Carmín para el Ruso.

Bofetadas

Anuncio antes de continuar, la próxima semana no actualizare, regreso con la actualización el lunes 29 de julio, ahora ya pueden leerlo, muchas gracias… Minage.

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—Les agradezco mucho a todos su presencia en este día tan importante para la empresa y sobre todo especialmente a mi bella esposa, por acompañarme —Dijo señalando a Sky, que estaba al lado de su madre, completamente sonrojada— Sky Orlova —La llamó.

—Ve cariño —Le dijo su suegra.

No le quedó más que subir a lado del ruso quien pasó su brazo por la espalda de ella, mientras continuaba hablando, una vez que terminó su discurso siguió la fiesta.

—¿Sigues enojada? —Preguntó Mijaíl en su oído mientras bailaban.

—Si, además me presentaste como Orlova. —respondió intentado separarse, pero el apretó el agarre.

—Si mal no recuerdo, tú estuviste de acuerdo de que, en Rusia, utilizaría mi apellido. —Habló sobre su cuello.

—Tus recuerdos no son de fiar —Contradijo.

—¿Por qué eres tan batallosa, mujer? —Preguntó divertido mordiendo el lóbulo de su oreja.

—No soy batallosa, solo digo lo que no me gusta.

—Señora Orlova, usted es una fiera —Declaró mirándola a los ojos.

—No me digas así —Advirtió Sky, con un brillo especial en los ojos.

—¿Si no qué?

—Voy a morderte. —Respondió deteniéndose pues la música se había acabado.

—No puedes hacerlo estamos en Rusia —Dijo sonriendo, tomándola de la cintura mientras salían de la pista de baila.

—Voy a hacerlo cuando regresemos a New York —Le advirtió— Tengo que ir al baño.

—Esta por allá —Le señaló.

—Ahora vuelvo —Lo beso de forma casta antes de caminar en dirección al baño.

Mientras Sky, regresaba el ruso conversó con alguno de sus socios mientras tomaba un trago de vodka. Estaba lavándose las manos, cuando Nastya entró acompañada de una de sus amigas.

—Aquí estas, espero que estés feliz con lo que has logrado hacerme —Le dijo enojada, Sky la observó por el reflejo del espejo.

—Mucho —Respondió tomando una toalla de papel para secarse las manos.

—Podrás engañar a mi hermano, a mi mamá y a toda mi familia, pero a mí no me engañas eres una cazafortunas que está con Mijaíl, solo por su dinero. —Declaró con soberbia.

—Estoy tan preocupada por no poder engañarte a ti también —Dijo con ironía Sky, girándose para verla a la cara y preguntándose de donde había salido tanto odio a hacia ella.

—Pero conozco a Mijaíl, sé que recapacitar y volverá con Mei Ling, yo los vi, vi cómo se amaban, ella si le dará hijos no como tú, que decidió perderlo a propósito, él me lo dijo, dijo que tu no querías hijos y por eso habías hecho todo lo necesario para que no naciera, pero que en cambio con Mei Ling, si los tendría y por fin podrían ser felices —Escupió con veneno— tu solo lo engatusas, eres una bruja que lo tiene hechizado, pero algún día se dará cuenta la clase de mujer que eres, no lo dudo que el hijo que esperabas no fuera de mi hermano, porque eres...

—Suficiente —Dijo abofeteándola con tanta fuerza que su mano que no marcada en la mejilla de la rusa—No te atrevas a hablar de mi hijo.

—Solo digo la verdad, eres una zorra, caza fortunas que solo quiere.... —Volvió a abofetearla.

—He dicho que te calles, ya has tirado demasiado veneno, no me importa lo que tu pienses o creas sobre mí, sé que tendremos que aguantarnos y más vale que no se te ocurra hablar de mi hijo en mi presencia porque utilizaré todos mis poderes de bruja como dices tu con Mijaíl para que te deje sin nada.—Le advirtió, jamás lo haría, pero sabía que le encantaba el dinero y más si únicamente tenía que estirar la mano, así que sin duda era una muy buena amenaza.

—No te atrevería hacer algo así. —dijo enojada.

—Claro que sí, se te olvida querida que soy una cazafortunas. —Declaró antes de volverla a abofetear, volteándole el rostro—Está es para que se te ordenen las ideas —Dijo antes de salir del baño.

Busco a Mijaíl con la mirada y no lo encontró donde lo había dejado, asique recorrió el salón hasta que dio con él.

—¿Qué sucede? —Preguntó cuándo Sky, se abrazó a él.

—Sácame de aquí —Susurró al bordo del llanto.

—¿Te sientes bien? —Inquirió preocupado.

—Solo sácame de aquí —Repitió.

Mijaíl la abrazo y salieron del lugar, entraron a limusina al tiempo que el ruso, sacaba su celular para avisarle a su madre que habían tenido que irse de la fiesta.




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