Calienta mi Corazón

Capítulo Tres

            Tan pronto la reunión termina, salgo más rápido que un rayo del despacho de mi hermano. Ya es mediodía y, por fortuna, Susanna no está en su lugar de trabajo, lo que me da la oportunidad de hacer lo que siempre hago en situaciones desesperadas. Y créeme cuando te digo que esta es una situación desesperada. De alerta máxima. Del tipo llamen-al-911-y-activen-la-alarma-de-tsunami, porque lo que se me ha venido encima es peor que ese fenómeno natural.

            —Más te vale que tengas una buena razón para llamarme a estas horas —dice Benny con voz adormilada cuando responde mi llamada. ¿Y desde cuándo mi persona espera a que el móvil le suene ¡cuatro veces! antes de responderme?—. ¡Casi despiertas a Gavin!

            —¿Despertarlo? Es mediodía, Ben. Doce y cuatro, para ser exactos.

            —Tú y tu manía con el reloj. Son las cuatro de la madrugada en Sydney.

            —¿Sydney? —pregunto atónita—. ¿Hablas de Sydney, Australia?

            —¿Es que conoces algún otro Sydney? —pregunta Benny a su vez.

            —¿Qué rayos haces en Sydney?

            —¿Tú qué crees?

            Ah, ahora comprendo. Gavin es fotógrafo y suele exponer en galerías de todo el mundo, así como recibir encargos de varios países. Recuerdo que Benny me dijo que su novio estaba entusiasmado porque lo habían contratado para hacer unas fotos de varios paisajes de Sydney que se utilizarían en la serie televisiva más popular de Australia. Y como Gavin es de padres australianos a pesar de nacer en San Diego, considera que ese trabajo es como conectar con sus raíces, por lo que había aceptado sin dudar.

            —Pero tú no ibas a ir con él a Sydney —le recuerdo a mi mejor amigo—. Tenías un compromiso en Los Ángeles.

            —Lo cancelé.

            —¿Así, sin más?

            —Por supuesto, tonta. Se trata de prioridades. ¿Crees que lo único que nos separó a Gavin y a mí fue la desaprobación de su familia debido a su orientación sexual?

            —¿No fue por eso?

            —Digamos que ambos teníamos cosas que cambiar para que nuestra relación funcione. Y lo estamos haciendo.

            —Cancelando un compromiso de trabajo —no puedo reprimir que la incredulidad se note en mi voz.

            —No, dando tiempo de calidad a mi pareja.

            Esto sí que es una novedad. Benny siempre ha sido un adicto al trabajo, y jamás hubiese cancelado un compromiso para volar al otro lado del mundo con el amante de turno. Su nueva actitud hacia Gavin me confirma definitivamente lo que ya sospechaba desde que me habló de su reconciliación (él nunca miró atrás cuando ha terminado con las personas con las que salió en el pasado, mujeres incluídas): Benny se ha comprometido en serio con Gavin Thorpe.

            —Finalmente te han atrapado —bromeo.

            —Nadie me ha atrapado. Amo a Gavin, que es muy diferente y mucho más profundo.

            Su tono serio me dice todo lo que necesito saber. Solo espero no perder a mi persona en el proceso. Algún que otro ex de Benny ha querido separarnos, por no mencionar al cerdo mayor...

            —Tranquila, cielo —añade Benny, leyendo mis pensamientos. Como siempre—. No vas a perderme. Tú siempre serás la mujer de mi vida. Mi persona.

            —Lo sé —lo digo sinceramente porque no dudo de él—. Y tú eres mi persona también. Me alegro por tí y por Gavin. Pero si no soy tu madrina de bodas, juro que jamás te lo perdonaré.




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