Mi abuelo me solía decir que para enfrentar una situación se necesita de solo dos cosas, la primera es la capacidad de resiliencia que puede tener una persona y la segunda es el poder de sonreír incluso en los peores momentos. ¿Cómo se puede vivir sin sonreír?, en mi parecer es algo imposible porque como todo humano el sonreír es un cálido momento que aunque en algún punto se puede borrar de nuestras memorias; sin embargo, siempre quedara en nuestra historia esa calidez. De mi abuelo aprendí que la sabiduría y vivir la vida como queremos es el tesoro más grande que alguien puede tener.
Volviendo a la cálida realidad rodeada de mi abuela y de Beth no me arrepiento de haber tomado la decisión de haber vuelto a este pueblo. Han pasado dos semanas desde mi regreso; los avances de mi abuela han sido lentos pero positivos y por otro lado las cosas del pueblo están en calma como si ese suceso que paso en el pasado ha quedado en el olvido; el trabajo se me ha ajustado bien y todo ha vuelto un poco como antes en cuestión con Beth ya se porque la elegí como mi mejor amiga.
- Querida - La voz de mi abuela me saca de mis pensamientos, huele delicioso debido a que las tres estamos haciendo la cena "venerdí", una pequeña tradición desde que tenemos memoria al cocinar juntos todos los viernes - Emi, pásame la pasta estas tan distraída.
- Lo siento nani - Dejo de lado mis pensamientos para concentrarme en la cocción.
- De aseguro esta pensando en su trabajo nani - comenta Beth socarrona a lo que recibe una mala mirada mía que solo provoca que sonría con satisfacción.
- Trabajo, trabajo y trabajo; solo eso saben ustedes dos - La risa de Beth se esfuma de golpe y es mi turno de reír - dejen eso ya y vayan a preparar la mesa parece que los años no han cambiado en ustedes.
Nos apresuramos ambas en acatar la orden de la abuela entre risas y platicas como solía ser de jovenes. Cuando eres joven no piensas que algo cambiara y si llega a cambiar es cosa mínima por lógica cuando eres adulto todo eso cambia ocasionando que esas memorias queden atrás, por desgracia muy pocas personas aprenden a valorar los momentos de la vida.
La cena transcurre en medio de anécdotas y risas como en estos dos últimos viernes.
- Querida, ¿no has vuelto a saber algo de James? - La pregunta de la abuela me toma por sorpresa y me tomo unos segundos en pensar que decir ya que no me había tomado el suficiente tiempo de pensar en él a lo cual me incomoda algo; ¿hasta cuanto tiempo habrá comunicación cero?, siendo sincera si lo extraño demasiado aunque no parezca pero fue lo mejor soltarnos.
- Estemm... - Cuando por fin iba a contestar como si fuera una señal divina de salvación tocan el timbre que no tardo en pararme para salvarme de responder, las dos me miran extrañadas pero para antes de que digan algo yo ya me encuentro caminando para abrir la puerta.
Al irme acercando al recibidor va empezando una extraña sensación de miedo que se va extendiendo por todo mi cuerpo como si lo mejor fuera no abrir y huir lejos, que debo retroceder pero aun así dirijo mi mano a la manilla y al abrir la puerta me arrepiento de haber abierto.
"Esto no es una salvación"
Pienso tratando de tranquilizarme ante la señora de pelo rubio con algunas canas frente mío tan pulcra como la recordaba y con su expresión estoica como también proyecta superioridad que cualquier cosa a su lado es nada. Me mira de arriba hacia abajo y por un momento muestra sorpresa en su expresión pero de inmediato a su error lo corrige poniéndose mas seria.
- Bue- buenas noches, ¿ se le ofrece algo? - No se de donde pude sacar la suficiente valentía de poder decir más de una palabra tan siquiera.
- Vine a ver el estado de salud de tu abuela no había podido ya que estaba de viaje - Hace una pausa para analizarme cosa que se me hace eterna - Sin embargo, me he llevado una grande sorpresa Emilia, has vuelto.
- Así es señora Preston, vine a encargarme y cuidar a mi abuela en su recuperación, se encuentra en buen estado ahora como también va mejorando cada vez más.
- Me alegro aunque espero que solo sea ese tu único motivo querida.
Me tardo en entender sus palabras pero no tardo mucho en captar y mi primer nivel de molesta se implanta en mi, ¿Qué ridiculez fue esa?.
- No se tiene que preocupar señora puede estar tranquila que no hay otras razones que pueda perjudicarle - No oculto mi notoria molestia a lo cual solo alza una ceja en modo de reproche.
- Eso espero niñita - Se me acerca inclinándose para susurrarme - por que mi hijo ya pronto regresa y no quiero que se encuentre contigo, ¿entendiste?.
- Si señora - Sin recibir respuesta le cierro la puerta en la cara sin inmutarme.
Regreso a la mesa sin ganas de comer ya debido a esa señora que no puede ser tan arrogante, ¿con qué necesidad?. Mi nana y Beth me cuestionan pero solo me limito a la primera parte de charla con la señora Preston con una clara molestia en mi rostro ya que no me preguntan algo mas lo cual agradezco.
"El va a volver".
Mi cabeza da unas cuantas vueltas ante ese pensamiento y aunque ya este superado mas o menos esa etapa aun me entra una molestia por la familia Preston pero no dejo que me afecte la noche y lo dejo pasar aunque aun me entra un poco la incertidumbre de que es lo que pasará próximamente, ¿Qué es lo más malo que puede pasar después de todo?.
"El miedo termina cuando tu mente comprende, que es ella misma quien crea el miedo".
- Alejandro Jodorowsky.
Cuchaooo