Cuando Cameron y Anne llegaron al hospital después de la llamada, encontraron a Samantha discutiendo con el médico de Adriano. La hermana del chef amenazaba con denunciar al hospital por haber permitido que Adriano saliera sin autorización y ante la vista de todos. El doctor no sabía bien como excusarse, quizá era porque no tenía una base con que hacerlo. La madre de Adriano estaba sentada a un lado sin decir mucho, quizá estaba pensando en algunas posibilidades o lugares donde podría estar su hijo. Samantha había llamado a Barbie, él le había dado su número en caso de cualquier problema y siempre estaba dispuesto a ayudar.
—Eso no sirve de nada —le dijo Cam a Samantha para intentar calmarla. De verdad estaba muy molesta con el médico y no paraba de hablar. Al decir eso la chica se detuvo e intentó respirar hondo—, hay que concentrarnos en donde puede estar.
—Buenas noches —Daniel entró a la habitación a saludar a los dos recién llegados—. Revisé las cámaras de seguridad. En resumen, salió de la habitación, habló con alguien que le entregó una maleta. Entró al baño y salió vestido listo para salir. Se fue discretamente, nadie le dijo nada.
—¡Ajá! ¿Y quién demonios está vigilando las cámaras? ¿No pudo ver todo eso? ¡Pero cuando termine con ustedes jamás tendrán la denuncia más grande de sus vidas! —gritó Samantha una vez más. En momentos como ese, a Cameron le quedaba claro que lo de hablar a gritos era cosa de la familia Hartmann. Y lo de amenazar con demandas también. Sam era la versión femenina de Adriano, y si a eso le agregas que como hermana mayor siempre quiere imponerse, tienes una combinación mortal.
—Ya, hija, basta —la dijo su madre—. Sabemos que se fue, que nadie del hospital le dijo nada. Y eso no es lo importante ahora, sino donde puede estar. Deja de gritar, me duele la cabeza.
—No debe estar muy lejos —le dijo el médico—. Considerando su estado, debe estar aún cerca. Vamos a buscarlo inmediatamente.
—Eso tampoco es cierto —interrumpió Barbie—. Un testigo lo vio tomando un taxi. No recuerda en qué dirección se fue, pero ya debe estar lejos.
—Cameron, tú que eres su amigo —le dijo la madre de Adriano, la señora Sophia—. Debes saber dónde está, ¿verdad? O al menos tener una idea.
—Ya llamé a casa de Priss, ahí no está. Además, no conoce el lugar...
—¿Priss? ¿Quién es Priss? —preguntó de pronto Samantha. Cameron supo que había metido la pata, ellas no tenían idea de la existencia de Priss. Y si mencionaba siquiera que el accidente sucedió justo después que abandonó su casa por una pelea las cosas se iban a poner peor.
—Ah... es la exnovia de tu hermano —respondió esperando que no preguntara tanto.
—¿Ex novia? La última que conocí es Sandra, ¿de dónde salió esa? —preguntó desconfiada.
—Bueno, acababan de empezar la relación, discutieron. Ya todo se iba a poner bien y justo sucede esto.
—Pues no me da buena espina —dijo Samantha—, porque ni siquiera se ha dignado en venir a saludar. ¿Crees que la haya ido a buscar?
—Creí eso, pero luego lo pensé bien. Él no tiene idea de su nueva dirección, no puede estar allá.
—Entonces, ¿qué se te ocurre? ¿Crees que haya ido al restaurante?
—Quién sabe, en este momento es muy difícil saberlo. Pero debemos empezar a buscarlo ya. Si el doctor dice que es peligroso...
—Bueno, de eso me encargo yo —les dijo Barbie—. Llamaré a las principales delegaciones de New York, les prometo que en menos de una hora tengo noticias.
—Es mucho tiempo...—dijo la madre—. Mi hijo puede estar corriendo riesgo, ¡puede empeorar!
—¡Es un insensato! ¿Cómo se le ocurre hacer algo así? —decía Samantha molesta, pero más que eso preocupada—. ¡Lo veo y lo agarro a cachetadas! Es su salud, ¡no puede jugar con eso!
—Tranquila, tendremos noticias pronto —le dijo Cameron. La verdad era que también él pensaba lo mismo, lo que Adriano hizo fue una imprudencia que podría tener consecuencias fatales. A su lado, Anne se mantenía en silencio. Entendía que era una situación familiar y si Cameron estaba ahí era porque lo consideraban amigo de la familia. Ella no tenía nada que aportar de momento. De pronto el celular de Cameron empezó a sonar y se apresuró en contestar. En breves palabras, Rachel le dijo que Adriano había llegado, que se sentía mal, que ya había llamado a una ambulancia, pero que necesitaba lleguen ellos para que los regresen al hospital—. Buenas noticias, ya lo tengo ubicado. Me han pedido que vaya con una ambulancia. —Todos se sintieron aliviados, aunque después de escuchar que debían ir con una ambulancia la desconfianza volvió. Pero al menos ya sabían dónde estaba.
—Pronto, no hay que perder más el tiempo —le dijo Samantha—. ¡Y cuando llegue me va a oír!
—Buscaré una ambulancia inmediatamente, iré con usted —dijo el médico a Cameron antes de salir.
—No demoraré, ¿te molesta esperarme? —le preguntó a Anne. Ella solo sonrió y le dio un suave beso. Él también sonrió y entendió su respuesta. Salió de ahí rumbo a la planta baja donde la ambulancia los esperaría. La habitación se quedó en silencio un rato, pero se percibía ya el alivio de todos.
—Bueno, creo que no soy necesario —les dijo Barbie.
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Editado: 04.10.2023