Calienta mi Corazón

Capítulo Dieciséis

Portillo, Chile

 

            Tomo nota mental de las palabras de A.J. y me dispongo a disfrutar de las dos horas que durará el viaje por tierra a Portillo. En cuanto me ponga los esquís, voy a olvidar todo a mi alrededor, A.J. Kerr incluído.

            «Por supuesto, St. John. Estarás pensando en él veinticuatro horas al día en vez de las veinticinco que acostumbras a hacerlo».

            Mientras tanto, me entretengo con los tuits reaccionando al regreso de A.J., que ya están comenzando a aparecer en la pantalla. La mayoría son de asombro, otros están incrédulos. Cuando los medios deportivos más importantes del país se hacen eco de la información y lo confirman haciendo público el comunicado oficial de la federación de esquí nacional, se desata el caos.

            Los primeros mensajes que me llegan son del grupo de las chicas del equipo femenino de esquí que tenemos en Whatsapp.

 

Jules: Chicas, ¿han visto esto?

 

            Julianne envía una captura de pantalla con la ya famosa publicación de A.J. en Instagram.

 

Karen: ¡No puede ser!

Monica: ¿Será cierto?

Karen: Es demasiado bueno para ser verdad... ¿El Chico Malo del Esquí está de vuelta?

Stacey: ¿No será una broma de mal gusto?

Leanne: El día de los inocentes es en abril, Stacey. Estamos en agosto.

Stacey: Las bromas pueden ser cualquier día del año.

Yo: Es cierto, chicas. A.J. Kerr vuelve a esquiar. Confirmado. Mi fuente es fidedigna.

Lexie: Ahora va ser un gusto ver las competencias masculinas.

Karen: Oh, sí. Ver esquiar a ese papasote es todo un poema. Y ya saben de qué poema hablo ¿eh?

Yo: ¡Karen! Que Monica es menor de edad.

 

            En realidad, escuchar a mi amiga y compañera de equipo decir tales cosas sobre A.J. me da urticaria.

 

Monica: Tengo dieciocho, Merry.

Yo: Pero eres menor de veintiuno, renacuaja.

Jules: Al diablo con la edad, Merry. ¡Oh, por todos los cielos! Esta temporada va a ser buena.

Lexie: Y que lo digas, Jules, entre el regreso de A.J. y el tuyo, Merry, la prensa se va a volver loca.

Yo: Jajajajajajaj, gracias por lo que me toca, Lex.

Jules: Un segundo... ¿Cómo sabías tú esta noticia y nosotras no, Merry?

 

            Ya sabía yo que Julianne, una de las chicas con las que tengo más cercanía en el grupo, se daría cuenta de aquel minúsculo desliz. Improviso sobre la marcha.

Yo: Tengo información privilegiada, chicas. Entiéndase, el esquiador en cuestión está sentado ahora mismo a mi lado.

Leanne: ¿Quéeeeeeee?

Monica: ¡No juegues con nosotras!

Lexie: Cuéntanos TODO.

Yo: No hay mucho que decir. Coincidimos en el avión y hablamos durante el vuelo. Y me contó de su regreso.

 

            Charlamos unos minutos más y nos despedimos. Ya falta poco para que nos encontremos de nuevo.

            Entonces, un bloguero muy famoso en el ámbito de los deportes invernales lanza el hashtag “El dios de las Nieves regresa” y, en cuestión de una hora se vuelve trending topic nacional.

            —Has revolucionado las redes —le comento a A.J.

            —Lo sé.

            Él se sube las gafas y me guiña un ojo. Me río, hago mucho eso con A.J., tengo que decirlo, y sigo divirtiéndome con las especulaciones sobre el regreso del Chico Malo del Esquí al deporte competitivo.

            Para cuando llegamos a Portillo, el hashtag es número uno trending topic mundial.

            Tan pronto Vinny aparca la camioneta, salgo de ella y respiro hondo. El olor a nieve penetra mis fosas nasales. Echaba de menos este olor. No es que no haya olido la nieve desde mis “vacaciones forzosas” del circuito. Después de todo, vivo en Colorado, donde cada invierno hay nieve y tanto Aspen como Beaver Creek son paradas frecuentes de la gira de esquí. Es que el olor de Portillo es peculiar e inigualable.




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