Camino a Ámsterdam

Capítulo 2

Dakota era una de las chicas populares de la universidad. Es de estatura media, cabello castaño, un cuerpo esbelto, su estilo de ropa era único era femenina, era como una diosa. Aunque es difícil de creer era tímido con los chicos era popular pero entre las chicas. Todas querían ser ella. Recuerdo el día que la conocí, fue un martes en la noche había luna llena. Ella estaba sentada leyendo un libro, tal vez Harry Potter o una novela clásica como Romeo y Julieta. Yo iba de camino a mi cuarto cuando de repente ella se le cae su teléfono, aun recuerdo que tenía una funda color rosa y estampas con pandas.

- ¿Te gusta los pandas? Pregunto mientras le entrego el teléfono -.

Ella oculta su rostro.

- ¿Eres tímida? Pregunto de nuevo-.

Me responde con la cabeza. Yo me siento a la par suya y a pesar de que era de noche podía ver que su cara se ponía roja, le daba un poco de vergüenza hablar con un chico.

- Soy Licker pero me dicen Lix. Digo-.

Ella solo mueve su mano para indicarme hola. Me gustaba que fuera así tímida y no una chica aventada que se ven hoy en día en las calles, institutos o empresas, es como sí el interés fuera un deporte que se practica día a día.

- Me agradas, ser tímido a veces es algo positivo. Digo-.

Ella sonríe y trata de ocultarse en su pelo largo y castaño. En ese momento, no sabía que me enamoraría. Aun así decidí contarle una experiencia que tenía sobre ser tímido.

Cuando empecé mi primer año de primaria, yo no conocía a nadie, cuando entraba a clase todos trataban de que hablara pero nunca funciono. Hasta que un día conocí a Mike y el logro hacer hablar. Su pregunta fue:

-¿Te gusta el popo? Dijo.

Obviamente respondí que no. Me hizo reír y luego comenzamos a hablar y fuimos grandes amigos. Al contarle esa historia a Dakota ella se rio de una forma dulce que era agradable.

Luego hice de estúpido y pregunte:

- ¿Te gusta la caca? -.

- No. Claro que no-.

- Logre sacarte unas palabras. Digo-.

- Bueno, es que me ha hecho mucha gracia. Dice-.

Esa noche ocurrió algo que no puedo describir, fue como conocerme a mí mismo pero no era así estaba conociendo una gran chica. Era la medianoche y la plática no terminaba, hablábamos de todo, metas, sueños, amigos, música, padres. Decidí reservar mis locas aventuras épicas. Pero ella era grandiosa estudiaba comunicaciones. Sería bueno verla conduciendo un show de talentos o dando el clima. Lo único malo es que vivía lejos. Exactamente en Portland. Su carrera duraba 5 años y la mía 3. Tenía que aprovechar el tiempo para estar con ella.

Luego de esa noche, siempre hacia lo mismo, miraba hacia al techo como si nada pasara, pero mis pensamientos no era de historias que nunca pasarían, sino de historias que quiero que pasen con Dakota. Creo que era muy precipitado para decir que estaba enamorado.

Recuerdo cuando tuve a primera novia yo tenía 16 y era del instituto. Se llama Xana. Era algo parecida a Dakota pero son en cuerpo. Ella era un poco vanidosa e inteligente. Pero nuestra relación duro más de 8 meses. La conocí en una fiesta a la que me invito un amigo, la invite a bailar y después de eso salimos al patio, luego fuimos al carro de mi papa. La lleve a comer a un Burguer King y pues ella y yo nos conectamos. Éramos diferentes pero igual no hubo ningún problema en nuestra relación. Hasta que un día me di cuenta que ella fue infiel.

Un día fui a su casa, llevaba rosas y una bolsa de frituras. Su madre me abrió la puerta y la vi a ella en el sofá besándose con otro. Ella trato de explicarme pero yo decidí irme. Después de ese día jamás le habla a veces me buscaba pero yo siempre le decía que estaba ocupada.

Pero aun así pensaba en Dakota en que ella era diferente a las demás. Es cierto esa frase que dice: "cuando un hombre dice que una mujer es diferente es porque está enamorado". Si tienen razón un hombre sabe cuando una mujer vale la pena los demás solo buscan satisfacer sus pensamientos machistas.

Creo que si se podría decir que estaba flechado pero tenía que conocerla aun más.

Al día siguiente después de terminar clases decidí buscarla, saber donde estaba. Y la encontré estaba vestida con un pantalón de lona color azul oscuro, unos chapulines color negro, una blusa de tirantes blanca y con un suéter negro. Fui con ella y la salude. Se cara se puso roja, se mordía el dedo gordo y con la otra mano me saludaba. Decidí invitarla a comer a los restaurantes del campus. Siempre estaba nerviosa y se reía de la forma más dulce. Los primero cinco minutos eran incómodos porque se reía pero una risa que poco a poco me conquistaba. Después ya hablamos normal, ahora eran cosas más personales y profundas. Me confesó que tenía dislexia, parecía que esa enfermedad era muy común entre los jóvenes. Pero fui sincero con ella y me dio igual, no por tener discapacidad mental voy a juzgarla. Ella en sé momento tomo mi mano y me dio las gracias con la mirada.

Ese fue uno de esos grandiosos días que tuve. Pasaron así los días y las noches y yo solo pensaba en ella y su sedoso y hermoso pelo largo color castaño marrón. Algo en lo que me fijo mucho cuando estoy con una chica es en los ojos. Sus ojos tenían algo diferente, atreves de ellos  podía ver su sinceridad y sencillez. Creo que si, ahora estoy enamorada de ella.

 




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