------Seis meses después-----
------Narra Jazmín------
Este embarazo se ha convertido en mi refugio y consuelo, mi padre falleció, sobrellevar el dolor de su pérdida ha sido muy difícil, aunque no tuve la mejor relación con Oliver su partida me sacudió en gran manera, creo que es por el hecho de que murió en manos de mi madre.
Mi tío y hermanos dijeron que él estaba muy mal de salud y que su corazón estaba débil, pero yo sé que Jia y yo somos responsables de su muerte, si yo no lo hubiera tratado tan duramente él estuviera con vida y feliz de conocer a su nieto, yo le robé esa oportunidad, jamás me lo perdonaré.
Desde hace seis meses no he visto a Jia, he pasado mi embarazo junto a mis demás seres queridos, todos esperamos con anhelo a que nazca mi niño, mi bebé arcoíris, Otoniel.
Me lamento cada día por no haber sido una mejor hija, por no haber tratado a mi padre con el respeto que se merecía, ahora ya no hay vuelta atrás, mi objetivo en este momento es mejorar como madre, este niño es mi prioridad.
Espero volver a reencontrarme con Jia para darle una segunda oportunidad, no puedo guardarle rencor a mi propia madre, debo a prender a soltar para poder continuar.
—¿De nuevo llorando? —Pregunta mi amiga Isabella quien llegó ayer de Estados Unidos, ella me ve con los ojos entrecerrados.
Heydar y ella se casaron hace unos meses, así que él ya está en Estados Unidos trabajando en una de mis empresas, mi amiga vino para acompañarme a mi último control, dependiendo de lo que me digan hoy en el hospital ella regresa a América o se queda acompañándome hasta que dé a luz, me alegra tanto contar con su apoyo.
—No, es solo, —le respondo tartamudeando, limpio mis lágrimas, ella sonríe se acerca y me pasa una toallita húmeda.
—Ya me sé de memoria lo que vas a decir. Estoy arrepentida de no haberle demostrado a mi padre mis sentimientos. —Se burla ella, imitando mi voz, sonrío al verla hacer esas muecas.
—Me encanta verte sonreír, que lastima que pocas veces lo haces, mi pequeño Otoniel se va a parecer mucho a ese viejo gruñón. —Dice ella acercándose a mi barriga y poniendo sus manos en ella.
—No lo llames así, respeta su memoria —la amonesto.
—Está bien, disculpa, debemos irnos, Alam no tarda en llamarnos para preguntar por qué no hemos llegado al hospital. —Comenta ella tocando mi hombro.
Mi querido Alam está trabajando como enfermero en el hospital donde trabaja su madre Lina, él está muy feliz de haber regresado a trabajar, aunque me siento un poco sola en esta casa, estoy orgullosa de él, porque sé que está haciendo lo que tanto le gusta.
Antes de irse a Afganistán, él se graduó como profesional en la enfermería, así que hace meses presentó una prueba, hizo varias prácticas, y gracias a sus excelentes notas fue contratado por el hospital. Su sueño es ser médico, sé que logrará serlo muy pronto, él es muy capaz.
—Sí, lo sé, solo falta que oculte estas ojeras tan espantosas que cargo. —Le contesto mientras utilizo mis yemas de los dedos para fijar el corrector.
—Te espero en el auto. —Mi amiga sale del cuarto, termino de arreglarme, de poner perfume detrás de mis orejas, hoy quiero verme bonita, últimamente he tenido a Alam un poco descuidado, y realmente no quisiera perderlo por mi falta de atención.
En esta casa reina la tranquilidad y el silencio, pues Adel ha empezado a estudiar ingeniería en sistema, a él le encantan las computadoras quiere ser programador, así que todos nosotros lo apoyamos en todo lo que él necesite, estar tan ocupado y entretenido, le ayudará a sacar de su mente todos los malos recuerdos vividos en su país.
En cuánto a Jamir, él desapareció junto a mi madre, según Alam la CIA perdió a dos de sus mejores agentes, a mi madre y a su novio Delfín, así que Escorpión se quedó sin compañero de misiones, necesitaban alguien de confianza que trabajara con él, Jamir se ofreció a ser compañero del tal Escorpión, y en estos momentos lo entrenan para ser un agente.
Me entristece tanto no haberme despedido de él, espero volver a verlo algún día y agradecerle por todo lo que hizo por mí, mientras estuve en Afganistán, él se ganó mi corazón, mi cariño, realmente lo extraño mucho.
Me miró en el espejo por última vez, estoy con algunos kilos de más, pero hoy me veo fabulosa, tengo la esperanza de una vida mejor, aunque la tristeza también está presente, no podrá conmigo, seré más fuerte.
Termino de arreglar mi hermoso vestido negro de maternidad, coloco mis zapatillas negras y mis lentes que no pueden faltar, busco mi cartera blanca, donde tengo todos mis papeles de mi control, voy perfecta para sentirme relajada y cómoda en este día tan hermoso y caluroso, bajo las escaleras y me dirijo al auto.
—Hasta que por fin llegas.
Isabella rápidamente arranca, después de media hora de recorrido escuchamos el sonido de una de las llantas, ella intenta maniobrar el auto para no chocar con nada, frena y se baja inmediatamente a ver qué fue lo que sucedió.
—¿Todo bien? —Pregunto mientras asomo mi cabeza por la ventana.
—Voy a llamar a Alam, por nada del mundo te bajes del auto. —Ella toma su teléfono de prisa de adentro del carro y cierra la puerta quedándose afuera.
—¡Cierra la ventana! —Me ordena con seriedad.
—¿Pero por qué? No entiendo, ¿qué sucede? —Cuestiono un poco asustada, siento temor, mi cuerpo ha empezado a temblar, un aire frío pasa por mis brazos.
Una camioneta negra con vidrios oscuros llega a toda velocidad, mi amiga intenta entrar al auto, pero un hombre se baja y la agarra por el cabello y la pega contra el vidrio del auto varias veces, luego la lanza al suelo.
—¿Qué hacen?, no, suéltala. —Grito con desespero desde adentro.
Un hombre llega corriendo, parece venir de los árboles, este intenta entrar al auto, pero cierro la ventana y la puerta del piloto, coloco el seguro con las manos temblorosas.
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lucha por sobrevivir, infancia dificil, conoceras el verdadero amor.
Editado: 05.02.2025