-Yo no puedo tener bebés -Declaró sería-
-Claro que sí podemos hacer bebés, Sky sé que fui un idiota por dejarte cuando más me necesitaba, pero si me dejas explicarte como me sentía...
- ¿De qué serviría? Yo nunca voy a tener bebés, jamás podré quedar embarazada de nuevo. -Declaró dejándolo sorprendido- Será mejor que terminemos con esto para que tú puedas rehacer tu vida con la china o con quien tú quieras.
-Explícame por qué dices eso. - Le pidió preocupado-
Mijaíl, recordaba que la ginecóloga había dicho que iba a poder tener más hijos, aunque en ese momento se encontraban destrozados por perder a su primer hijo, ella los había consolado.
-Ya no es importante, Mijaíl.
-Lo es para mí, todo lo tuyo es importante. -Declaró-
-Mejor, cambiemos de tema.
-Está bien.
Aceptó el ruso, pues sabía qué aún tenía mucho tiempo con ella y estaba seguro de que lograría que le dijera lo que le estaba ocultando, porque estaba decidido a reconquistarla de nuevo y a lograr que lo perdonara.
El resto de las horas de vuelo, Sky le contó todo lo que había tenido que hacer para poder montar su primer restaurante y él estaba encantado escuchándola por fin podían hablar sin estar como perros y gatos. Disfrutaba escucharla y se sentía tan orgulloso de ella, por todo lo que había logrado sin ayuda de nadie, definitivamente era el idiota más grande del mundo por haberla dejado pensó mientras la escuchaba.
-Estamos por aterrizar, los cinturones por favor -Dijo la sobrecargo-
-Gracias -Habló Sky abrochándose el cinturón- Jamás pensé que volvería a este lugar contigo.
-Yo siempre he pensado en volver aquí contigo...
Sky, solo lo observó sin emitir ninguna palabra más, una vez que estuvieron en tierra, por el cambio de horario habían llegado al atardecer a Nápoles, así que fueron directo a la bahía para tomar el yate que los llevaría a su villa en Capri.
- ¡Sigue igual de hermosa! -Susurró Sky entrando a la casa, para que el ruso no la escuchara-
-Podré las maletas en la habitación -Dijo Mijaíl que por supuesto la había escuchado peor no dijo nada más-
Sky, solo asintió sin ponerle demasiada atención mientras observaba el lugar, la última vez que había estado ahí, había sido después de la fiesta de la empresa de Mijaíl y según sus cuentas había quedado embarazada de su primer hijo justo en esos días. Recorrió toda la planta inferior, salió al jardín y todo seguía igual que siempre.
- ¿Quieres cenar algo? -Preguntó el ruso desde la puerta-
-Si, claro.
-Se supone que el refrigerador está lleno, solo que no hay nadie hasta mañana pues ya llegamos muy tarde...
-Está bien, veamos que hay. -Dijo sonriendo, caminando de regreso al interior-
La cocina estaba igual como la recordaba, amaba esa casa era amplia con grandes ventanales por donde entraba la brisa marina, preparo algo ligero para cenar viendo el mar.
-No vamos a dormir juntos -Dijo al ver las maletas de ambos en la habitación principal-
-Claro que sí. -Habló Mijaíl empezando a desabrochar su camisa-
-El trato no era ese, solo vamos a pasar estos días juntos en la casa de Italia...
-Como cuando estábamos casados -la interrumpió- Y hasta donde yo recuerdo siempre dormíamos juntos, por más enojada que estuvieras.
-Duermes en el sofá, -Dijo tomando sus cosas y entrando al baño-
Se dio un rápido baño, para quitarse el estrés del viaje, se puso el pijama y salió lista para meterse a dormir a la cama donde estaba el ruso sentado.
-Estoy hablando en serio, duerme en el sofá si quieres dormir en esta habitación. -Dijo empezando a quitar las almohadas de decoración de la cama-
-La cama es enorme, prometo no tocarte. -Habló sonriendo antes de entrar al baño-
Para cuando salió de bañarse, Sky estaba profundamente dormida con el cambio de horario y el viaje estaba muy cansada, así que se metió a la cama y al igual que ella el ruso no tardo en dormirse.
-Buenos días -Saludó Mijaíl saliendo a la terraza donde Sky estaba empezando a desayunar-
-Buenos días - Lo saludó con una gran sonrisa antes de tomar de su capuchino con mucha espuma-
- ¿Dormiste bien? -Preguntó sentándose a su lado-
-De maravilla, a pesar de la compañía. - Le dijo por molestarlo, untado su cruasán con mermelada de naranja-
-Te encanta dormir conmigo, no seas mentirosa -Contradijo quitándole el cruasán-
- ¡Oye! ese era mío.
-Gracias -Le agradeció Mijaíl a la señora que siempre les ayudaba con la casa durante su estancia en Italia, que le había llevado un Café- Está delicioso -Dijo después de morder el cruasán- ¿Que quieres hacer hoy?
-Voy a ir a caminar al centro y comeré pizza. -Respondió volviendo a untar otro cruasán con mermelada-
-Me parece perfecto, eso haremos. -Habló antes de beber de su café-
- ¿Haremos? -Inquirió antes de morder su cruasán-
-Si, recuerda que viviremos como su estuviéramos casado.
-Bien, pero nada de sexo -Le advirtió-
-Pensé que eras americana, eres una americana bastante aburrida y que yo recuerde no eras así. - La reto-
-No soy aburrida -Lo Contradijo de inmediato- Pero no voy a acostarme contigo, además era virgen cuando te conocí así que básicamente son una americana decente, no aburrida.
-Es verdad, eres solo mía -Sonrió guiñándole el ojo-
-Eres un idiota.
-Eso está claro, el idiota más grande del mundo por dejarte ir. - Aceptó- Te propongo algo.
- ¿Qué cosa? - Inquirió levantando la ceja derecha-
-Hagamos como que acabamos de conocernos. -Le propuso- Soy Mijaíl Orlov - Se presentó como lo había hecho años atrás-
-Sky Miracle, mucho gusto.
-Encantado, Moya dusha (Mi alma) ¿Quieres dar un paseo conmigo?
-Está bien -Respondió sonriendo como lo había hecho cuando lo conoció-
Terminaron de desayunar, Sky subió a la habitación para cambiarse de ropa y tomar un sombrero, una vez lista bajo encontrándose a Mijaíl hablando por celular en ruso al parecer se le había presentado un problema con una de sus empresas en China y había perdido un contrato.