Cali (2ª parte de Gemelas)

CAPITULO 16

Por fin había llegado el día, lancé mi revista y todo funcionó como había esperado, habíamos hecho mucha publicidad previa y había gran expectación, los subscriptores crecían por miles al minuto y ya tenía sobre la mesa contratos millonarios por publicidad. Realmente había trabajado muchísimo, pero el éxito tan repentino, era inesperado para mí, estaba henchida de felicidad.

James había reservado un gran salón en el hotel Plaza, el más exclusivo y lujoso de Nueva York, quería ofrecerme una gran fiesta para que pudiera celebrarlo con mi equipo y el resto de personajes de moda, quienes competían por lograr una invitación. Incluso íbamos a tener actuaciones privadas de artistas de talla internacional, la fiesta iba a ser el evento del año.

Yo estaba muy nerviosa y emocionada, un poco triste porque a mi madre le habían diagnosticado una apendicitis y tuvo que ser intervenida de urgencia, lo que impidió que tanto ella como mi hermana vinieran a acompañarme en mi gran día, pero James había contratado varios profesionales que se encargarían de grabar todo el evento en video y lo irían transmitiendo en tiempo real para la revista, casi sería como tenerlas allí conmigo pues podrían verlo todo.

Me estaba preparando y James entró ya vestido con su traje de etiqueta, estaba impecable, sentí unas mariposas en el estómago al mirarlo, estaba tan guapo que me quitaba hasta la respiración, pensé en la suerte que tenía de haberlo conocido y todo lo que había logrado gracias a él.

James se acercó a mí con un estuche de Tiffany´s, al abrirlo vi la más bonita gargantilla que había visto en mi vida, se me llenaron los ojos de lágrimas, el diseño era un fino hilo de brillantes y en el centro un gran diamante con forma de corazón, todo él rodeado de diminutas amatistas, mi piedra favorita.

James me ayudó a ponérmelo y me volví para besarlo, nos miramos a los ojos sin hablar, habíamos pasado momentos difíciles, pero sentí que todo volvía a estar bien.

Me aparté para sacar del armario el vestido que me iba a poner , cuando James lo vio torció el gesto.

—Ese vestido no es lo suficientemente elegante, ese escote solo lo llevaría una furcia de lujo, además el rojo no pega con el collar que te acabo de regalar —dijo, sacando un nuevo vestido blanco que yo no había visto y que seguro que él había encargado que me enviaran y probablemente lo habían puesto allí esa misma tarde.

Yo noté como la sangre abandonaba mi cara, toda la alegría que había sentido segundos antes desapareció, el comentario de James me había herido profundamente, yo había escogido mi vestido, era rojo, ceñido y sí tenía escote, pero no era excesivo y me gustaba.

Sin embargo, y a pesar de que me había prometido a mí misma, cuando volví con James, que sus opiniones nunca condicionarían mis decisiones, lo cierto es que me había hecho dudar, pensé si me vería vulgar con ese vestido y no tan elegante como yo pretendía, por más que lo intentaba ya no podía ver mi vestido de la misma manera.

Miré el que James me ofrecía, era blanco, sobrio y elegante, realmente era muy bonito, también era ceñido, con escote palabra de honor, que dejaba mis hombros y cuello al descubierto realzando la belleza del collar. Descarté el vestido que yo había elegido y me puse el que James me había regalado, lo cierto es que estaba preciosa con él, traté de volver a sentir la misma emoción y alegría que tenía antes de la entrada de James en la habitación.

—Estás bellísima —dijo James satisfecho con el resultado.

Se acercó a mí y me besó suavemente.

—Estas maravillas son solo para mí —murmuró sobre mis labios, mientras me acariciaba posesivamente un pecho.

—Vamos a llegar tarde —dije yo tratando de separarme.

Él me sujetó contra su cuerpo y volvió a besarme, esta vez apasionadamente, en su mirada había un deseo salvaje, pero me dejó ir.

La fiesta fue un éxito, tanto por la exclusividad de los invitados, como de actuaciones, nunca se había visto nada igual. Se habló interminablemente del lujo y la excentricidad en la decoración del evento. Todas las televisiones del mundo, se hicieron eco del acontecimiento y alcanzó niveles estratosféricos en las redes sociales.

Mi revista alcanzó fama mundial, yo no cabía en mí de gozo, no podía creer que todo estuviera ocurriendo tan rápido.

Mi madre y mi hermana, me mandaron sus felicitaciones y Ali me prometió venir a verme una semana con Andrés en cuanto mamá se recuperase un poco de su operación. Yo estaba deseando volver a verla.

Mario, mi mejor amigo y compañero de trabajo, en mi vida anterior, me llamó por videollamada al día siguiente.

—¡Hola bitch! —saludó con ese estilo tan suyo— ahora que eres famosa ya no quieres saber nada con los mortales.

—¡Claro que sí! —respondí feliz— eres tú quien me ha cambiado por mi hermana, sé que ahora sois los mejores amigos.

—Es que una conspiración secreta une mucho —respondió, refiriéndose a la etapa en la que ayudó a mi hermana a hacerse pasar por mí— he visto en las redes a tu millonario, con razón te escapaste con él sin presentármelo, es guapísimo y con ese aire tan elegante, tan gentleman.

—Sí, me fui porque sabía que intentarías quitármelo —bromeé— ¿Cómo sigue todo por la revista, sabes que Andrés y Ali van a venir a verme? ¿por qué no te unes a ellos y vienes también?




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