Canto Mortal

Capítulo 5

Al volver a casa, mi hermano reposaba en el sofá del salón, no me lo pensé dos veces y fui como una fiera a pedirle explicaciones.

-Hola cebrita, ¿Dónde te habías metido?- preguntó mi hermano muy cariñosamente.

-¿Por qué cojones me mentiste?- le grité

-¿Cómo?- Ander parecía desconcertado, incluso, paró la película que estaba viendo.

-Te suena la cicatriz de la ceja de Austin, aquella cicatriz que se hizo al partirse la ceja con la campana extractora- dije todavía más furiosa.

-Adara no....

-¿Por qué me mentiste y me dijiste que Austin y Aba se habían acostado?- esta vez sentí que llegaban lágrimas, no podía estar pasando, llevaba sin llorar desde que ocurrió el incidente.

-No podía juntar a mi mejor amigo con mi hermana pequeña- confesó, le miré durante lo que parecieron horas, y antes de marcharme terminé la conversación con una frase.

-Eres un egoísta Ander, sabías que desde que había sucedido lo de mamá y papá no había sentido nada por nadie, te lo cargaste, gracias por hacer que recordase que no puedo tener sentimientos-. Con eso, subí a mi habitación y cerré de un portazo, cerré el pestillo y me tiré a la cama a hacer algo que llevaba sin hacer desde hacía un año; llorar. Escuché como Ander me pedía que abriese la puerta, pero le ignoré, le ignoré porque algo había impactado contra mi ventana, provocando que se rompiese.

-¡ADARA QUÉ ES ESE RUIDO!- gritaba mi hermano desde fuera, decidí abrirle la puerta para que el mismo viese la causa del estruendo. Era un ladrillo, pero iba envuelto en un papel. Me acerqué despacio, me arrodillé ante el ladrillo sin tener en cuenta el hecho de que el suelo estaba lleno de cristales, por lo que sentí como esas pequeñas cuchillas atravesaban mi piel, pero no me quejé. Tomé el ladrillo y quité el papel, al observarlo detenidamente se me fue el color del cuerpo; era una foto mía, con Austin, en el coche, a punto de besarnos. La foto estaba hecha de frente, era de hacía cinco minutos, mi hermano se asomó, y lo único que recuerdo después de eso es de verme a mi en el suelo por el impulso de mi hermano para arrebatarme la foto. Sentí como los cristales se clavaban en todo mi cuerpo; en las palmas de las manos, en los brazos, piernas, estómago.... Esta vez solté un grito agudo, captando la atención de mi hermano, que vino a socorrerme.

-Vamos al hospital- dijo al ver como mi cuerpo sangraba por tantas partes-, y esta foto será entregada a la policía.

Con eso, Ander me tomó en brazos, puesto que el dolor era muy agudo, y salimos de casa corriendo. Cuando íbamos a alcanzar el coche vi como Brais salió de casa, iba sin camiseta, y tenía un par de besos marcados en el pecho, se escuchó como la chica le decía que dónde cojones iba, pero no pareció importarle.

-¿Qué cojones le ha pasado Ander?- preguntó Brais mirándome mientras se acercaba

-Nada que te importe- soltó mi hermano, le dio al botón de las llaves del coche para abrirlo, pero le faltaban manos para abrir la puerta, entonces Brais la abrió.

-No necesito tu ayuda idiota- le gritó mi hermano. El dolor era cada vez más intensó, pero sin duda, cuando mi hermano me dejó en el asiento, sentí como los cristales se hundían más en mi piel, grité de dolor, era inaguantable, me retorcí de dolor, pero con cada movimiento me dolía más.

-Deja de llamarme idiota, solo me preocupo por tu hermana después de ver como la empujabas- gritó Brais, esa fue la gota que colmó el vaso, puesto que Ander salió del coche y fue directo hacía él.

-Mira gilipollas, ¿porqué no te vas a seguir tirándote a esa pelirroja y te alejas de mi y de mi hermana? Y rectifico, no la he empujado, además, ¿Qué hacías mirando a la habitación de mi hermana?¿Acaso te interesa?.

-Había escuchado un ruido, tu hermana no me importa en absoluto- contestó Brais.

-¿Entonces porqué has dejado a una chica con ese físico solo para ver como estaba mi hermana?

-Intento ser amable, no como otros vecinos- dijo Brais, entonces Ander le dio un puñetazo en el ojo, ambos empezaron una pelea mientras yo no paraba de sangrar. Empecé a llorar de dolor, también comencé a gritar, eso captó la atención de ambos, que dejaron de pelear para venir al coche.

-¡Llevarme a un hospital por favor!- grité desesperada. Ander se subió al coche y pisó el acelerador. 

***

Estuve una hora para que me quitasen todos los cristales del cuerpo, algunas heridas requirieron el uso de puntos para cerrarlas, otras, bastó con unas cuantas gasas y vendas.  Ander tuvo que esperar fuera, pero estuvo informado durante toda mi estancia. Una vez estuve lista, me mandaron algunos medicamentos para el dolor, y volvimos a casa, por el camino ninguno dijo nada, fue al llegar cuando decidí aclarar la mente de Ander.

-Se que no me empujaste Ander, fue el impulso de coger la foto.

-Lo siento Adara, no quería que eso te ocurriese.

-Es un accidente, no ha muerto nadie.

-Pero pareces una momia cebrita.

-Oh por dios, cállate piedra- dije riéndome. Bajamos del coche, andaba un poco lento, pero me apañaba, entonces lo vimos, en la puerta había unos papeles colgados con un cuchillo, antes de acercarnos ya sabía que era. El primero de ellos era una foto de mi ventana, sin romper, la siguiente era yo, sosteniendo la foto, la siguiente era de Ander, había un zoom, se veía claramente como sus brazos estaban en mis hombros, en la siguiente foto estaba yo en el suelo y Ander me arrebataba la foto que sostenía. Le miré después de eso, me había empujado, le di esa foto, pero no le dije nada más. La siguiente foto era de Ander llevándome en brazos mientras yo sangraba, la última foto era del puño de Ander estampándose en la cara de Brais. Las fotos estaban tomadas desde distintos ángulos, por lo que no podría tener una posición fija del asesino. Le di las fotos a Ander y pasé a casa, recogí el desastre de mi habitación, puse un cartón en la ventana, al día siguiente cambiaría el cristal, ya había comprado uno nuevo por internet. Puse el pestillo, no quería hablar con Ander, insistió, pero al poco tiempo desistió, mañana era lunes, ya hablaríamos entonces. 




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