Catarsis

CAPITULO 7

Easton

Ha pasado una semana desde la llamada de mi madre al igual que huyendo de lo inevitable, en mi mente ya estoy muy lejos pero en mi mesa está el boleto de regreso para mañana.

Odio sentirme atados de manos y no poder tomar mis propias decisiones.

Desde pequeño ha sido así; en mi niñez solo vivía a través de reglas y lo que quería no era apto para hacer siempre debía ser el hijo perfecto como también la imagen viva de la familia majestuosa aunque siempre cada fin de semana eran peleas de mis padres mientras yo me encerraba en mi cuarto. Hasta que mis padres al no querer estar atados por mucho a un hijo, tomaron la decisión que en ese entonces la vecina al lado nuestro cuidaba a unos niños para generar un poco más dinero. Ahí fue cuando conocí a la señora Davies que considero para mi una verdadera familia que tuve que la que tenía; también, conocí a una pequeña niña de mi edad cuyos cabellos eran castaños, sus ojos eran un café ese que no te quita el sueño sino unos que te despiertan y te dan calidez, alrededor de su rostro angelical había una lluvia de estrellas pero para otros te dirán que son pecas. Su nombre es Emilia de quien desde pequeña me enamoré pero fuimos grandes amigos; también debido a eso y a mi familia conocí mas a Daniel el único que tiene mi plena confianza.

Tras mi partida a él fue que me prometiera que la cuidará más no supe más de ellos en estos últimos cuatro años.

Hacer las maletas me cuesta como cien cadenas alrededor de mi cuerpo.

Agarro mi celular de la mesilla y me dispongo a contactar a Daniel que al segundo tono me contesta.

- Que sorpresa, Easton Preston se digna a resurgir.

- Que gracioso Daniel -- Ironizó ya que aunque me cae bien no soy muy energético como el -- ¿Cómo estuvo el "viaje espiritual"?.

- Estuvo bien más de lo que pensé.

- Claro, de aseguro con un montón de chicas hermosas -- Sonrío pensando en el polvo de ayer con esa Venezolana espectacular para haber terminado también con una francesa.

- No todo es polvo Easton -- Me recrimina con tono molesto en eso somos muy diferentes mientras yo prefiero el placer el es más simple con tontas cursilerías.

- Bueno, bueno no te enojes.

- ¿Qué quieres Easton? -- Que pregunte a la defensiva ya no me esta gustando.

- ¿Cómo esta ella?, hace mucho que no me cuentas -- Le recuerdo con ligera molestia.

- Te dije que ya no te diría nada porque ella no se merece eso.

- ¿Qué cosa?.

- Que un tipo que se fue de su vida sin decirle nada este vigilándola como si fuera acosador.

Empezando a enojarme ya que el sabe como fue todo y lo que me costo irme así es como si fuera una apuñalada directo a la espalda.

- Tu sabes porque Daniel, no me jodas con eso.

- Si tu la quieres o si es que le tuviste amor la hubieras llamado.

- Daniel...

- No Easton -- Hace una pausa suspirando -- Con el tiempo me di cuenta aunque estuvieras atado la hubieras contactado al menos una última vez en lugar de andar de mujeriego sin sentido.

Sus palabras me calan porque se que es verdad y me pesa mis errores; sin embargo, me acostumbre esta forma de vida cuando me di por vencido hace años atrás.

- Solo responde esto -- Tras su silencio prosigo -- ¿Ella regreso al pueblo?.

- No -- Cuelga de golpe que me deja perplejo y se que talvez me mienta, no lo juzgo ya que se que es mi amigo pero también es amigo de ella como también sus acciones son mis consecuencias por lo cobarde que fui.

Tomo mis últimas cosas y mi maleta tomando rumbo hacia el aeropuerto de la ciudad con una pesadez de mis actos en estos últimos años pero sería mas hipócrita hacerme la victima cuando no soy más que un débil que huyo dejándola atrás.

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Tras muchas horas de vuelo por fin aterrizamos y al salir me recibe el chofer de la familia quien me recibe con entusiasmo trato de corresponderle más no puedo con el humor que cargo ya que el reloj de arena esta por explotar en mi mente.

- ¿Qué tal el vuelo joven? -- Pregunta cuando toma marcha adentrándonos a la carretera para entrar al pueblo.

- Estuvo bien -- Me sonríe amable para volver a concentrarse en el camino.

Al ver el pueblo me entra un temor grande, este territorio llamado Mistforest que fue fundado por mis antepasados de la familia Preston; en cronología yo debería suceder la jefatura del pueblo pero debido al contrato de matrimonio que tuvieron mis padres antes de casarse se planteó que otro por elecciones debe ser; ¿Porqué?, bueno porque la familia de mi madre es reconocida por ser empresarios prestigiosos y sostener una dinastía claramente fuerte, ahí es donde entro yo al ser su sucesor. Mis padres nunca se han amado si están juntos es por amor al dinero y como habrán visto mi vida desde antes de haber procreado ha sido ya planeada. Así que, mis abuelos paternos les encanto la idea de casar a su único hijo a un trofeo mejor que encerrarse aún en un simple pueblo. Mi padre Charles Preston es alguien de temer no solo por ser el alcalde sino por su carácter fuerte aunque su pueblo cree es un gran gobernador pero como padre es una persona ausente y estricta; por otro lado, mi madre la señora Ellis de Preston es una mujer controladora y perfeccionista aunque al ojo público da otra cara de la moneda como una gran dama y amorosa madre cosa que lejos de serlo a menos que sea algo que le conviene.

Sin darme cuenta ya el chófer esta adentrándose a la mansión de mi niñez, por impulso veo hacia atrás pero el señor que conduce carraspea para con una señal de cabeza me indica que mis padres está en la puerta principal esperándome, se estaciona y me ayuda con mis maletas.

Me bajo del coche preparándome mentalmente de lo que sigue.

- ¡Hijo mío! -- Los chillidos de mi madre son los primeros en escucharse.

Me aproximo a ella que me envuelve en un abrazo que se siente frío sin calidez para darme un beso en cada mejilla, el próximo en acercarse es mi padre.




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