Cartas de mamá

Carta 6 y conectando

Narrador omnisciente

Ariel observó la gran casa frente a ella y sonrió el lugar se veía bastante hogareño, limpio y armonioso, imagino a la pequeña creciendo en aquel lugar y no comprendía que era lo que sucedía. Para lo que habían diagnosticado los especialistas anteriores, pues la catalogaban como un pequeño demonio.

En cuanto estuvo frente a frente con el dueño de la casa todo su cuerpo se estremeció, pues no tardo en darse cuenta de que Sabit Palacios la miraba con ganas y no de matarla.

—Bienvenida a nuestro hogar espero te sientas cómoda y de no hacerlo me lo informes de inmediato—la recibió luego de inspeccionarla de pies a cabeza. Ella era sin duda alguna hermosa y no podía negarlo aunque no le inspiraba más que deseo sexual y era obvio luego de tantos años solo y sin recibir compañía femenina.

—Gracias, estoy ansiosa por conocer a la pequeña y valorarla sin prejuicios como hicieron otros—murmuró lo último aunque Sabit lo escucho claramente.

—Gracias por venir ahora le presentaré a mi hija—Sabit le pidió tomar asiento y Ariel acepto, lo vio  alejarse y pudo ver varias fotos en una pared del pasillo había varias de la pequeña y una grande de una chica hermosa con un bebe en brazos de inmediato imagino que era su madre fallecida.

—Hola, soy Stacy—exclamo la niña asustándola, miro a su alrededor y no vio a su padre asi que se agachó y también saludo.

—Hola Stacy mi nombre es Ariel me gustan tus ojos verdes—la halago sinceramente.

—A mí me gusta tu cabello rojo es de verdad o te lo tiñes, mi abuela lo hace, pues no le gustan las canas aunque no se lo dice a nadie, es un secreto, eres novia de mi papá o serás una niñera que se irán en tres dias...

—Stacy estás agobiando a la señorita Ariel—le reclamo su padre una vez la descubrió hablando con la chica.

—Solo saludaba no seas tan…

—¿Qué te parece si nos sentamos y hacemos el juego de las preguntas?—Ariel intento no hacer del momento mas incómodo haciendo lo que todos los niños les gusta hacer, jugar.

—Bien pero yo empiezo—la niña salto al sofá y Ariel se dio cuenta de que ella no tiene muchos modales que se diga aunque lo paso por alto, pues aun era pequeña y tampoco estaba de acuerdo con los niños robot.

—Ya sé que te llamas Ariel pero quiero saber de tu cabello—la niña lo toco y le gusto mucho su suavidad.

—Es natural nunca me lo he teñido ni pienso hacerlo, me gusta mucho, me toca. ¿Qué es lo que más te gusta hacer en tu tiempo libre?—interrogo iniciando discretamente con su exploración.

—Yo, bueno a mi me gusta dibujar, las libretas, los plumones, los lápices de colores y las pegatinas—Ariel sonrió y Sabit asintió.

—Ahora le toca a papá—musito Stacy dejando a los adultos sin palabras.

—¿Yo... bueno dígame señorita es más una chica de playa o de montaña?—le pregunto y Ariel agradeció que no fuera nada extraño, pues él la miraba bastante extraño.

—Diría que depende de quién sea la compañía, si fueran amigos no tan cercanos o en grandes cantidades la playa pero si es algo mas íntimo o familiar serían las montañas, acampar o algo similar—Sabit sonrió y la niña miro a Ariel, ella entendió que debía preguntarle al guapo hombre frente a ella.

—¿Y usted señor Palacios que prefiere hacer en su tiempo libre?—le pregunto mirándolo a los ojos sintiendo una atmósfera peligrosa en el entorno.

—Yo soy de leer, beber una buena copa y si es fuera prefiero las montañas acampar con la familia y ver el cielo estrellado mientras cae la noche—ella lo mira mucho mas curiosa aun por ese hombre.

—Bien ya nos conocemos todos ahora quiero saber. ¿Qué haces en mi casa?—la pregunta de la niña no fue con odio pero tampoco con cordialidad.

—Ella vino a pasar unos dias con nosotros porque…

—Yo estudio para ser profesora de niños y debo ver que tal me va con ellos tu padre me ayudara con esos por unos dias claro si tú estás de acuerdo, pues serás mi modelo—a Stacy no le pareció raro y se emocionó mucho, tendría alguien más cerca que no fueran sus tíos, abuelos o padre.

—Me encanta jugaremos nos peinaremos y pasaremos tiempo juntas...

—Bueno, hija no es tan asi—la interrumpió su padre.

—Eso es cierto me debes ayudar a saber si seré buena maestra y para eso debo ayudarte con ciertas cosas y trabajar juntas—Stacy asintió emocionada y Sabit se sintió en paz.

Carta 6

Mi querido príncipe americano:

Si está leyendo esta carta, amor mio es porque estás angustiado y es válido, escribí varias para ti para estos momentos y espero que ahora que estás abriendo la primera hubieran pasado varios años de mi partida.

Las cosas no siempre irán bien, y menos cuando eres un padre presente, amoroso y responsable, no obstante siempre mira al frente y da lo mejor de ti, yo sé que puedes lograrlo y cuando te sientas a punto de colapsar buscar ayuda de nuestra familia sé que no dudaran en correr a tu lado y confortarte como si fuera yo misma.

Recuerda que te amo y mi mayor sueño es que seas feliz y consigas de nuevo el amor...

Se despide tu princesa inglesa

 

Sabit sintió un poco de paz ante las palabras de su amada esposa, ella penso en todo y mientras él disfrutó del embarazo ella escribía y grababa videos para todas las posibles situaciones que se les presentaran.

—Te amo mi princesa inglesa siempre serás la unica dueña de mi corazón, estas palabras son un alivio para mi alma—musito a la nada mientras miraba la foto de su esposa embarazada en su escritorio y él detrás de ella besando su mejilla mientras ella sonreía llena de luz.

La nueva dinámica familiar con Ariel en casa representaba sin duda un desafío no solo para él, sino para su hija, debía de saber como lidiar con su pequeña y su comportamiento aunque lo mas importante para él era que su hija pudiera crecer sin secuela y de un modo natural.




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