivir y hablar con su hijo, estoy completamente segura que vamos a poder salir de esta. —Trato de animarlo al verlo detenerse y cerrar sus ojos.

Tengo la certeza de que mi madre está aquí, ella fue quien vino a rescatarnos, pensar eso me llena de esperanza, debo salir de aquí y ayudar al señor Admadi y hacerlo por mi bebé, yo voy a hacer ser fuerte y valiente por mí y por todas las personas que esperan que yo sobreviva.

—Quédate tranquila, no hagas ningún ruido. —Murmura el padre de Alam, abriendo sus ojos y tomando una gran bocanada de aire.

Sunam Admadi corta la cinta, y con mucho esfuerzo se sienta y empieza a romper la cinta que sujeta una de mis manos de la silla.

—Corre y no mires atrás, y háblale cosas buenas a mi nieto acerca de mí. —Admadi coloca una mano en mi vientre, yo con mi mano libre suelto rápidamente la cinta que sujeta mi otro brazo.

—Venga conmigo, aprovechemos que están distraídos.

—Solo sería un estorbo, corre hacia atrás de la bodega, hay vas a encontrar una puerta, huye hija mía, protege a mi nieto.




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