James estaba presionándome de nuevo.
—No es que no quiera fijar una fecha —dije yo—, es que me parece que estamos bien así, no hay porqué precipitarse.
—¿Precipitarse? ¿a qué te refieres?, ¡si ni siquiera llevas mi anillo!, y no se lo has dicho a tu madre ni a tu hermana, ¿es que te estás arrepintiendo de haberme aceptado?
—¡Claro que no!, el anillo es muy valioso me da miedo perderlo, jamás había tenido una joya así, ¡por supuesto que no me estoy arrepintiendo!
—Pues entonces demuéstramelo, ponte el anillo, cuéntaselo a tu hermana cuando venga, dile que estamos comprometidos, y fijemos una fecha.
—Si es tan importante para ti, me lo pondré, claro que sí, y presumiré de él ante mi hermana. James, yo te amo, lo sabes, solo que pienso que quizás es muy pronto para dar un paso tan trascendental como casarnos, pero podemos fijar la fecha si tú quieres, ¿qué te parece dentro de un año?
—¿Un año? yo había pensado tres meses. Estoy seguro de que nuestro amor es para siempre, ¡quiero que seas mi esposa ya! Quiero ser tuyo y que tú seas mía, ante los ojos de la ley y ante cualquiera. ¡No quiero esperar!
—¡Tres meses! es imposible organizar una boda con tan poco tiempo y, además, ni siquiera conozco a tu familia, van a pensar que soy una cazafortunas.
—Lo que piense mi familia no es relevante, ellos no dirigen mi vida, pero está bien —aceptó James, abrazándome conciliador—, seis meses ¿de acuerdo? hay tiempo de sobra para los preparativos, lo haremos en primavera y se lo dirás a tu hermana y a tu ex cuando vengan.
Por fin comprendí a qué venía todo esto.
—Andrés es ahora el novio de mi hermana —respondí puntualizándoselo—, por si lo habías olvidado. No es posible que todo este empecinamiento en fijar la fecha de la boda sea por él. ¡Si ni siquiera acabamos bien!, no estoy segura ni de que me haya perdonado lo que le hice.
—Pues la verdad, no me apetece nada que venga a visitarnos —respondió James—, hubiera preferido que viniera tu madre, pero él, no. No sé por qué los has invitado, y ni siquiera te han dicho cuántos días vienen, deberían quedarse en un hotel, yo estaría encantado de pagárselo. ¡Cuánto menos veamos a ese tipo mejor!
—¡James! —me mostré escandalizada—, ¿no lo dirás en serio?, es un viaje muy largo, se quedarán los días que quieran. Me apetece estar con Ali, no voy a decirle que se quede en un hotel, Andrés y ella son ahora una pareja y es normal que quieran hacer este viaje juntos, además sabes que mi madre aún no se ha recuperado lo suficiente de su operación, no podría aguantar tantas horas de vuelo.
—¡Para ellos sí que tienes tiempo!, pero para mí siempre hay alguna reunión de trabajo, algún asunto urgente que te impide estar conmigo. ¿Estás segura de que a quien quieres ver es a tu hermana y no a tu ex? ¿lo echas de menos? ¿estás deseando verlo?
—No estás siendo justo, por favor James, no seas así.
Él se acercó a mí, me introdujo su mano por debajo de la falda, entre mis piernas y me acarició allí posesivamente.
—Eres mía ¿me oyes? —susurró en mi oído.
Su boca me buscó, su lengua me invadió, me inclinó sobre la mesa y con un movimiento brusco me arrancó las bragas, entrando en mí profundamente de una sola estocada, yo estaba húmeda y preparada, no podía evitar que su cuerpo y sus manos me excitaran y me hicieran reaccionar apasionadamente, mi cuerpo no me obedecía, tuvimos sexo caliente, rápido y sudoroso, nuestros jadeos podían oírse en toda la casa.
James parecía querer demostrar su dominio sobre mí, me tumbó en el sofá y me tomó de las muñecas, sujetándome con una mano los brazos por encima de la cabeza, impidiéndome cualquier movimiento, torturándome con sus labios, su cuerpo y sus caricias, yo estaba expuesta a él, dejándole hacer todo lo que quería.
Nuestras discusiones siempre acababan así, con un asalto a mi cuerpo, que a veces yo trataba de evitar, pero al que inevitablemente me rendía.
Más tarde a solas en la ducha, me sentí preocupada, temía que James pudiera organizarme alguna escena de celos que me abochornara ante Ali y Andrés, pensé que iba a tener que ser muy cuidadosa con mis palabras y mis gestos hacia Andrés, James estaría mirándome con lupa tratando de descubrir algún interés por mi parte.
Afortunadamente no creía que Andrés tuviera ninguna gana de verme, nuestra última conversación no había acabado demasiado bien, seguramente solo había aceptado el viaje por acompañar a mi hermana, quien sufría fobia a volar. Me alegraba que fuera capaz de hacer algo así por ella, aunque no me sorprendía, era el tipo de cosas que él haría.
También me alegraba de haber recuperado la relación con mi hermana, durante años habíamos estado tan distantes... Ambas habíamos tomado caminos diferentes en nuestras vidas, ella se había ido alejando de mí poco a poco, encerrándose en sí misma, y yo era demasiado orgullosa para decirle que la echaba de menos, me centré en mi carrera, mis amigos, y en Andrés y permití que se alejara. Ahora tenía una nueva oportunidad y no pensaba desperdiciarla.
Ali siempre había estado ahí cuando la necesité. A pesar de que se había convertido casi en una ermitaña que odiaba salir de su mundo, me demostró cuánto le importaba cuando se prestó a tomar mi vida para que no perdiera mi trabajo ni a mi novio. Y aunque nada había salido como esperábamos, para mí había significado mucho, no pensaba perder de nuevo nuestro vínculo, ni por James ni por nadie.