Carmín para el Ruso.

Poquito

Despertó enredada por los brazos de Mijaíl, se removió para salir de la cama el ruso apretó su agarre evitando que se alejara de él.

-Debo ir al baño, suéltame. -Le dijo removiéndose-

-Hummm -Respondió soltándola, acomodándose mejor en la cama sin despertar-

Lo dejo dormir por mientras ella se daba un baño, una vez que terminó se vistió y salió a despertarlo, pero al parecer el ruso tenía mucho tiempo sin dormir porque no había poder humano que lo despertara, así que fue a la cocina para revisar unos documentos de sus restaurantes antes de ponerse a hacer el desayuno.

-Mijaíl - Lo llamó aún lado de la cama tocándole el hombre- Despierta ya hice el desayuno.

-Hummm...

-Arriba, antes de que me arrepienta por dejarte dormir en mi cama -Le dijo dándole un golpe en el hombro haciendo que abriera los ojos-

-Podrías no golpearme, moya dusha (Mi alma) -Pidió con voz adormilada-

-Entonces levántate, vístete y ven a desayunar, tengo muchas cosas que hacer y no puedes quedarte aquí. -Dijo antes de dar la vuelta y regresas a su cocina-

-Buenos días, moya dusha (Mi alma) –La saludó apareciendo en la cocina con el pantalón, descalzo y la camisa desabrochada con el cabello revuelto y bostezando, jodidamente sexy-

-Buenos días, Explícame ¿Por qué te quedaste a dormir? -Preguntó sirviéndole café-

-Por qué estaba cansado del viaje y te pedí permiso y tu solo te abrazaste a mí, así que supuse que era una invitación. -Habló con descaro tomando el café-

-No te creó. -Dijo tomando un plato para servirle el desayuno- comes y te vas. Que hoy tengo muchas cosas que hacer.

-Podríamos quedarnos todo el día en la cama. -Dijo sonriendo, sentándose en un banco de la barra de la cocina-

- ¿Por qué me quedaría contigo en la cama? -Inquirió terminando de servirle el desayuno-

-Porque podría hacerte sentir muy bien, para que se te olvide tu visita mensual -Respondió sonriendo-

- ¿De qué hablas? -Preguntó dejando el plato frente a él-

-De qué aún recuerdo todo lo que podía hacer para complacerte cuando estabas en tus días, como podía hacer que te corrieras solo con mi lengua y mis labios en tus pezones ¿Recuerdas que tan intenso son tus orgasmos en estos días? -Dijo con picardía logrando sonrojarla-

-Podrías callarte y desayunar. -Dijo sin verlo sirviéndose el desayuno-

-Lo intentaré. -Dijo con una sonrisa en los labios-

-Eres insoportable. -Habló sentándose a su lado-

-Poquito.

-Cambiando de tema, si nos vamos el lunes no quiero verte aquí y en ningún lado hasta ese día. -Le dijo Sky antes de tomar de su café-

- ¿Porqué?

-Porque si tengo que aguantarte toda una semana, no tengo por qué hacerlo los demás días. -Dijo para molestarlo-

-Eres muy mala conmigo, moya dusha (Mi alma).

-No tengo por qué ser buena contigo. -Respondió antes de comer-

-Claro que sí, soy tu esposo...

-Vaya esposo que tengo. -Dijo con ironía-

-Bien, respetarse tu decisión de no vernos hasta el lunes que nos vayamos a Italia. -Aceptó, el ruso pues no tenía ganas de pelear con ella-

-Gracias. -Dijo antes de beber de su café-

-Mi madre te mando saludos, ahora que estuve en Moscú - Comentó-

- ¿Todo bien con ellas?

-Mi mamá si, con mi hermana no tanto. -Respondió viéndola- Siento todo lo sucedido, no estaba enterado de que hubiera hecho algo así, la casa es tuya y yo seguía pagando todo lo que necesitarás.

-Lo sé, permanecí por un tiempo más por algo que.... Olvídalo, pero al final sirvió para que yo me apresurada a buscar un departamento.

- ¿Pasó algo? Puedes decirme lo que sea.

-No, no pasó nada que debas saber.

- ¿A dónde te fuiste a vivir?

-Con Liam y cuando terminé la universidad fui a trabajar a Brasil, en un restaurante del chef Alex Atala...

-Ahí conociste a tu novio. -Señaló-

-Si, estuve por un año en Brasil y después regresé para abrir mi primer restaurante italiano, vivía en la parte superior del restaurante. -Le contó-

- ¿Por qué no tomaste el dinero que te depositaba?

-Porque no lo necesitaba, ni lo necesito. -Le aclaró y él solo sonrió asintiendo-

Mijaíl, sabía perfectamente que no había tocado un solo centavo del dinero que le depositaba, al principio pensó que la generosa cantidad que depositaba desaparecería pero no fue así, y después de un tiempo relaciono, recordando que Sky jamás le pidió o gasto dinero en cosas superfluas, los gastos de la casa que compartían siempre fueron descontados la propia cuenta del ruso, de lo que se encargaba la estudiante de gastronomía en ese tiempo era de comprar todo lo relacionado con el hogar, él la podía encontrar en la gran cocina o dentro de la alacena que le había hecho que instalarán, era normal llegar a casa después del trabajo y encontrarla descalza preparando algún platillo.

Él había sido el que la había llenado de regalos, debía reconocer que le encantaba regalarle joyas y ella por lo general las usaba en sus salidas de viernes o sábados, de diario solo usaba unos pendientes de zafiro pequeños y su argolla de matrimonio, pues a pesar de haberle regalado una gran colección de joyas no le había dado nunca ningún anillo de compromiso, no porque no lo hubiera comprado lo había hecho pero después de enterarse del embarazo había decidido regalárselo cuando su hijo naciera.

-Se que no lo necesitas, jamás tomaste más de lo que necesitabas. - Declaró el ruso-

-Me alegra escuchar eso.

Cuando terminaron de desayunar Mijaíl, la llevó a su restaurante душа (Alma) a pesar de las protestas de Sky.

-Mi mamá ¿Que hará aquí? -Se preguntó en voz alta al verla enfrente de su restaurante al momento que él se estacionaba-

-Que bien, hace mucho que no la miro. -Comentó el ruso-

-Ni se te ocurra bajarte, mejor vete y nos vemos el lunes. -Le advirtió antes de bajarse del deportivo- Mamá, ¿Qué haces aquí?

-Hola, mi amor. -La saludó sonriendo mientras miraba detrás de ella viendo como Mijaíl salía del deportivo- Vine a saludarte, veo que vienes acompañada ¿Como estas, Mijaíl?




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