Caprichos del destino

CAPITULO 12. EL DÍA DESPUÉS DE LA FIESTA

Summer

Aún tengo resaca sentimental, tengo un cúmulo de sentimientos que no soy capaz de controlar ni descifrar. Nos hemos besado, he sentido sus labios, he sentido el calor de su boca danzando con la mía, el tacto de su lengua, su sabor más genuino, he notado su pasión en tan sólo un beso, todo mi cuerpo ha reacccionado con una implosión totalmente desconocida para mi hasta ese momento, siempre había imaginado que se sentiría al besar a esa persona por la que sientes cierta atracción, que te hace cierta gracia, con quien te gusta pasar el tiempo, al amor de tu vida, al amor de tu día o de tu noche, o de una tarde incluso, pero besar a Ethan ha sido lo mejor que he podido sentir en toda mi vida durante estos diecisiete años, ha sido algo superior, indescriptible, besarlo ha sido como calmar todas mis terminaciones nerviosas y a la vez activarlas, algo que ni yo entiendo. Quiero más, no puedo negarlo, besarlo ha sido como abrir Pandora's box, se que no puede haber nada positivo tras este encuentro, sé que este beso ha sido el inicio de algo que no me conviene, porque mi único propósito al inicio del curso, es decir hace apenas dos semanas, era aprobar el curso y punto pelota y ahora, ahora las cosas han cambiado, de manera súbita, rápida e incontrolable. No puedo contenerme, no podemos quedarnos tan sólo en ese beso, necesitamos más el uno del otro. Quiero abrazarlo, quiero acariciar su nuca, besar su cuello, besar cada tatuaje y callar las ganas, apagar las ansias de tocarlo, no puede ser que la persona más detestable sobre la faz de la tierra, alguien tan pretencioso, tan presuimido y vanidoso haya despertado en mi algo que nunca nadie había conseguido despertar.

Sigo ensimismada en ese beso, soy incapaz de reaccionar, quiero que el tiempo se pare en este instante en que nuestros labios sellaron el mejor beso jamás vivido y contado, mientras sus manos se perdían entre mi pelo, y su aliento alentaba mi deseo, oírlo respirar entrecortadamente ha sido como escuchar a los mismísimos ángeles.

Nos hemos perdido el uno en el otro.

-¿Hola?- oigo que me llaman y salgo de mi ensimismamiento.

-¿Si?- contesto como acto reflejo pero no tengo ni la más remota idea de qué me ha dicho.

-Dios mío Summer! Jajaja ¿que si estás bien?, te has quedado con cara de circunstancias, así pensativa, ¿beso mal? Bueno esto es imposible nadie se ha quejado nunca.

-Pues pásame el libro de reclamaciones porque me encanta ser la primera hasta en esto- jaja me encanta.

-Bueno, relájate, me he tomado la libertad de decirle a tu madre que estás conmigo para que no se preocupase, ¿he hecho bien? ¡Ah! Y tenías 200 whatsapps de Max preocupado así que le he escrito también.

-Gracias- respondo de manera sincera, sin dobleces, sin sarcasmo.

-No se merecen, es un placer ser el informador oficial, soy como su visir Sultana, lo que me pidáis- vaya veo que es capaz de dejar el sarcasmo de lado pero dura poco, me responde con cierta gracia, creo que en el fondo me gusta hasta el sarcasmo insoportable que emplea.

( No te gusta...te encanta)

-Me refiero a gracias, gracias por todo, por sacarme de las garras de Tyron y preocuparte de que esté bien- continuo sin sarcasmo.

-¡Vaya Gafitas!, no te reconozco sin tu capa de ironía mordaz jajajaja.

-¡Ya ves! A veces me tomo un descanso. Hablando de descansos ¿ahora me contarás que haces en el hospital?- pregunto con todo el interés.

-No, y te pediría por respeto a mí, y a mí familia, que lo dejaras estar- ha cambiado su tono de voz, ahora es gélido, acabo de fastidiar un momento de ensueño por calmar mi curiosidad, pero no entiendo, ¿qué puede ser tan terrible que se tenga que mantener en secreto de esta manera?- que nos hayamos besado no te da derecho a ser una cotilla profesional.

Me molesta tanto su tono de voz, puede pasar de ser un encanto a la persona más gélida de la tierra. Debo respetar su privacidad.

- Creo que debo irme Ethan se me ha hecho tarde- le digo mientras me incorporo, me separo de él y salgo de la cama buscando mi ropa que no está en ningún sitio.

- Tu ropa la tiene Lili, la traerá en breve, está en el circuito corto de la secadora.

- Pero me quiero ir ya, es más, no, no me iré sin decirte que en ocasiones no soporto estos cambios de humor, nos acabamos de besar y ¿puedes hablarme de esa manera al minuto? ¿En serio? - me siento bastante humillada cuando veo que me trata así, como si fuera un colega.

- No te he hablado de ninguna manera Gafitas, te lo tomas todo a la tremenda, simplemente hay ciertas cosas que es mejor ignorar y vivir en el estado de felicidad absoluta. En psicología cognitiva se llama renunciar y crear, renuncio a todo porque nada necesito y creo mi estado nirvana para ser feliz, a pesar de mi entorno, así que no quieras entorpecer mi paz mental- dice cual pedante charlatán mientras se va de la habitación.

Al minuto vuelve con mi ropa perfectamente lavada, doblada y planchada.Le pido a Ethan que me deje vestir y que se de la vuelta mientras lo hago.

Me pongo el vestido, me encanta, es de algodón azul marino con las mangas blancas, como aquellas camisetas old school de Baseball a juego con las bambas blancas, es decir, como una sudadera larga.

- Por cierto tus lentilas están en un frasco con líquido y tus gafas en el bolso, por si las necesitas- me dice en estas ocasión con una voz más dulcificada.



#2721 en Joven Adulto
#14806 en Novela romántica

En el texto hay: pasion, amor, teenlove

Editado: 06.05.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.