—¿Estás seguro de que todo estará bien? —le preguntó una vez más Adriano a Cameron. Ya habían pasado dos días después de todo ese escándalo con protesta incluida. Al final varios medios se retractaron por la información falsa que difundieron, y aun así Anne no tenía la menor intención de retirar la demanda por difamación. Adriano y Cam también hubieran estado encantados de llevar ese asunto a los tribunales, pero el hotel se los prohibió. No querían más escándalos. Y en cuanto a Sandra, una vez más se hizo el silencio. No había declarado nada hasta el momento pues el juego se había revertido. Ahora ellos eran las víctimas y ella quien los difamaba.
—Todo va a estar bien —contestó el maître—. La verdad es que ni sé qué haces acá. Priss te está esperando para irse de una buena vez, no pierdan más el tiempo.
—Lo sé. Hemos planeado este viaje hace tiempo, es solo que...
—Escucha, Adriano —lo interrumpió al notar que seguía con dudas. Desde que empezó el escándalo estaba así, no creía que viajar sea lo más recomendable en esos momentos. No quería que su amigo se pierda la diversión, si tenía la oportunidad de relajarse lo mejor que podía hacer era irse—. Ninguno de nosotros sabía que esto iba a pasar, solo sucedió. Y felizmente sabíamos lo que ella planeaba hacer, al menos pudimos tomar precauciones. No dejes que Sandra les arruine el viaje a ti y a Priss, tienen que disfrutar de esto.
—Claro que quiero irme, estar con ella es lo que más he esperado estos días, pero son tantas cosas las que están pasando que tengo mis dudas. Una semana para Sandra es suficiente para arruinar la vida de las personas. Quisiera estar al pendiente por si algo sucede.
—Tú no tienes que preocuparte de nada, ya dijimos lo que nos correspondía. Y mañana todos se olvidarán de nosotros cuando el verdadero padre salga a declarar. Lo que te conviene es estar lejos, así evitas los problemas.
—¿Y qué hay de ti?
—¿De qué? —dijo con una media sonrisa. A pesar de todo lo que había sucedido, Cam lucía muy relajado—. Soy el "maître erótico", así me bautizó Rachel. Se dice que estoy de moda, así que según "el maravilloso equipo de marketing" que tenemos en el hotel, es un punto a favor para el restaurante.
—¿En serio? —contestó correspondiendo la sonrisa—. Últimamente me he dado cuenta de que son capaces de todo, incluso de usar el escándalo para presentarte como "símbolo sexual".
—¿Usarme? Usarnos suena mejor. Tú eres otro que está dentro del saco. Ayer Anne me obligó a ver unos memes y demás vídeos que hay en Instagram. Querido amigo, estamos cotizados. Así que, siendo sinceros, te conviene irte de viaje por un par de días. Me imagino que cuando regreses tendrás más fans enamoradas de las que ya tienes.
—No sé de qué me hablas, acá el que se está volviendo famoso eres tú —contestó Adriano, parecía algo incómodo. Nunca llevó bien los piropos, era de los que se enrojecían cuando alguna chica se le acercaba para coquetearle.
—Si, pero tú ya tienes tiempo cosechando fans. Es más, Priss era una de tus fans ahora que me acuerdo. —Ambos empezaron a reír. Adriano aún no estaba seguro si dejar New York para ir a relajarse en Punta Cana, pero en parte sabía que Cam tenía razón. Ya no podía hacer más ahí para controlar el escándalo. Además, ¿cuándo podría hacerlo? Luego llegaría la reinauguración del restaurante y estaba seguro no iba a tomarse descanso alguno en un buen tiempo.
—Un poco triste y desastroso esto de que terminen convirtiéndonos en símbolos sexuales de la gastronomía, en lugar de prestar atención al daño que han hecho a las chicas. Por ejemplo, Priss quedó como una arribista, Anne como la manipuladora, y pues Sandra como la desquiciada. Eso último es verdad, y aun así me molesta todo.
—Si, Adriano, te entiendo. Pero ya deja de pensar en esas cosas, pronto la gente se olvidará de nosotros. Y si El Plaza puede revertir las cosas y darnos buena publicidad por este escándalo ya no me importa.
—Bien, tienes razón. Voy a olvidar este tema de una vez que me duele la cabeza —dijo él luego de soltar un suspiro—. Iré por Priss, ella estaba esperando la confirmación. Tenemos las maletas listas, pero no sabíamos si viajar o no. Ya me he decidido a hacerlo. Total, es solo una semana. No creo que las cosas se salgan de control por tan poco tiempo, no con Barbie de nuestro lado.
—Claro que no, todo ha ido bajo control. Sandra está acabada. Lo triste es que es ella misma quien está cavando su propia tumba. Nosotros solo nos estamos defendiendo.
—Cierto. —No es que él quisiera hundir a Sandra, pero tal como Cameron dijo, solo se estaban defendiendo. Fue ella quien inició la guerra, fue ella quien insistió con vengarse de él. Si estaba cayendo en desgracia era su responsabilidad. Pero conociéndola como la conocía, para Sandra los culpables de sus desgracias siempre serían ellos.
**************
—Todo va a estar bien, no te preocupes —le decía Rachel a Priss. Adriano había llamado para avisar que estaba en camino para irse juntos al aeropuerto, de todas maneras se iban de vacaciones. Ahora su amiga la ayudaba a guardar algunas cosas necesarias para el viaje que casi se le olvidan.
—Eso espero, Sandra cada día está peor. Solo espero que reconozca que necesita ayuda —contestó Priss.
#13219 en Novela romántica
#1856 en Novela contemporánea
romance comedia, chef empresario millonario atractivo, amistad aventuras romances y misterios
Editado: 04.10.2023