Calidad total

Capítulo 17: Organizando eventos

Apenas si se habían visto ese día. Priss llegó temprano ese sábado a su área, saludó a Kate y a los chicos de la brigada, buscó a Adriano con la mirada y lo vio conversando con un proveedor. Él volteó la mirada ocasionalmente hasta la zona de preparación de comidas calientes cuando la vio. Fueron apenas unos segundos en los que cruzaron miradas, sonrieron, él la saludó con la mano y luego siguió la conversación con el proveedor en su oficina. Desde ese momento no lo había vuelto a ver, pero Kate le dio la indicación de parte de su parte. Después del almuerzo se iban a reunir todos los que estaban dentro de la organización de la boda en "The Palm Court" para coordinar como iba todo. La felicitó de paso, así más no se lograba entrar a la organización de una boda y si Adriano la había elegido personalmente era porque creía en su talento.

—Solo deben de tener mucha paciencia, ¡ese organizador es del demonio!

—¿Lo dices en serio?

—¿Por qué crees que yo ya no entro a eventos? ¡Es demasiado! —Priss se quedó con la duda, después de todo cuando entró a trabajar también le dijeron que Adriano era un ogro y cosas peores, pero no era cierto. Aunque si el mismo Adriano le había dicho que no soportaba al tipo era por algo.

Llegada la hora de asistir a la reunión la chica salió un poco tarde, pero no era solo eso, sino que no sabía dónde rayos estaba el Palm Court. Se sentó en una de las bancas del pasillo del personal de servicio a revisar su Manual de organización y funciones. Estaba segura que había visto un mapa de todo el hotel. Cuando al fin lo encontró sintió que alguien se sentaba a su lado. Levantó apenas la vista y lo único que se le vino a la mente fue que no era el momento.

—Arnie —dijo en voz baja ni bien cruzaron las miradas.

—Hola, Priss, ¿qué haces aquí? Creí que ya había acabado tu turno, me alegra verte. ¿Buscas algo? —preguntó al notar el enorme mapa de zonificación del hotel.

—Voy a "The Palm Court".

—¿Reunión para la boda? Vaya, estás de suerte —dijo poniéndose de pie y le tendió la mano—. Vamos al mismo lugar, yo también estoy dentro de la organización.

—Ya veo...—dijo no muy animada. Sabía que se iban a tener que cruzar, pero no quería dar ni un paso más con él sin aclarar las cosas—. Arnie, tenemos mucho de qué hablar.

—Podemos hablar saliendo de la reunión si quieres, ¿qué tal una cita? Vamos por un café.

—Es en serio, Arnold, tenemos que hablar de todo, de nosotros especialmente. Pero hoy no puedo, tengo algo que hacer.

—Lo que sea no nos tomará mucho tiempo. No será una cita, pero iremos a dar una vuelta, un lugar tranquilo para hablar, ¿te parece?

—Está bien. Ahora, ¿me puedes decir dónde está The Palm?

—Ven conmigo —le extendió la mano una vez más. Le sonreía como siempre y un sentimiento de culpa invadió a la chica. Él era el mismo, tan bueno, tan lindo, el chico que había querido tanto y durante mucho tiempo. Sabía que él no merecía el desplante que le hizo, pero no podía siquiera pensar en regresar a su lado. Tomó su mano sonriendo apenas y se fueron juntos hacia "The Palm Court"—. ¿Sabes? Te queda muy bien el uniforme, mejor que el de Le Cordon Bleu.

—Imaginación tuya, son de la misma talla. Aunque a ti si se te ve muy bien con el traje. Me alegra que te haya ido bien en todo.

Llegaron al fin al lugar. Un amplio salón de estilo neoclásico, rodeado de espejos, obras de arte y de fina decoración les daba la bienvenida. En una mesa al centro estaban sentados los que iban a participar. Al lado de Adriano estaban unos seis asistentes de cocina que ella conocía de vista. También estaba Sandra Weaver, conocida como la mejor repostera del país, también acompañada de sus asistentes. Cerca estaba la panadera de The Oak Room. Al frente Cameron, quien había reservado un espacio para Arnold pues sería su ayudante. Y lo que más sorprendió a Priss fue ver a Rachel por ahí, no tenía idea de quién la había convocado, pero le alegraba saber que su amiga formaría parte de todo. Había un sitio libre entre Arnold y Rachel, el único a decir verdad. A Priss no le quedó de otra que entrar en silencio al lado de su exnovio y sentarse juntos frente a Adriano.

—¿Qué estamos esperando? —preguntó en voz baja Priss a su amiga.

—Es el organizador, Cameron dice que es de lo más fresco, siempre se demora, pero exige puntualidad —respondió Rachel también en voz baja.

—Cameron, ¿qué es esa confianza? Como si fuera tu amigote, respeta a tus superiores —le dijo en tono de broma.

—Claro que es mi amigo, tú no sabes por qué no sales tu área, ¿verdad, Cameron? —Le preguntó buscándolo con la mirada, estaba a solo a dos sitios de ella.

—¡Ah claro! Si, por supuesto —respondió animado—. ¿Y de qué se supone que estaban hablando?

—De que tú y yo somos amigos.

—Desde luego. Hace un par de días descubrimos que teníamos una amiga en común...

—Vaya, ¿se puede saber quién es? —preguntó Arnold introduciéndose en la conversación. Priss no lo sabía, pero mientras había estado perfeccionando sus técnicas de cocina, Arnold y Rachel se hablaban como viejos amigos, además de que gracias a que Rachel terminaba temprano sus turnos se quedaba conversando largo y tendido con el maître de The Oak Room.




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