Ariel Gil
Despertar con Stacy entre mis brazos fue sub real, tan perfecto y sublime como si fuera mi rutina. Me sentí como si en verdad fuera mi hija, la sentí como mía. Con sumo cuidado salí de la cama para ir al cuarto de baño, lave mis dientes y tomé una ducha.
Agarré mi móvil al verlo encender su luz, supuse que era Sabit y la verdad es que no me equivoqué, tenía varios mensajes de él, dos de anoche y dos de esta mañana.
Mensajes de Sabit:
10:18 pm
Sabit: Me iré a mi casa por el bien de mi hija, pero no muy conforme, ella es mía y no puede simplemente elegirte a ti.
12:47 am
Sabit: No quise decir lo anterior, estaba alterado y con temor, ella estaba sola en la calle y si le pasaba algo nunca me lo perdonaría, espero que duerman bien, ahora mismo tienes mi vida entre tus brazos, cuídala como el más grande tesoro.
7:03 am
Sabit: ¿Ya despertaron?
7:32 am
Sabit: Bueno, supongo que aún descansan, yo no dormí nada y anduve vagando entre la habitación de Stacy y la tuya, las extraño.
8:14 am
Sabit. Quise decir a mi hija, extraño a mi hija me avisas, cuando estén listas debemos hablar.
Fin de los mensajes
Los releí varias veces, no sabía si reír o llorar, pero las náuseas que vinieron subiendo desde mi estómago me hicieron regresar al baño.
No puede ser posible, esto debe ser por el estrés, es decir, tengo a la hija del hombre con el cual me acosté hace exactamente tres semanas.
No pensé en un embarazo y hasta lo había descartado, pues hace cuatro días terminó mi periodo, solo duró dos días y medios, pero fue abundante. No estoy muy segura, ya que aún estaba algo triste y depresiva con la situación.
Luego de estar presentable, nuevamente voy a la cocina. Busco en la alacena y observo el contenido. Tengo los ingredientes para hacer panqueques, así que eso decido preparar. En la nevera solo tengo algunas fresas y dos kiwis, ya que debemos ir al supermercado.
Mi móvil timbra y veo que es Sabit así que decido contestarle, ya que no lo hice con los mensajes y eso debe tenerlo angustiado.
Llamada entre Sabit y Ariel.
Ariel: Hola...
Sabit: Buenos días, ¿cómo durmieron? ¿Desayunaron? Creo que debo llevarle ropa a mi hija para que pueda vestirse o también puedo buscarlas así y bueno me parece que estoy hablando demasiado.
Ariel: Buenos días, estamos bien tu hija aún duerme y yo estoy preparando el desayuno, no te preocupes por la ropa, le había comprado un obsequio para su cumpleaños. Era ropa y pijamas.
Sabit: ¿Ah perfecto entonces que hago?
Ariel: Haz ejercicio, toma una ducha y desayuna, yo te aviso cuando estemos listas.
Sabit: Eso haré gracias.
Fin de la llamada.
Suspiro con mi corazón desbocado. Hablar con él me genera muchas cosas que no puedo dejar pasar por alto porque están fuera de mí.
Debo salir de dudas, pues la posibilidad de estar embarazada me aterra, sobre todo que mis padres y hermano tienen tiempo que no me causan problemas y, si se llegasen a enterar, fuera una situación horrible.
—Hola, buenos días —Aurora llega hasta la cocina y se sienta en el desayunador aun bostezando.
—Buenos días, amiga, necesito que me hagas un favor —digo y ella asiente.
—Debo ir a comprar una prueba de embarazo y aún Stacy no despierta, la cuidarías —ella me mira con los ojos muy abiertos, peor al verme negar, solo asiente.
Terminó la mezcla nerviosa. Aurora se acerca y me quita la espátula de la mano, me abraza y dejo salir mis lágrimas.
—No tengas miedo, yo estaré a tu lado y juntas lo resolveremos, además el señor Palacios no es mala persona —comenta mi amiga.
—Si ellos se enteran, me harán daño, ya que una de las cláusulas del testamento es que si tengo un hijo antes de los 27 años, puedo recibir mi herencia —ella niega y limpió mis lágrimas.
—Ve por la prueba yo terminare el desayuno—hago lo que me dice y salgo del departamento con mi billetera.
La farmacia está a solo una cuadra, así que camino sin preocuparme por nada más, siento como si alguien me observara y miro a todas partes sin ver nada en concreto.
...
Narrador omnisciente
Ariel salió de la farmacia con tres pruebas de diferentes marcas para asegurar el resultado. Mientras caminaba, se sentía extraña y con ansiedad con el posible embarazo.
—La estoy siguiendo, debemos intervenir, pues acaba de comprar pruebas de embarazo… bien, los espero.
Ariel jamás imaginó que su hermano la estaba siguiendo y ya sabían lo que estaba pasando. Llegó al departamento y agradeció no escuchar a Stacy, pero cuando iba a entrar al baño, la pequeña la llamó.
—Aquí estoy, vamos a que tomes una ducha para desayunar a mi amiga y yo hicimos algo delicioso —la niña sonrió feliz y obedeció, ella le pasó un cepillo de dientes que le acababa de comprar y una vez lista fueron a la cocina.
—Hola, preciosa —murmuró Aurora, que ya conocía a la niña.
—Todo está rico —musitó Stacy disfrutando el desayuno y la compañía.
—Iré al baño un momento, si quieres, puedes ver caricaturas en mi computadora —murmuró Ariel y la niña negó.
—Yo traje mi teléfono y tableta, gracias —agarró sus cosas y empezó a deslizar el dedo.
—Aprovecha ahora—indico su amiga y llena de miedo entro al baño.
Cinco minutos después salió con la prueba en manos; ya una estaba positiva y las otras estaban por el mismo camino.
—Tranquila todo estará...—el timbre las interrumpió y ambas imaginaron que era Sabit impaciente, Aurora fue a abrir mientras Ariel intentaba esconder las pruebas, pero no tuvo éxito, ya que una se cayó al suelo y justo cuando se agachaba a recogerla vio como su amiga caía al suelo vio a su hermano y padres el primero había golpeado a Aurora de tal forma que esta yacía inconsciente.
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Editado: 25.03.2024