Buscando un novio para Navidad

Capítulo dos

Raphael

Mi estómago se comprime, en cualquier momento voy a vomitar, intento ignorar la sofocante sensación. Solo estoy actuando, nada más… lo repito en mi mente, como si fuera un mantra. Los labios de Melissa se mueven sobre los míos ansiosos, sé que se ha salido del papel y se está aprovechando de la situación, sin embargo, no puedo arruinar la toma.

—Corte —el grito del productor retumba en el set de grabación y en mi cabeza.

La alejo con las manos en sus hombros y disimuladamente limpio la boca, ella lo nota, me mira con una mueca en los labios. Ignorando su presencia me volteo y empiezo a caminar hasta donde mi manager me está esperando al lado del productor, este último me mira satisfecho y con una gran sonrisa.

—Muy bien hecho, Raphael. —El productor me da palmadas en el hombro—. Ha salido a la primera, sabía que tú y Melissa serían la mejor pareja.

Estiro mis labios en mi mejor sonrisa y asiento. Escucho sus pasos a mi espalda, se posiciona a mi lado, demasiado cerca para mi gusto.

—Raphael y yo siempre hemos sido buenos trabajando juntos. —Su melosa voz llega a mis oídos, mi sonrisa tambalea con la intención de convertirse en una mueca de asco—. ¿Cierto, cariño? —Susurra en mi oído, intentando ser seductora. Si lo hubiera hecho unos años atrás habría caído rendido, pero esta vez no me genera nada, repulsión es lo único que siento por ella.

—No te lleves todo el crédito. —La miro sobre el hombro—, yo trabajo bien con cualquiera.

Sin esperar una respuesta alguna, empiezo a dar largas y rápidas zancadas. Necesito llegar a mi camerino y tomar un respiro, no podré soportar un segundo más. Cierro la puerta a mi espalda y me recuesto contra la fría madera, froto la palma de mi mano contra mi rostro, siento mis hombros pesados. Camino hasta el sillón y me recuesto, por fin terminaron las grabaciones, si se aplazaban no creo que hubiera aguantado, por eso me esforcé más para que las escenas fueron perfectas al primer intento. No quería permitir que tardasen más de lo adecuado.

—Buen trabajo, Raph. —Mi manager entra y se sienta a mi lado—. Este proyecto fue rápido.

—No quiero imaginar que habría sido de mí sino —La ironía en mi voz es palpable, Zoé conoce mi historia con Melissa, incluso me pidió que me retire de este proyecto cuando supo que ella sería la coprotagonista.

—Mira el lado bueno, grabaste una de las mejores películas de tu carrera en tiempo récord y soportaste a la insufrible de Melissa sin volverte loco.

—Espero no volver a verla nunca más.

Hubo un tiempo en el que daba lo que fuera por estar con ella, aunque sean cinco minutos, Melissa fue la luz de mis ojos, ella era mi todo. Es irónico que ahora no la quiera ni a tres kilómetros de distancia. No la odio; no creo que pueda llegar a odiar a una persona que llegué a amar, pero tampoco le tengo cariño, con solo oler su perfume mi estómago se revolotea, no quiero tenerla cerca.

Chasquea la lengua, ya sé lo que me va a decir.

—Eso es imposible, a menos en los próximos meses.

Me estremezco, por lo menos en esos eventos podré evitarla mientras sea posible.

—No debiste recordármelo —me quejo, prefiero no pensar en lo horrible que será.

—No te vas a morir por eso.

—¿Tienes algún casting para mí? —pregunto, intentando cambiar de tema.

—Debes descansar, Raphael —me regaña, como si fuera mi madre.

—Lo hago todas las noches.

—No, no lo haces, ni siquiera duermes bien, cada día tus ojeras son más oscuras —. Frunce las cejas mientras me escanea el rostro—. Llegará el día en que el maquillaje antes de cada grabación no logre cubrirlas.

—No necesito vacaciones.

—No está en discusión —se pone de pie—. Ya he planificado un viaje en una semana, te vas a ir durante todo el mes de diciembre. Estarás fuera de las redes, y te vas a olvidar de cualquier papel futuro que tengas.

—Tengo que trabajar, Zoé. No necesito unas vacaciones.

—Raphael, en lo que va del año, has grabado tres películas en simultáneo, te presentaste a varios castings, terminaste una serie y eso sin contar la cantidad de entrevistas, revistas y eventos a los que tuviste que asistir. No has tenido un solo día libre en once meses.

—Estoy bien con eso.

—No, no lo estás. Debes descansar si quieres seguir siendo el mejor actor que ha puesto los pies en esta tierra —Me apunta con el dedo, con cada palabra su tono es más duro, me está regañando como si tuviera diez años—. No voy a trabajar con un cabezota al que no le importa su propio bienestar. A este paso terminaré buscando a otra persona para representar.

—¿Vas a echar a la borda todo lo que hemos construido en doce años?

—Lo mismo te pregunto a ti, Raphael.

Suspiro, sé que no puedo convencerla ahora, donde ella mete la cabeza es imposible sacarla, si quiero que cambie de parecer, debo esperar a que se le enfríe esa idea descabellada. Zoé ha tirado sus cartas sobre la mesa y con todo lo que ha dicho sé que por ahora está sobre mí, no puedo perderla, ella es más que mi manager, es mi única amiga, la primera persona que vio potencial en mí.

Me paro y tomo una botella de agua, muera de sed.

—¿A dónde me vas a llevar de vacaciones?

—No lo haré yo, lo hará tu novia.

Casi escupo el líquido en mi boca, casi.

—¿Desde cuándo tengo novia? —pregunto en automático. Creo que escuché mal.

—Desde hoy, la vas a acompañar a Groenlandia y pasarás unas maravillosas vacaciones y Navidad junto a su familia.

—¿Por qué andas buscándome novias sin siquiera yo saber?

—No te preocupes, ella es hermosa. —se ríe en mi cara, como si la situación fuera lo más divertido que ha visto en su vida.

—¡Zoé!

Se ríe descaradamente en mi rostro, yo no le veo el chiste. Tengo que esperar a que pare de reír.

—Es falsa, solo debes fingir que son pareja y además te pagará.

—No necesito dinero y me niego a fingir ser pareja de alguien que ni siquiera conozco.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.