INTRODUCCION
El periodo de la post-guerra acabó con el espíritu de los hombres en Moscú, el paisaje era desolador, y el invierno causaba estragos en los jóvenes, muchos escapaban de su realidad con vodka, otros apostaban todo el dinero ganado en la fábrica. La ludopatía y el alcoholismo reinaba las calles, la vida gris y monótona los obligaba a refugiarse en lo mundano. La vida no tenía gran misterio, tampoco gran emoción, se componía principalmente por el trabajo y poco más. Tras la revolución industrial muchos abandonan sus familias en el campo para poder trabajar y ganar algo de dinero, con la promesa de una vida mejor muchos venían a Moscú. La calles llenas de hombres jóvenes corriendo para llegar al trabajo era habitual, y aún más común eran las fiestas, muchos repetían el comportamiento de los demás; trabajar todo el día para luego embriagarse en cantinas, y luego perderlo todo en apuestas clandestinas. Si analizamos a la gente de Moscú, no tendrían diferencia alguna sobre las hormigas, todos pensaban igual, trabajan igual y visten y sienten igual. Esta era la vida de los hombres y las mujeres. Los únicos que se oponian a la vida bohemia y gris, eran los niños, jugaban alegres, sienten como ningún otro, conservaban el brillo de la niñez que rápidamente sería arrebatado por la crianza cruda de los padres y el trabajo al cumplir dieciséis.