Calidad total

Capítulo 29: Las chicas tienen que estar unidas

La mañana del lunes cuando ya todo estaba tranquilo en la familia Hudson, Priss recibió la llamada de "reunión urgente" de parte de Camila. Rachel también estaba citada, así que supuso sería una especie de reunión de chicas. Ambas se habían enterado de la liberación de Edu esa misma noche pues Priss no pudo aguantarse la emoción y ni bien se fue Adriano les contó todo a ambas por el grupo de WhatsApp que tenían. Así que Camila las citó para un almuerzo con las dos, tenía algo urgente que decirles.

El punto de encuentro era Manhattan, en la puerta del Central Park más próxima al Hotel Plaza. Las tres fueron puntuales, aunque Camila al parecer tenía un buen rato esperando. Explicó que a ella sí le había tocado trabajar esa mañana y que justo ya estaba de salida. Ahora el problema era buscar un restaurante decente a esas horas cuando medio New York estaba almorzando. Así que sin más preámbulos, se metieron al Mc Donald's. Priss les contaba durante la caminata lo que pasó con su hermano y como Adriano le dio la sorpresa de traerlo sano y salvo a la casa.

—Awwww, ¡pero si es un amor! —exclamó Camila.

—Si claro, no le quedó de otra después del papelón que armó con Arnie —dijo Rachel, a quien claramente le seguía incomodando cualquier elogio a Adriano por más simple que fuera.

—Basta, Rachel, no seas cruel con él. No hay intenciones ocultas en eso.

—No, claro que no. Solo que quizá lo que buscaba era la aprobación de los papitos suegros, ¿no? —Priss se quedó callada. Rachel quizá tenía razón, pero definitivamente ese no fue todo el motivo.

—Ya dejen de hablar, ¿qué van a pedir? —preguntó Camila quien estaba frente al cajero.

—Cuarto de libra con queso —dijo Priss.

—Si, yo también quiero eso —agregó Rachel mientras sacaba el dinero de su billetera.

—Y yo un Mc Pollo —dijo Camila mientras recibía el dinero de las chicas—, y combo agrandado por favor. Supongo que las bebidas Coca Cola —ellas asintieron. Después de realizar el pago esperaron a un lado hasta que el pedido estuviera listo para sentarse de una buena vez.

—¿Y les cayó bien? —le preguntó de pronto Rachel a Priss.

—¿Cómo?

—Que si les cayó bien a tus padres, ¿cómo lo tomaron?

—No muy bien que digamos. Pero estoy segura de que en un par de días se les pasa y todo estará bien.

—Espero que si —les dijo Camila. Al fin les habían entregado su pedido y cada quien tomó su bandeja mientras buscaban una mesa para almorzar—. Pero no fue para hablar de Priss que las traje, hay algo que debo contarle y es muy importante, la verdad es que creo que tienen que saberlo.

—Me preocupas —le dijo Rachel, tomaron asiento en una mesa algo apartada y se prepararon para comer—. Sucede algo malo, ¿no?

—Si y no. —Camila no sabía bien si estaba correcto decirles lo que había descubierto sobre Estelle. Tenía mucho que ver con su trabajo así que tenía ciertas dudas. Pero ellas, como sus únicas amigas en ese hotel, debían saberlo—. Verán, van a pasarme a ser empleada forma de tiempo completo.

—¡Wow! ¡Eso es genial! —dijo Priss sonriente—. ¡Hay que celebrarlo! Creí que se necesitaban seis meses para el contrato.

—Y no solo eso —continuó Camila—. Me van a ascender, seré supervisora...

—Entonces no tiene nada de malo —agregó Rachel—. ¡Es lo máximo, Camila! ¿Supervisora de Housekeeping en el Hotel Plaza? ¡Lo mejor que le puede pasar a una practicante!

—Lo sé —contestó con una media sonrisa—, y al principio estaba igual de eufórica. Pero es que quizá ese nombramiento no es tan justo que digamos.

—¿Por qué? —le preguntó Priss. Camila dejó su hamburguesa a un lado y se agachó un poco hacia la mesa para hablarles en voz baja. Las otras dos hicieron lo mismo.

—Descubrí algo para arruinar al jefe de conserjería.

—Oh vaya... —dijeron las dos a la vez muy sorprendidas.

—¿Y qué es eso? Si se puede saber.

—Un día mientras hacía mis labores como siempre lo encontré haciendo "cosas" con alguien en uno de los almacenes de housekeeping, ¡y a que no saben quién era!

—¡Ahhh! ¡Tengo miedo! ¡Habla ya! —le dijo Rachel ansiosa por saber el chisme.

—Recuerdan a la chica esa, la de recepción que le gusta a Charles. Estelle creo que se llama...

—¡No me jodas! —dijeron Priss y Rachel a la vez.

—Sí. Pero lo peor de todo es que como sabían quién era yo mandaron una queja en nombre de un huésped con quien me llevo bien y le hago favores, este lo negó obviamente. Olivia sospechó y le tuve que decir todo.

—Espera un momento, ¿cómo que huésped al que le haces favores? —preguntó Rachel arqueando una ceja.

—Si, Camila, eso sonó muy raro —agregó Priss. Ambas chicas comenzaron a reír, Camila se puso roja de solo recordar a Alec y tampoco pudo evitar reírse.

—¿Qué tipo de favores son esos? —le preguntó Rachel.

—Nada...bueno, sí son medio sucios, es que el tipo lleva a sus amantes y a veces yo le ayudo a sacarlas por la puerta de atrás.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.