Capítulo 93: Herido y atrapados.

—No los pierdas de vista —Le dice Jamir a Escorpión quien va manejando la camioneta negra, detrás de un Toyota RAV4.

Escorpión junto a Heydar y Jamir, acompañaron a los familiares de Jazmín fuera de la casa, ellos al ver al Toyota alejarse de la propiedad, se montaron en la camioneta negra y empezaron a seguirlos.

—Muy cerca no podemos estar, se van a dar cuenta de que los seguimos. —Menciona Heydar—. Debemos ver en qué hotel se quedan y luego entrar y averiguar quién de los dos hermanos de Jazmín es Nelson.

—¡Miren ese carro! —Añade Heydar asombrado al ver a un taxi pasarlos a ellos y colocándose en el camino de la Toyota.

—Les falta mucho por aprender, pocas palabras más acción. —Dice Escorpión con la voz tajante. —Escorpión se detiene y sale del auto los dos jóvenes dentro se asombran y quedan boquiabiertos al ver la acción del hombre que viene en el taxi.

Escorpión golpea la puerta del conductor del Toyota, Delfín se baja del taxi, él es quien lo maneja,

—Estos imbéciles están aterrados, no quieren salir del auto. —Escupe Escorpión, él saca su arma y apunta al vidrio del conductor.

—Cálmate escorpión, hay va el padre de Jazmín, si el señor sale herido, ella nunca nos lo perdonará.

—¡Jamir!, dale el arma que te regalé a Delfín. —Grita Escorpión ignorando las palabras de Heydar, Jamir se acerca a donde Delfín quien está frente a la Toyota y le entrega su arma.

—Salgan del auto a la una, a las dos, y a las tres —Grita Delfín, él está a nada de tocar el gatillo, sin embargo, la puerta del conductor se abre.

—Ya me estaban colmando la paciencia —Le dice Escorpión quien le da un leve golpe al conductor en el rostro.

—Déjenos ir, nosotros no queremos problemas solo queremos devolvernos a nuestro país. —Ruega el hermano mayor de Jazmín, Mario, su cuerpo tiembla él está pálido y muy atemorizado por lo que estos sujetos puedan hacerle, él no entiende por qué si son familia de Jazmín ellos lo atacan de esta manera.

—¿Cómo te llamas? —Le pregunta Escorpión sosteniéndolo con el brazo detrás de la espalda.

—Me llamo Mario, soy el hermano de Jazmín, ¿por qué nos hacen esto?, acaso ella los mandó a secuestrarnos, esa mocosa se quiere vengar de nosotros, pero ¿por qué? No le hemos hecho nada.

—Eso es lo que tú crees, dile a tu padre y hermano que bajen, solo queremos hablar con ustedes. —Mario se monta de nuevo en el auto y deja la puerta abierta—, ¡Nelson!, ellos quieren hablar contigo y con mi padre, por favor salgan del auto.

—¡Idiota!, seguro la madre de esa bastarda mandó a estos matones para que eliminaran a papá, —murmura Nelson mirando a su hermano con ira.

—Tu hermana no es ninguna bastarda, vuelves a llamarla así y te parto la boca, ¿entendiste?

—Sí padre, perdón. Mario debemos irnos, cierra la puerta, prende el auto y larguémonos de aquí. —Él ordena a su hermano ante la mirada de su progenitor, este está pensativo y preocupado por la vida de sus hijos.

—No entiendes, no tenemos escapatoria. —Grita Mario, Escorpión lo jala por el brazo y lo saca del auto luego él se monta en este y cierra la puerta.

—¿Qué haces? —Cuestiona Oliver asustado por ver al mastodonte entrar en el auto y abandonar a su hijo—. ¿Mi hijo dónde está?,

—No se preocupe, vamos a ir a un lugar más cómodo a hablar, no se muevan y no hagan nada estúpido o a ambos le volaré los sesos. —Les dice Escorpión, apuntando con el arma a ambos hombres.

—Tranquilo, baje su arma, nosotros cooperaremos con usted. —Escorpión hace caso omiso a las palabras del hombre mayor, él utiliza una mano en el volante y la otra para apuntar a ambos sujetos.

Delfín se monta en el taxi y arranca, detrás de él va escorpión manejando el Toyota y seguidos de ellos vienen Heydar, Jamir y Mario, todos van en silencio.

—¡Ey tú!, dinos ¿cuánta plata deseas para dejarnos ir? —Indaga Nelson con la frente en alto, su padre lo ve y sonríe, apoyándolo en su idea.

—Eres tan egocéntrico, ¿crees que todo se arregla con dinero?, pero sabes, eso conmigo no va, falta poco para llegar a nuestro destino, ya pronto tendrás que decir toda la verdad. —Menciona Escorpión mirándolo a través del retrovisor.

—¿La verdad?, ¿qué fue lo que hiciste esta vez?, dímelo de una vez. —Vocifera Oliver tomando a su hijo por la camisa, este lo empuja con suavidad, Oliver piensa en las palabras de Jun—. ¿Será que mis hijos tienen que ver en lo que le sucedió a Jazmín?, no, es imposible, son hermanos.

—Yo no he hecho nada, ¿cómo puedes creerle a este tipo que a mí que soy tu hijo? —Nelson al verse acorralado se quita el cinturón con mucho cuidado.

—¿Qué haces? —Le susurra su padre—No hijo no lo hagas, ellos tienen a tu hermano.

—Agáchate y no digas nada —le dice Nelson a su padre, el joven se quita el cinturón y lo agarra con sus dos manos, él ni se imagina que Escorpión ya se ha dado de cuenta de sus intenciones, Escorpión quien había bajado el arma la levanta, aprieta el gatillo y le dispara en la muñeca.

—¿Qué hiciste? —Grita Oliver tomando la mano de su hijo, quien sostiene su mano y se revuelca con desespero en su asiento, dejando todo lleno de sangre, su mano guinda del brazo, su padre llora al ver la agonía de su hijo.

—Deje de ser tan alcahueta, es que pensaron que me engañarían, jajaja, me encanta ver a alguien gritar de dolor, eso es música para mis oídos. —Escorpión levanta su arma con una mano y la mueve al son de los gritos de Nelson.

—Eres un maldito enfermo, me la vas a pagar, lo juro… Suelta Nelson a la ligera sin reflexionar en sus palabras.

—Jajajaja, me encantaría ver eso. —Habla Escorpión con la voz sarcástica.

Los autos se han estacionado en frente de una casa, en un barrio pobre, Delfín habla con alguien de la vivienda, la persona mayor se aleja del lugar montándose en su auto.

—¡Bajen! —Les ordena Escorpión apuntándolos con su arma— ya saben de lo que soy capaz, bájense o me veré en la satisfacción de meter una bala en tu pierna. —Nelson deja de mirar feo al hombre, y abre la puerta, al salir se encuentra con Heydar.