Cartas de mamá

Conociendo a Ariel

Ariel Gil Phens

Corro apurada mientras me termino de arreglar, tengo una cita con un padre que tiene una niña de 6 años y necesita mis servicios, ya me gradúe en pedagogía y comportamiento infantil, pero debido a mi familia conflictiva no he podido ejercer.

Ellos han sido unos padres tóxicos que nunca hicieron nada por mí ni me dieron amor solo querían que estudiara lo que a ellos le parecía y no lo que yo quisiera, asi que con sus influencias hicieron que de todas partes me cerraran las puertas.

—Te ves hermosa estoy segura de que te irá bien—me dice mi amiga y la que me ayudo a conseguir esta entrevista.

—No sé Aurora te imaginas que mis padres y hermano se enteren y traten de sabotearlo e inventarle cosas—expreso con gran preocupación.

—Nada de eso ve positiva—musita arreglando mi larga y ondulada cabellera rojiza, por eso mis padres me pusieron Ariel y conocí a Aurora en el colegio y resulta que a ella le pusieron asi porque era rubia y dormía mucho eso nos unió desde adolescente y gracias a ella seguí mis sueños y puedo tener un techo sobre mi cabeza.

—Ellos tienen mucho poder y son millonarios aunque el padre por lo que sé,  no es engreído ni mucho menos, en fin te deseo suerte amiga, sé tú misma te irá bien—asiento y salgo sin siquiera mirarme al espejo.

Me vestí con una blusa blanca con falda gris y chaqueta a juego, unos tacones plateados de accesorios llevo un bolso gris oscuro, un reloj y una discreta pulsera recuerdo de mi abuelita que en paz descanse.

Mi abuela fue una mujer maravillosa que me dio todo el amor que mi familia no, murió cuando yo tenía 15 gracias a un cáncer, por desgracia mis padres la convencieron de que yo no sabría manejar mi dinero y que ellos podían hacerlo crecer asi que hicieron que ella pusiera en su testamento que me lo darían cuando tuviera 27 años y un hogar estable.

Tengo 24 años, y ni siquiera tengo un auto porque no puedo trabajar ni de camarera, ya que ellos se encargan de sabotearlo, han sido duros estos últimos 6 años sin su apoyo, y teniendo que aprovechar cada trabajo que logro mantener por más de 3 semanas antes que ellos se encarguen de que me despidan, mis ahorros de adolescencia me sirvieron para algunas cosas de la universidad y gracias a mi beca completa logre al menos no morirme de inanición mientras estudiaba.

Subo al taxi que Aurora pago para que no llegara sudada debido al transporte público y una vez sentada me pongo a repasar algunas cosas a tener en cuenta cuando se habla con los padres de un niño con conflictos o comportamientos fuera de lo normal.

Entro al restaurante y luego de indicar mi nombre me guían al área reservada VIP donde solo veo a un guapo hombre de un poco mas de 30 años el cual no aparta su mirada de mí.

—Señor Palacios aquí está la señorita Gil—dice el hombre que amablemente me recibió y me guio hasta aquí.

—Un placer señorita por favor siéntese, tráiganos una bebida—dice poniéndose de pie y abriéndome la silla. Le sonrió y hago lo que me dice, no sé si son ideas mías o se quedó más tiempo detrás de mí.

—Aquí les dejaré la carta y volveré en un momento—dice y se retira.

—Gracias por venir, primero comeremos y luego hablaremos de mi hija—dice mirándome a los ojos y asiento. Observo los nombres de los diferentes platos que tengo años sin comer y un nudo se me forma en la garganta.

—Ya estoy listo. ¿Y usted?—pregunta, levanto la vista y sus ojos oscuros me desconcentran.

—Bien yo pediré un filete mignon—dije después de apartar la vista, entregamos la carta y nos traen dos copas de vino.

—Es natural y hermoso—murmuró como si hablara para sí mismo.

—¿Cómo dijo?—interrogue y él se puso pálido.

—Estaba pensado en voz alta disculpe—dice llevando la copa a sus labios, yo hago lo mismo, siento que algo raro está pasando.

—Mientras llega la comida cuénteme un poco de usted porque de ante mano le informo que si acepta el trabajo será de 24 horas librando un día por semana, tendrá que tener disponibilidad para viajar fuera de Londres porque lo hacemos mucho y también salir con nosotros cuando sea necesario—me quedo viéndolo un poco confundida.

—Ya en ese caso me gustaría hablar con su espo...

—Soy padre soltero mi esposa murió de parto y solo somos Stacy y yo, por supuesto tengo el apoyo de mi familia no obstante esto se sale de nuestras manos—sentencia con voz un poco molesta.

—Entiendo imagino que podemos llegar a aun acuerdo, yo termine mis estudios hace dos años y no tengo ningún empleo en puerta, así que estoy libre—exclamo y este asiente.

—¿Tiene familia o algún novio que pueda no estar de acuerdo con eso?—su pregunta me descoloca un poco pero igual decido responder.

—Mi familia murió en mi corazón y no tienen lugar en mi vida en cuanto a pareja no tengo ni me interesa tener por el momento—respondo, me gusta lo de vivir con ellos porque le quitaré carga a mi amiga que prácticamente me ha mantenido estos años y no es como si ganará una millonada.

—Perfecto luego de comer le contaré de mi hija—asiento y la comida llega justo a  tiempo.

—Mi hija tiene 6 años, tiene TDA  ya se imagina y si a eso lo sumamos que su comportamiento se sale de los niveles ha sido un caos la han expulsado de más de 7 instituciones del kínder en dos ocasiones y cinco guarderías estos años han sido difíciles y ahora golpeo a un niño y la sacaron de nuevo ya no podre ponerla a estudiar y me he plateado irme del país pero mi hija se quedaría sin sus abuelos maternos y primos y no quiero que pierda eso—lo escucho atenta y puedo ver en cansancio y la preocupación en sus ojos.

—Déjeme ver—él me muestra los papeles con evaluaciones que le han hecho a la pequeña y algo me dice que debo ayudarla.

—He decidido que lo ayudaré pero tengo una unica condición—digo y él me mira en espera que le diga.




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