Carmín para el Ruso.

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-Por eso debemos divorciarnos -Dijo entre sollozos, aferrándose a el ruso-

-Yo creo todo lo contrario, amor mío. -Susurró besando su coronilla- Podemos seguir adelante tú y yo.

-Pero tú quieres hijos y yo no puedo dártelos.

-Juntos podemos resolverlo, buscaremos la manera de que todo salga bien.

- ¿Si te arrepientes y vuelves a dejarme? -Lo cuestionó levantando el rostro para verlo a los ojos-

-De estar contigo jamás podría arrepentirme, me arrepiento de a verme ido de tu lado, pero era otro, era un idiota. -Le dijo mirándola a los ojos fijamente- Quiero que recuperemos lo nuestro, que olvidemos todo lo malo que nos ha pasado, que volvamos a empezar de cero. -Habló soltándola para hincarse frente a ella- Prometo amarte todos los días de mi vida, caminar a tu lado y dormir en tus brazos, prometo llenar de alegría tu corazón, prometo aprender de ti y crecer contigo, incluso cuando la vida nos cambie a los dos. Te prometo reír contigo en los buenos momentos y llorar junto a ti en los malos, prometo nunca volver a irme de tu lado. Prometo intentar hacerte feliz cada uno de los días del resto de nuestras vidas. -Declaró de nuevo sus votos de su matrimonio con algunas modificaciones- ¿Se mi esposa?

-Aún sigo siendo tu esposa -Respondió sonriendo entre lágrimas al tiempo que lo abrazaba mientras él seguía hincado, le dio un beso casto- Pero no voy a tener sexo contigo -Susurró sobre sus labios, y el ruso lleno la habitación de sus carcajadas-

-No estoy de acuerdo con eso, pero los respeto, aunque me tengas con las bolas lilas. -Dijo riendo antes de levantarse con ella en brazos para luego atacar su boca-

La dejo sobre la cama, sin dejar de saborear sus labios, las manos de Sky, se enredaron en su cabello antes de jalándolo, haciendo que dejara su boca.

-No voy a tener sexo, contigo -Le dijo aun jalándole el cabello-

-Te creo Moya dusha (Mi alma) -Respondió sonriendo-

-Deja de besarme de esa forma. -Le pidió soltándolo-

- ¿De qué forma? -Preguntó con malicia, besando su cuello-

-Tú sabes de qué forma, bájate de mí, voy a bañarme. -Dijo empujándolo con suavidad de los hombros-

-Te acompaño.

-No, voy a bañarme sola. -Dijo antes de besarlo de forma casta- Quítate -volvió a empujarlo sonriendo-

-Está bien, voy a llevarte a cenar fuera. -Habló levantándose, dándole la mano para ayudarla a salir de la cama- Voy a arreglarlo todo, en lo que tú te bañas.

-Muy bien. -Aceptó sonriendo, entrando al baño-

Salió de la habitación y fue a hacer unas llamadas a Sasha, su primo y mano derecha en los negocios. Mei Lign, estaba logrando que perdiera unos contratos millonarios solo por vengarse de él, así que hablo con su primo para saber cómo iba progresando esa situación, cuando terminó volvió a la habitación.

-Ya puedes bañarte -Dijo Sky, ya con un vestido blanco largo-

- ¡Estás preciosa! -Exclamó acercándose a ella para darle un beso casto-

-Gracias ¿Está todo bien? -Preguntó sonriendo-

-Todo está bien -Respondió, maravillado de qué aun pudiera leerlo también, después de tanto años- Solo son algunos problemas que se han presentado con unos socios en China. - Le comentó desvistiéndose frente a ella-

-Si tienes que ir, puedes hacerlo. -Habló observándolo-

-No, Sasha lo resolverá. -Dijo antes de besarla de nuevo-

-Vete a bañar.

-Ya voy -Respondió volviéndola a besar, para luego entras al baño-

Cuando estuvieron listos se dirigieron al muelle donde una de las embarcaciones del ruso los esperaba, a Mijaíl le encantaba navegar por la noche y había preparado todo para que la cena se sirviera en la cubierta.

- ¡No puedo creer que, por fin, vuelva a verlos! - Exclamó Luigi, un chef amigo de ambos lo habían conocido el día de su boda-

- ¡Luigi! -Gritó Sky, abrazándolo- ¿Como estas?

-Muy bien y ¿Usted, señora Orlova? -Le preguntó soltándola-

-Nada de señora Orlova, soy Sky. -Lo corrigió, sonriendo, viendo al ruso rodar los ojos al escucharla-

-Está bien ¿Como estas, Sky?

-Muy bien y encantada de probar tu maravillosa comida. -Respondió viendo cómo se saludaban el chef y Mijaíl-

-Es un honor para mí, cocinar para ti. -Dijo Luigi acompañándolos a la mesa que esperaba por ellos- Espero que algún día, cocines para mí.

-Claro que sí, podría ser esta semana si puedes. -Dijo sentándose, en la silla que le ofrecía el ruso quien solo sonreía-

-El día que tú quieras, solo avísame.

-Lo haremos, ¿Verdad, Mijaíl? - Le preguntó muy emocionada-

-Claro, podría ser mañana por la noche. -Respondió regalándole una sonrisa-

-No se diga más, mañana te esperamos en casa y yo cocinare para los dos, serán los primeros en probar el nuevo menú de mi restaurante dusha (Alma). -Le dijo con una gran sonrisa-

-Será un honor, ahora déjenme alimentarlos.




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