—¡Nunca me dijeron que era una boda gay! —gritó Charles en la puerta de la cocina. En medio de tanto alboroto, el chico apareció ahí para quejarse un poco.
—Yo ya lo sabía —dijo Priscila por su lado mientras seguía concentrada en la comida que preparaba.
—Bahh... no es para tanto —le dijo Rachel en el mismo tono mientras terminaba con la decoración de algunos platos.
—¿Cómo que no es para tanto? ¡Afuera está lleno de gays y drag queens! —seguía reclamando el otro.
—Nadie te ha acosado ni metido la mano, así que te callas —le cortó Priss.
—Pero... —continuaba el chico, pero ahora le cortó Rachel.
—Ni que te hubieran metido un pene en la boca. Así que lleva los platos y te callas.
—¡Es que en serio, no tienen idea de todo lo que he pasado allá afuera!
—Si sé, están haciendo una competencia de voguing, yo me voy a desmayar de la emoción si salgo a ver eso así que mejor me concentro acá —le dijo Rachel—. Ya escuchaste, Charles, lleva los platos y te callas
—Ustedes no tienen empatía con los pobres heterosexuales en desgracia —soltó él en el tono más dramático posible. Ambas chicas terminaron carcajeándose, él tomó la bandeja y se fue haciéndose el indignado de nuevo al comedor. Desde la cocina se escuchaba que afuera la estaban pasando de lo mejor.
Había llegado al fin el día de la boda para la que Rachel y Priss fueron contratadas. Después de varios días de esperar noticias, las dos chicas se juntaron con el tío de Charles que era dueño de "C&J Eventos", una empresa conocida en el rubro. El hombre quedó encantado con ambas, más al saber que habían trabajado en The Oak Room. Les dijo que no era un evento grande y necesitaba urgente dos chefs que se hagan cargo de la comida, mucho mejor si iban recomendadas. Así que las contrató para ese evento y les dijo que si les iba bien esa vez las tendría en cuenta para cuando necesite más personal para cualquier ocasión, eso era a menudo pues tenían eventos casi a diario.
Una semana después de esa reunión ellas ya tenían todo listo para ponerse en acción. Habían hecho las compras, habían coordinado la entrega del menaje, ya tenían a unos cuantos asistentes de cocina para que las ayuden y se sentían en cierta manera emocionadas. Era la primera vez que la hacían de chefs en una cocina, siempre habían sido solo ayudantes.
Hasta que llegó el gran día, empezaron con un poco de nervios, pero se tenían la una a la otra e iban a apoyarse en lo que sea. Tenían que estar muy temprano ahí, y ya que él iba a participar también, Charles pasó a recogerlas. Las horas pasaban y las chicas estaban completamente entregadas a la cocina. De alguna manera sintieron que todo era más fácil con gente haciendo las preparaciones previas por ellas. Se sentían incluso un poco más libres para hacer las preparaciones finales y darles el toque de cada una. Aunque la parte más difícil iba a ser armar la presentación de los platos, y a pesar de que ya lo habían ensayado decidieron hacerlo con mucho cuidado.
La situación era un poco difícil. Se podría decir que no era un evento con mucho presupuesto, nada comparado con las bodas que organizaban en el Plaza. Había algunas dificultades para los instrumentos de cocina. Cuchillos que no cortaban, ollas algo viejas, tablas de picar de madera no recomendadas y entre otras cosas. Ni hablar de la zona en donde debían de preparar los platos. La boda era para cien personas y aquel espacio era reducido. Pero no parecía importarles, estaban tan concentradas en su trabajo que eso no las detenía.
Afuera la recepción ya había empezado y Charles apenas se estaba dando cuenta del tipo de boda que era. Quizá debió poner más atención en el salón donde decía "Larry & Harry" bien grande, quizá debió pensar en otra cosa que no sea mandarle mensajes a Estelle por el celular y mirar las tarjetas de invitación. Cuando empezaron a llegar los invitados ya era demasiado tarde. Al principio le pareció normal, obviamente siempre había "raros invitados" en toda boda, poco después se dio cuenta de que casi todos estos eran gays y él se sentía algo intimidado.
Eso no cambió su actitud. Daba su mejor sonrisa, era servicial y atento como siempre. Felizmente terminó todo muy pronto, llegó la pareja y para su sorpresa eran dos hombres jóvenes muy bien parecidos. "¿Por qué rayos pensé eso?", se dijo a sí mismo cuando se le ocurrió que los novios era hombres atractivos. Al menos, a su parecer, eran como cualquier hombre que encontrabas en la calle. "Nos invaden", dijo esta vez al ver como esos dos se daban un beso de lo más normal antes de entrar. "Claro, porque es normal. ¡No seas homofóbico! Ya te dijo Rachel, nadie te va a meter un pene en la boca", pensó. Y terminó riéndose de sí mismo. Nadie entendía a los pobres heterosexuales en desgracia, tampoco tenían que entenderlos. La mayor parte del tiempo hacían berrinches ridículos, como él hace un rato.
Todavía debía quedarse allá afuera por un buen rato con la lista de los invitados hasta que estuvieran todos presentes y también hasta que todo terminara. Así que cuando la lista estuvo completa decidió entrar otra vez a ver a sus dos amigas.
—Pero ya cambia esa cara de tensión y ven a comer algo. El almuerzo está delicioso, la hicimos nosotras —le dijo Priss extendiéndole el plato con una sonrisa.
—Bueno, igual tengo hambre y cualquier cosa es buena...
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Editado: 04.10.2023