'Mientras alucino con sustancias elegantes que me alejan del consciente común, me siento al borde de mi cama intentando recordar por qué elegí aquel color para representar aquella emoción cuando en realidad solo tenía ganas de escuchar aquella canción, de pronto me golpeó la cara y me doy cuenta que sólo divago en ríos de conciencia y sonrío como idiota intentando alejar la colmena de bulliciosos pensamientos que asolan mi mente esperando una abertura, un espacio entre palabras y alojarse en mi paladar para salir en forma de ideas que en un principio parecen enormes pero mientras se alejan de mis labios se desmoronan entendiendo lo tontas que parecen, sin embargo la idea de un grupo de abejas que se esconden en mi espalda se incrusta en mi sienes y me impiden pensar y de pronto comienzo a mirarme por sobre los hombros en busca de los aguijones, pero no, recuerdo que aún queda un poco en mis dedos y se está consumiendo sin que nadie lo éste fumando y entonces nace otra idea alucinante pero esta se vuelve oscura y me aleja de las alegrías y comienzo a mirar los rincones en busca de aquel que ha estado fumando conmigo, sé que se esconde, puedo sentir sus ojos, pero 'NO' me digo intentando salir de aquel oscuro lugar y recuerdo la canción que quería escuchar, me paro en busca de evadir el pensamiento y llegar al acto, pero, un grito entra por la ventana y sale por mi oreja derecha, mi mente se paraliza, intenta entender si lo que está pasando es real o no, me vuelvo a sentar y vuelven a gritar, se supone que estoy solo, ¿Estoy Solo? Me pregunto, esta vez un poco menos convencido, pero luego, me habló, como si existieran dos seres en mí, me intento relajar y convencer de que todo está en mi mente, pero me interrumpo ignorándome y mirando a la ventana esperando algo que se, que viene, la piel se me eriza cuando el grito reaparece pero esta vez no entra por la ventana, porque el grito sale de ella como si gritaran desde detrás de la cortina, mis sentidos se agudizan y se preparan de la forma que pueden para lo que venga pero el humo sigue en mis pulmones y mi mente da saltos entre lo real y lo onírico, esperando a que el universo conspire a mi favor. Y de cierta forma lo hace, invitándome a que me acueste y aleje al mundo de mi mundo, dejando que la colmena llegue al panal, y su incesante zumbido se apodere de la habitación.
Perdido entre el miedo y el ruido mi consciente se pierde en las sombras y ecos dando paso al imaginario que me despoja de mi ser pensante con el único fin de reencarnar en un ser nuevo cuando vuelva a abrir los ojos'.
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Editado: 09.10.2019