Cali (2ª parte de Gemelas)

CAPITULO 8

—¿Lo has pasado bien? —Me preguntó James, su tono era frío no sonreía,

Yo quise apaciguarlo

—Sí ha sido muy agradable, Miranda y las chicas son estupendas.

—¿Y Flagman? ¿qué te ha parecido?

Sonaba totalmente a una pregunta trampa de la que no podría salir airosa. Así que decidí decir la verdad.

—Un hombre culto, con una conversación interesante.

Estábamos de nuevo en la habitación debíamos prepararnos para la cena y el espectáculo que habían preparado los promotores. Nos estábamos cambiando de ropa.

James se colocó detrás de mí y me ayudó a bajar la cremallera del vestido, que cayó inmediatamente a mis pies.

—Ah sí —dijo con descuido—, ¿y yo te parezco interesante?  —susurró en mi oído, una de sus manos tomó mi seno, mientras la otra bajaba por mi estómago y entraba en el interior de mis diminutas braguitas,

—Ss-sí jadee —podía vernos reflejados en el espejo de cuerpo entero que estaba frente a nosotros, nuestra imagen era perturbadora y muy erótica.

James me acariciaba, excitándome, a la vez que lamía sensualmente mi cuello, su respiración acelerada me enardecía, me froté contra su miembro lo encontré duro preparado para mí, de nuevo hicimos el amor de una manera violenta, dura, que no me desagradó, al contrario, nunca había sentido tal desenfreno, parecía que nunca nos saciábamos uno del otro, era como una adicción, con solo mirarme ya encendía mi deseo.

Comenzó de nuevo a juguetear con mis pechos, atrapó un pezón con su boca, y lo chupó con fruición mientras, una corriente se extendía por mi cuerpo conectando con el lugar más íntimo entre mis piernas,  humedeciéndome, a pesar de que acababa de tener un orgasmo, estaba de nuevo excitada, su miembro jugueteaba con mi entrada con pequeños golpecitos que me enloquecían, deseaba que volviera a hundirse en mí, quería sentirlo dentro, movía insistentemente mis caderas incitándolo, pero él jugaba conmigo retirándose y volviendo a provocarme, a veces conseguía atraparlo, pero cuando iniciaba la entrada, salía de nuevo sin hundirse profundamente como yo deseaba.

Cuando creí que ya no podría aguantar más la dulce tortura, con un movimiento rápido e inesperado se introdujo entre mis piernas hasta el fondo, se detuvo unos segundos en los que las oleadas de placer me inundaron al sentir que estaba deliciosamente empalada por su miembro duro y grueso, lo acogía sin reservas, envolviéndolo completamente, él comenzó a moverse despacio, con estocadas largas y profundas que me hacían perder la razón. El olor de nuestros cuerpos al unirse me excitaba, el tacto de su piel me estimulaba los sentidos, el sabor de su boca era más dulce que la miel.

Me volteé y me coloqué sobre él, quería hacerle perder el control como él hacía conmigo, quería dominarlo desde mi aventajada posición, y así fui cambiado los ritmos y cuando notaba que él estaba a punto del orgasmo, disminuía la intensidad de mi cabalgada consiguiendo dilatar el placer hasta enloquecerlo, cuando ya no pudo más me volteó y colocándose de nuevo sobre mí con rápidos movimientos nos llevó a ambos a la cima del placer en un orgasmo húmedo, sudoroso, caliente y agotador. Nos quedamos así unidos, recibiendo olas de placer por todo el cuerpo, desmadejados, por fin saciados.

James me acariciaba lánguidamente, en ese momento, me pidió que le prometiera que no volvería a hablar con Mark.

—Es un mal bicho, me la tiene jurada, me envidia por todo lo que tengo, y siempre está tratando de competir conmigo, se enteró de que estaba interesado en comprar una mansión en Los Ángeles, y con una maniobra muy rastrera hizo una contraoferta al alza, fuera de la puja publica y me la quitó, al cabo par unos meses la revendió, ganando un par de millones de dólares, me hizo perder ese negocio y siempre está tratando de perjudicarme—explicó tratando de justificar su petición.

—Y supongo, que tú no te habrás cruzado de brazos ¿verdad?

—¿Qué clase de hombre sería si le permitiera salirse con la suya?, por supuesto que he contraatacado y le he pisado también algunos buenos negocios, pero tú no tienes que preocuparte por eso, yo se defenderme muy bien gatita, tú solo ten en mí toda tu atención y ni siquiera te vuelvas a mirarlo, créeme solo está tratando de molestarme utilizándote, sabe que eres muy valiosa para mí, serías un gran trofeo si consigue captar tu atención. Pero solo le interesas como una nueva forma de competir conmigo y quitarme lo que es mío.

Me besó de nuevo como para demostrarme lo mucho que yo le gustaba, yo no pude concentrarme en el beso, me daba cuenta de que si no tenía cuidado podría ser un peón en la extraña partida que estaban jugando estos hombres. No me gustó nada la idea.

Por un lado, me parecía que James no me estaba valorando, ¿por qué razón no iba yo a poder interesar a Mark de verdad? ¿por qué iba a ser solo un trofeo para él en esta extraña contienda?, nuestra conversación en la terraza me había parecido amena y sincera, Mark me había caído muy bien, no lo veía tan superficial como muchos de los allí reunidos ese día. Por otro lado, sin embargo, no podía descartar del todo la versión de James, esos dos se traían una guerra en la que todo valía, si se habían perjudicado mutuamente en negocios de millones de dólares, estaba segura que no se detendrían en pisar mis sentimientos si fuera necesario.  Decidí mantenerme apartada.




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