Camino a Ámsterdam

Capítulo 3

Esa es una de las grandes historias que viví antes de ir a Amsterdad a buscar algo. No sé porque estoy realizando este viaje, tengo la sensación de que encontrare algo. No sé que sea pero algo en mi mente me decir que tengo que ir.

Aun seguiré contando sobre Dakota. Después de un mes y medio conociéndonos, platicando, jugando Xbox en mi cuarto. Me prepare para decirle a Dakota lo que siento. Ahora si tenía la certeza de que recibiría un sí. Antes de decirle tenía que ensañar con alguien, debido a la escasez de amigas mujeres que tengo pues no me quedo otra opción que acudir a Mike.

Estábamos en mi cuarto. Mike decidió ponerse una peluca falsa y también unas bobies falsas. Supongo que es para entrar en personaje.

- Yo soy Dakota y tú eres tú. Dice-.

- Vaya, yo tenía pensado ser, no sé un maldito vagabundo. Digo sarcásticamente-.

- Comienza. Dice-.

- Dakota, se que ha pasado mucho tiempo desde que te conocí.

- Mjm. Dice con voz chillante que parece de niña y no de una mujer grande como Dakota.

- Empiezo a sentir algo más por ti, algo que no puedo explicar con palabras. Pero estoy enamorado de ti. Digo finalmente.

Cuando realice el ensayo con Mike, me sentí seguro pero creo que cuando se lo diga a ella, tendré un dolor en el estomago, mi cerebro me obligara a decir estupideces o quizás se me salgo un eructo o un pedo.

- Lo has hecho bien. Dice-.

- ¡En serio!. Digo

- Si. Por supuesto. Ella lo único que quiere oír es eso, que tu le gustas. Dice -.

- Ok. Digo-.

- ¿Cuando se lo dirás? Pregunta-.

- Esta noche. La invite a cenar. Respondo-.

- Suerte.

Creo que ese "suerte" sonó algo sarcástico. Como si el supiera algo. Luego volví a mi cuarto para bañarme y ponerme lo más presentable posible. Me puse el mejor pantalón de lona que tenía, una camisa de manga larga con cuadros rojos y líneas blancas. Por último unos DC que combinan con todo. Salí de mi cuarto caminando a los pasillos, confiado y seguro. Me encuentro con Zack quien me detiene por unos segundos:

- ¿A dónde vas? Dice-.

- Con Dakota, a dar el gran pasó. Digo

- Creo, que no es buen....... Lo interrumpo

Sigo mi camino y salgo del edificio. Y susurro las palabras que diré. Me dirijo al comedor central, jalo ambas puertas con mis manos, listas y dispuestas cuando de repente la realidad me golpea en la cara.

Dakota estaba sentado con otro sujeto. Besándose, se que suena cursi pero en esos momentos sentí un increíble bajo nivel de ánimo. La mujer que tanto luche y me esforcé ahora tenía novio. Fue un duro golpe.

Luego vi como Dakota levantaba la mano y me saludaba. Yo solo me fui, no está triste o con ganas de llorar. Simplemente hice lo que todo ser humano con uso de razón haría. Ser estúpido y embriagarme.

Creo que no fue la mejor idea. Lo primero que hicieron Mike y Zack fue comprar varios paquetes de cerveza y emborracharnos al cansancio. Al día siguiente amanecía cansado, era sábado, lo peor de todo es que cuando desperté mi cabeza sufrían un gran dolor, era como si un cuchillo me atravesara por medio del cerebro. Por suerte, nadie se había dado cuenta.

Mike y Zack se despertaron. Lo primero que hice fue levantarme y tratar de ponerme en pie. Vi a través de la venta el día. Los rayos del sol penetraban mis ojos y los dejaba casi cegados pero poco a poco me iba a acostumbrando.

Después de observar todo el paisaje de la universidad, escuche unos golpes suaves en la puerta.

- Knock, knock

Me dirigí a la puerta y cuando abrí era Dakota. Lucia una espectacular blusa color morado combinado con un pantalón tipo pescador y unos chapulines morados. Se veía hermosa, mis ojos la analizaron de la forma más perfecta pero claro no le diría eso, después de lo que paso en la cafetería tenía que actuar frio e indiferente.

- Dakota, ¿Qué haces aquí? Pregunto fríamente-.

- Me llamaste anoche ebrio. Dice-.

Saque mi teléfono lo más rápido posible de mi pantalón. Me fui directo al directorio telefónico y vi que esa llamada duro seis minutos. Me puso tan rojo que no podía ocultarlo. Mis manos estaban temblorosas y sudadas. Mi cuerpo podía sentir una brisa incomoda.

- ¿Qué dije anoche? Pregunto nervioso-.

- Solo llamaste para insultarme. Decirme que era una prostituta que se aprovecha de los sentimientos de los demás. Dice-.

- Mierda. Susurro-.

- Lo siento. Dice algo triste-.

- ¿Por qué? Digo confundido.

- Por nada. Dice-.

Después de decir lo último, salió de mi cuarto pero parecía estar triste. Yo también tenía ese presentimiento de que también le gustaba. Después de ese día, todo en mi vida cambio. Dakota y yo no hablamos, éramos desconocidos que se conocieron un tiempo antes de lo esperado. A veces así es la vida, te da algo, te ilusiones y de repente te das cuenta que ese algo solo apareció antes de tiempo.

Al final aprendí que tengo que seguir adelante, ya no podía hacer nada. Algunas personas me dicen que Dakota piensa en mí, que en sus cuadernos escribe corazones con D + L, pero puede que sea el nombre del otro sujeto. Algunos dicen que habla dormida y menciona mi nombre, pero son solo rumores injustificados.




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