C A S A

Capítulo III: C A S A

Finalmente, avance, me sentía como Blanca Nieves cuando ingresa en el pantano al huir de su madrastra. Caminé hacía mi casa y cuanto más avanzaba empecé a escuchar sonidos de animales hechos por aquellas mujeres, hacían sonidos de vaca (mugían) y cuervos también silbaban como cuándo llamas un perrito y arcadas muchos sonidos de arcadas más y más fuerte. También hablaban, aunque al principio no entendía muy bien lo que decían alcancé escuchar un comentario - tu madre es una puta - jamás en mi vida había escuchado esa palabra y mucho menos sabía lo que significaba. Mi corazón se aceleró parecía que se iba a salir de mi pecho, me encogí y trataba de caminar lo más rápido posible, no me sentía capaz de levantar la cabeza, sudaba, me temblaba la mandíbula y tenía mucho frío. Estaba aterrada.

Logré llegar a casa.

Toqué la puerta desesperada y con todas mis fuerzas hasta que mi abuela me abrió, entré, saludé como pude y fui a refugiarme en mi habitación. Estaba helada por los nervios, mis manos temblaban y mis dientes rechinaban todo parecía tan irreal. Caminé de un lado a otro buscando explicación a lo que acababa de ocurrir.

Traté de calmarme.

No le dije a nadie porque todo fue muy irreal, estaba en negación. Sin embargo, mientras me quitaba el buzo del uniforme noté que tenía una pequeña mancha en el pantalón parecía mojado, lo olí, era orina. No había dudas.

¡Fue real!



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En el texto hay: traumas, drama, brujas

Editado: 22.06.2025

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