—Mei Ling ¿Cómo estás? —Saludó con educación.
—Muy bien ¿podríamos hablar? —inquirió sonriendo al verlo solo.
—Me alegro de que te encuentres bien, pero no puedo hablar vengo para una junta y ya estoy retrasado —dijo sin detenerse.
—Se que tienes una reunión, puedo esperarte, no voy a quitarte mucho tiempo— pidió con gentiliza.
—Como quieras, no se cuanto tiempo tarde si estás aquí para cuando salga, hablamos —aceptó antes de entrar a la sala de juntas.
La china espero todo el tiempo que fue necesario para poder habar con el ruso quien estaba envuelto en una fuerte discusión con sus socios quien no querían dar el brazo a torcer.
—Bien señores, si no podemos llegar a un acuerdo no nos queda más que negociar, ustedes firmaron un contrato con una cláusula de penalización y la haremos efectiva. —advirtió Mijaíl con seriedad— Yo regreso a New york mañana por la tarde, así que tienen hasta esa hora para decidirse, me han hecho perder demasiado dinero y tiempo.
Se envolvieron de nuevo en una discusión, pero el ruso había dicho su ultima palabra y al no llegar a ningún acuerdo, salió de la sala de juntas junto con Dereck y Sasha, quien intentaba convencerlo de que les diera mas tiempo.
—Solo será hasta mañana, si no aceptan habla con nuestros abogados de aquí. —le ordenó a Dereck mientras miraba en su celular un mensaje de Sky, sonrió respondiéndole.
—¿Estás seguro de esto? —preguntó Dereck, solo para confirmar.
—Sí —respondió sin dejar de escribirle a su esposa.
—Mijaíl —lo llamó Mei Ling— ¿Ya termino tu junta?
—Sí —le respondió terminando de enviarle el mensaje a su fiera— ¿Qué se te ofrece?
—¿Podemos hablar?
—Está bien, solo tengo cinco minutos. —aceptó guardando su celular en su saco
—Mijaíl. —lo llamó Dereck deteniéndose enfrente del ascensor— ¿estás seguro de hablar con ella? —le preguntó con discreción pues a causa de ella estaban teniendo problemas con sus negocios en china.
—Todo estará bien, espérenme abajo solo voy a tardar cinco minutos —Sasha asintió mientras entraba al elevador escribiendo algo en su celular.
—Mucho cuidado con lo que dices y lo que haces, si Sky se entera se va a molestar.
—Lo sé, no va a pasar nada. —declaró viéndolo entrar al elevador. — ¿en que te puedo ayudar?
—Necesito aclararte algunas cosas, podemos hablar acá —dijo señalando una puerta, el ruso solo asintió siguiéndola.
—Te escucho. —señalo cerrando la puerta.
—Quiero pedirte una oportunidad, hemos estado más tiempo juntos que lo que duraste con ella. —empezó hablar y Mijaíl no daba crédito a lo que estaba escuchando— creo que deberías darnos una oportunidad, entiendo que posiblemente te deslumbraste por volver a verla, pero si piensas bien las cosas te darás cuentas que tu y yo debemos estar juntos, que lo nuestro fue y es algo importante —terminó de decir mirándolo a los ojos.
—Es verdad que nuestra relación fue importante, eso quiero que te quede claro, cuando decidí estar contigo lo hice con toda la intención que lo nuestro durará, pero jamás te mentí te dije que aún estaba enamorado de mi esposa, que estaba internado olvidarla y de verdad pensé que lo había logrado —habló con sinceridad— pero no lo logré, llevo tatuada a Sky en el corazón, lo nuestro no es algo fácil de explicar, es verdad que estuve más tiempo contigo que lo que estuve con ella, pero Sky es un soplo de vida, ella me hace sentir vivo, mi vida no tiene sentido si no estoy a su lado, ahora lo sé...
—Pero tu dijiste que querías tener una familia conmigo. —Lo interrumpió.
—Todo fue verdad, lo que te dije fue verdad, pero vivía anestesiado todos estos años lejos de ella estaba adormecido, mi vida se había vuelto solo trabajo y tu encabas bien, eres una mujer muy inteligente, trabajadora, seria y muy buena compañera, por eso cuando hablamos de formar una vida juntos no lo dudes, pero...
—Volviste a verla y se acabó todo.
—Si, volví a verla y volví a la vida, Sky me desafía cada vez que respira, me reta cada vez que me mira, ella es una fiera y yo soy su eterno domador, el que no consigue domarla porque la prefiere feroz, porque esa ferocidad que tiene es la que a mí me falta. —declaró intentando no lastimar a la china, pero había escuchado atentamente su postura y sabía que, si no era claro con ella, jamás lo dejaría en paz— Eres una gran mujer, no debes dudarlo, pero yo no soy el hombre para ti, necesitas alguien que te ame completamente, que te entregue el corazón sin reserva, yo nunca pude amarte, te quise mucho.
—Se que te cuesta decir te amo, pero tú me querías, tú me lo dijiste. —contradijo.
—Y claro que te quise y aún siento mucha estima por ti, pero no te amo, nunca te ame, jamás le he dicho te amo a nadie más que no sea Sky, con ella es fácil decirlo, puedo hacerlo cada segundo del día —le dijo sabiendo que estaba lastimándola y que posiblemente esto le traería más problemas en sus negocios, pero prefería perder todo lo invertido a que Mei Ling pensara que tenía una oportunidad con él— No voy a dejar a Sky nunca.