Buscando a mi madre

Capítulo 89: Regreso de Delfín y Escorpión.

Jia sale de la sala de interrogatorios y se encuentra de frente con Delfín, ella lo mira y se lanza a sus brazos, aunque siempre le hace creer a todos que es dura y no necesita de nadie, ella como cualquier mujer también anhela ser amada y aunque no sabe expresar sus emociones, no puede dudar que extrañaba mucho a Delfín, él es su amor a escondidas, su confidente y mejor amigo.

—Jia, mi vida, cada día estás más bella, te extrañé tanto, Edu nos contó en detalle todo lo que sucedió con tu hija Jazmín. —Le dice el americano mientras la abraza con fuerza y besa su frente.

—Delfín, mi amor, yo también te extrañé, —Al decir esas últimas palabras ella se aleja apenada—. ¿Escorpión donde anda? —Pregunta tratando de cambiar el tema, y respirando aceleradamente, ella lo ama pero le ha hecho creer al rubio que solo ha sido un desahogo para ella.

—Fue por un café. —Responde él tragando saliva y marcando un poco la distancia.

Delfín terminó el encargo que su jefe de la CIA Edu le encomendó, a él le dolió dejar a Jia sola, y más sabiendo que lo necesitaba, su corazón estaba atemorizado de que ella saliera lastimada en la búsqueda de su hija, así que antes de tiempo terminó su misión.

El presidente de la CIA, también ama en secreto a Jia, luego de liberarla del manicomio y entrenarla para ser una agente, ellos fueron amantes, pero Jia se alejó de él, al ver que la usaba para hacer los trabajos sucios, entre ellos trabajar para el narco mexicano.

Jia arrancó de su corazón el amor, pero al pasar tiempo con Delfín en varias misiones, su corazón poco a poco se fue ablandando, se fue acostumbrando al trato que él le daba, así que después de tantos años, le dió otra oportunidad al amor y se entregó en una noche de borrachera a Delfín, quedando completamente flechada del joven americano.

La hermosa asiática siempre busca cualquier excusa para beber con sus colegas, únicamente para acostarse con Delfín, y al otro día se hace la desmemoriada, cuando él quiere hablar de lo ocurrido ella siempre le dice lo mismo: que no se acuerda ya que estaba muy ebria, que lo mejor es no hablar del tema.

Delfín tiene solo 35 años y por ser tan joven es que ella ha decidido alejarse, Jia sabe que en cualquier momento él va a conocer a alguna jovencita y ella pasará a la historia, no quiere sufrir más desilusiones y por eso lo trata con indiferencia y desinterés, él siempre ha pensado que solo ha sido un objeto sexual para la ex agente, dolido por su trato muchas veces se aleja de la mujer, pero siempre vuelve al ciclo de emborracharse y caer en los brazos de ella, ahora que ha vuelto de su misión no dejará ir a Jia, está vez no.

—¿Dime en qué puedo ayudarte? —Pregunta él con picardía acercándose nuevamente.

—En muchas cosas, —Susurra algo excitada al sentir su cuerpo— pero por los momentos… —Delfín la interrumpe la toma por la cintura y la besa con ternura, Jia aunque sorprendida que él la haya besado públicamente se deja llevar. Un carraspeo los separa.

—Respeten, estamos en una comisaría, busquen un hotel. —Les grita un hombre gordo con una bandeja de café en manos.

—Eh, disculpé —Balbucea Jia todavía en las nubes.

—No me digas que te robé hasta el aliento, y eso que no estás ebria. —Se burla Delfín.

—Si, siempre lo has hecho, pero no solo me has robado el aliento.

—¿De qué hablas? ¿Qué otra cosa te he robado? —Cuestiona el confundido acercándose nuevamente a ella poniéndola nerviosa.

—Siempre tan inocente, por eso es que me gustas tanto, pero luego hablamos de eso, debo interrogar al hombre que secuestró a mi hija. —Ella se vuelve alejar del hombre, y sonríe al ver como se aproxima escorpión a donde ellos con alegría.

—¡Escorpión!, mi querido amigo, —Escorpión le entrega su café a Delfín, la abraza, y empieza a darle vueltas.

—Ya bájame. —Le grita ella. Él se ríe.

—¡Qué bella estás! —Le dice el coqueteando, buscando molestar a su amigo.

—Verdad que sí, pero no olvides que es solo mía. —Repica Delfín entregándole nuevamente el café a su amigo y jalando a Jia de la cintura hacia donde él. Jia se ríe al verlo enojado.

—Ya veo que por fin hablaron de tener algo más serio que noches de sexo, qué lástima, pensé que ahora si tendría una oportunidad para…

—Cállate imbécil. —Delfín empuja a su amigo el cual estaña en una gran carcajada.

—Él solo juega contigo, todavía no has aprendido a manejar tus emociones. —Lo regaña ella dándole un pequeño empujón para alejarse de él.

—Tú eres lo más importante para mí y ahora mucho más que me has dado una oportunidad. —Él vuelve acercarse a ella y besa su frente.

—Luego hablamos de eso, por ahora es de suma urgencia sacarle al criminal afgano toda la verdad, necesito saber quién fue el causante del accidente en el avión y quien le está pagando por ir detrás de mi hija.

—Yo puedo hacerlo, pero debes buscar un cuarto lejos de todo. —Habla Escorpión con seguridad mientras toma un sorbo de su café disfrutándolo en silencio.

—Déjame ver que hago, espérenme aquí, ya vengo. —Jia se aleja de ambos.

Ella llega a la oficina del comandante de la policía, y le pide su ayuda, este al principio se opone a la idea de Jia, pero al ver que dos mastodontes han llegado a su oficina en busca de Jia él inmediatamente les colabora.

Luego de haber trasladado a Harry al sótano de la estación, Jia empieza a golpearlo con violencia.

—¿Crees que me duelen tus golpes?, ¡bruja!, suéltame y peleamos mano a mano. —Grita Harry, Jia ya más calmada limpia su sudor.

—Es tuyo Escorpión, solo te pido que no lo mates. .

—¿Y este quien es? —Pregunta Harry un poco mareado.

—Yo voy a hacer quien te hará llorar como nena, y si no cooperas, te haré que te hagas encima del dolor. —Informa él saliendo de las sombras del sótano con un cigarro en la boca.

—Jejeje, ustedes están loco, cuando yo salga de aquí, esa hija tuya me las va a pagar todas, me gustaría verte la cara cuando la veas sufriendo, primero voy a matar al bastardo que viene en camino, y luego acabaré con el maldito de Alam, tu hija jamás podrá recuperarse de perder a sus dos seres amados. —Escupe él. Escorpión no lo deja terminar, se acerca a él y le toca la herida de su pierna.




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