Estuve a punto de dejar caer mi quijada al suelo, Alex se está acercando, ¡Por Dios! ¿Esa... Esa es Alex? La miro de pies a cabeza, si ya anteriormente creía que es atractiva creo que ahora no me queda la menor duda, lleva su cabello rubio bien peinado suelto hacia un lado, su maquillaje hace su mirada más desafiante y el verde de sus ojos resaltar aún más. No había visto tan bien su cuerpo antes porque no acostumbra usar ropa tan sexy, pero con este vestido negro que se ajusta perfectamente a su cuerpo como reloj de arena me hace fantasear cosas que no debería, que voy a babear, tiene muy buenos pechos, ¿Qué no haría yo con esos pechos? ¡Dios! ¿Esta es mi esposa y ni siquiera puedo tocarla?
—¿Nos vamos? —pregunta, tengo que volver en sí y no mirar esos pechos ¡Por Dios!
—Claro —aclaro mi garganta, no puedo sonar que me ha dejado sin habla. Abraza a su amiga, mientras me giro a caminar por el pasillo.
Tomamos el ascensor, si algo odio de los ascensores públicos es como se me quedan viendo, ¿Por qué diablos se me quedan viendo? Ya me estoy estresando, mucho más con ese aroma que Alex desprende ¿Porqué no la conocí antes y en otras situaciones?
—No sabes cómo odio los ascensores públicos– digo, mientras abro la puerta del edificio para Alex pase y ella sonríe pasando el umbral y cierro la puerta a mis espaldas. Abro la puerta del copiloto de mi auto para que ella entre, sin mediar palabra llegamos al lugar que mi padre me había dicho que cenaríamos, pero, ¿Qué podría decirle? Ni siquiera puedo articular palabras coherentes en estos momentos.
Llegamos al restaurante, uno francés muy lujoso. Parqueo el auto, abro la puerta de su lado, ella sale y camino tras ella, me pierdo en ese cuerpo ¡Maldita sea! antes de entrar al lugar le extiendo mi mano y ella la toma, sus suaves manos ligeramente frías que sé que está nerviosa, bueno, igual yo lo estoy.
—Bien ¿Qué debemos hacer y qué no? —cuestiona, su pregunta llama mi atención.
—Bueno, primeramente comienza con tutearme —digo, entrando al lugar.
—Señor Anderson, por aquí por favor—menciona un camarero interrumpiéndonos, asiento y me encamino tras él con Alex tomada de mi mano.
Logro divisar a mis padres y hermano a la par de su esposa, mi madre muy sonriente ni siquiera espera que lleguemos y sale a abrazar a Alex dejándola casi sin respiración, sus ojos azul oscuro muy idénticos a los míos brillan con gran intensidad.
—Mamá, ¡basta! la vas a dejar sin respiración —exclamo, mientras ella continúa sonriendo, sé que le ha agradado ¿Y a quién no? Alex tiene una cara escalofriantemente angelical y hoy se ve estupenda, hasta deseara que fuera mi esposa de verdad para luego ir a quitar ese...
Oliver ¡Joder! Cálmate.
Alex le sonríe a mi madre, ambas se presentan mencionando sus nombres, no puedo evitar notar cómo muchos hombres a nuestro alrededor se le quedan viendo, incluso los camareros, hasta a Henry se le va la mirada, no puedo evitar sentirme molesto, se supone que es mi esposa.
Mi madre se encamina de regreso a la mesa con Alex tomada de su mano. Todo esto sucede bajo la atenta mirada de mi padre y hermano.
—Papá, ella es mi esposa Alexandra, ellos son mi padre, mi hermano y su esposa Brittany. Y bueno, ya conociste a mi madre —saco una silla para ella y toma lugar ubicándome yo a la par de ella.
Mi hermano la recorre con la mirada disimuladamente con sus ojos castaños idénticos a los de mi padre, yo lo puedo notar, soy hombre, y no lo culpo, si Alex está hecha un bombón hoy, saco ese pensamiento rápido de mi cabeza, no puedo tener nada con ella. Tanto mi padre como Henry estrechan su mano para saludarla, mientras que Brittany, mi supuesta cuñada, con sus ojos también castaños debajo de unos enormes lentes escudriña a Alex de pies a cabeza con descontento, lleva un mechón de su pelo negro y corto mal cuidado detrás de su oreja mientras murmura a Henry "Oh, es rubia, esto será divertido" espero Alex no hay leído eso en sus labios.
Mi madre no puede dejar de ver a Alex, bueno, ni yo, si no es porque tengo que disimular.
—¡Lo siento! —exclama mi madre finalmente —es que aún no me lo creo, mi bebé casado con una hermosa mujer —¿Bebé? ¡Oh por Dios! Por estos motivos es que nunca llevaría a alguien a conocer a mis padres. Mi madre extiende su mano hacia Alex y ella la toma con aprecio.
—Bueno mama, siempre preferimos mantener lo nuestro en secreto, es mejor de esa forma, y bueno, un día desperté y dije que me quería casar con esta bella mujer, nunca había sentido algo así por alguien —las estupideces que tengo que decir por mi padre, por suerte Alex es bastante inteligente y capta rápido, no tuve que hacerle miradas extrañas para que siga la corriente.
—Usé mi anillo de compromiso por sólo unas horas, él es todo un tierno, arregló su oficina con flores y un letrero "¿Te casarías conmigo?" y me hizo llegar hasta su oficina, obvio dije que sí. Obvio dije que sí, y le pregunté cuando, y él me dijo ¿Qué tal hoy? Y nos casamos el mismo día, la verdad no me arrepiento de nada, desde que me casé con él han sido los mejores días de mi vida —ella me mira y sonríe, siento la necesidad de darle un tierno beso en los labios, no sé, fue impulso. Mi madre con casi lágrimas en los ojos nos mira.