Buscando a mi madre

Capítulo 91: Te encontré.

------Llamada------

—Doña Lina, buenas noches, soy Jun, disculpe la hora, es para saber cómo siguió Jazmín, me dijeron que estaba en el hospital y bueno, yo quisiera saber si usted me puede mandar la dirección.

—Señor Jun, acaban de darle de alta, ya vamos en camino a mi casa, pero hoy ella no le va a poder recibir, está muy cansada y es muy tarde.

—Está bien, entonces nos vemos mañana.

—Claro que si. Le tengo buenas noticias, mi hijo Alam llegó de Afganistán, ya el está al cuidado de Jazmín, no se preocupe tanto por favor.

—¡Su hijo está con vida!, eso me alegra mucho, todo es gracias a buda.

—Si gracias, el dios supremo protegió a mi muchacho, estoy muy feliz por eso, aunque lamentablemente mi esposo murió.

—Lamento mucho escuchar eso, nadie me informó sobre su muerte, solo me dijeron que Jazmín estaba bien, y aunque yo no lo conocí, lamento su pérdida.

—Gracias señor Jun, nosotros estamos bien, nos vemos mañana, por favor venga después del mediodía, que descanse.

-----Fin de la llamada------

—¿Qué te dijo la señora? —Le pregunta Oliver ansioso.

—Jazmín está bien, pero hoy no podrá recibirnos.

—¿Y eso por qué?

—Acaba de ser rescatada, así que me imagino que está muy cansada, ya es muy tarde, todos van a llegar es a dormir.

—Me tocará esperar hasta mañana para verla. —Habla sin ánimo el hombre mayor—. ¿Crees que se alegre de que yo esté aquí?

—No lo sé Oliver, tal vez, debes tenerle mucha paciencia, ella ha vivido muchas cosas malas y algunas de ellas debido a ti. —Comenta sin tapujos Jun.

—Sí, tienes razón.

—Debo ser muy sincero contigo y decirte que Jazmín tiene una relación con el joven que le salvó la vida, él se llama Alam, él llegó de Afganistán y en estos momentos están juntos.

—¿Mi hija con un afgano? ¡Oh, qué horrible!, eso no me gusta para nada. —Expresa Oliver con rechazo.

—Él es Chino. —Repica Jun cruzando sus brazos.

—No sé, yo pienso que mi hija se merece alguien mejor. —Comenta Oliver con la mirada perdida.

—Eso no lo decides tú, ella ya es una adulta y toma sus decisiones, descansa nos vemos mañana. —Le dice Jun acercándose rápidamente a la puerta de la suite.

—Mañana llegan Mario y Nelson, ellos también quieren ver a Jazmín. —Le informa con alegría el hombre acomodándose en la cama.

—Me imaginé que vendrían, debes tener mente abierta, piensa con cabeza fría sobre quienes hubieran sido los más beneficiados si Jazmín hubiera muerto. —Menciona Jun, dejándole la duda a Oliver.

—¿Qué quieres decir con eso? —Pregunta Oliver un poco confundido.

—No sé, solo te pido que lo pienses muy bien, mañana hablamos y por favor si te sientes mal me llamas. —Concluye Jun.

—Está bien. —Jun sale de la habitación y deja a Oliver pensativo.

Jun no puede conciliar el sueño, puesto que toda la noche piensa en la reacción de su hermana cuando vuelva a reencontrarse con Oliver, angustiado en su cama sobre piensa en el futuro cercano.

********

—¿Cómo te sientes? —Le pregunta Jia a su hija mientras termina de hacerle una trenza en su cabello negro, el cual ha empezado a crecer mostrando sus raíces rubias.

—Estoy bien, ya me has preguntado eso más de mil veces. —Responde malhumorada la joven.

—¡Mentirosa!, solo te lo pregunté unas tres veces. —Jia la abraza por la espalda.

—Jejeje, estoy bien, tranquila, tengo mucha hambre y sueño, solo eso. —Después de ese abrazo Jazmín le responde con más amabilidad.

—Debemos irnos, esta casa es muy pequeña para estar todos aquí. —Propone Jia sentándose enfrente de su hija.

—Madre, todavía no sé que voy a hacer, no quiero que mi bebé nazca en los Estados Unidos, pero tampoco aquí en Pekín, debo hablar con Alam para tomar una decisión.

—Tienes razón, bueno yo compré un apartamento en Shanghái si quieren se pueden mudar y vivir conmigo. —Insiste ella entusiasmada con la idea de vivir con su hija

—Gracias mamá, quiero unos días para pensarlo. ¿Y mi tío y Mulan porque no han venido a verme? —Jazmín cambia la conversación inmediatamente.

—Mulan está en Shanghái, hoy en la noche sale para acá y tu tío debe haberse quedado dormido, él ha estado muy preocupado por ti.—Contesta Jia con tristeza.

—Ayer mi tío llamó a doña Lina, pero me quedé dormida en los brazos de Alam y no escuche de que hablaron, me parece muy raro que no haya venido.

—Algo lo debe tener distraído, luego del almuerzo lo llamo. Voy a bajar y ver si ya está lista tu comida, por lo visto mi nieto te está poniendo de mal humor y eso es porque tienes hambre. —Le dice la mujer tratando de alejar la tristeza y mostrándole una sonrisa a su hija.

—Voy contigo, ya estoy fastidiada de estar sentada en esta cama. —Jazmín se levanta y le sonríe a su madre, ella al ver a su hija sonreírle, calma todo esos sentimientos encontrados.

Jia desea con toda su alma vivir con su hija y recuperar todo el tiempo perdido, pero Jazmín ya no es una niña, así que a ella le toca respetar sus decisiones, y aunque le duela debe seguir manteniendo su distancia con ella y respetar su espacio, Jazmín creció sin una madre y a causa de eso es muy independiente y solitaria.

Jia sabe que tiene que adaptarse a esta situación, pero aún así no deja de estar triste por esto.

Ambas bajan las escaleras de la casa de Lina, Jazmín entrelaza su brazo por el de su madre, la felicidad embarga todo su ser, ella se siente completa, ambas se miran y sonríe de satisfacción.

El olor de la sopa inunda las fosas nasales de Jazmín, ella saborea el olor, así que jala a su madre para bajar más rápido las escaleras.

Adel está sentado en el mueble hablando con un hombre alto y musculoso, de ojos verdes y cabello amarillo, un poco largo, amarrado por una cola.




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