CAPITULO 9

Tipo de narrador: Omnisciente.

Hace tiempo atrás...

En un pequeño pueblo llamado Mistforest, en una casa muy cálida se encuentra una familia un tanto alegre para lo que una familia en particular les tenían envidia. ¿Cómo es posible que vivan con tanta felicidad?, ¿Cómo es que la mayoría del pueblo los amaban?; si no eran más que una familia tan inferior que en cambio ellos son una con más poder.

Sin embargo, los comentarios no parecían afectarle a dichosa familia ya que se tenían entre ellos y era lo más importante. En el jardín de esa casa blanca estaba jugando una pequeña niña de pelo castaño cantando en italiano, debido a que sus abuelos y su mamá eran originarios de ese país.

— Emi, mi querido sole — La voz de una mujer atrapa la atención de la pequeña. — ¿Qué hace la luz de esta casa?.

— Cantando mamma — A su mamá le encantaba escucharla cantar en su idioma natal, ya que para ella era como más podía sentir que su hija conecte con su cultura.

— Bueno querido sole, tenemos que cenar ya — La niña le hizo un puchero a lo cual la madre cayo rendida dejándola jugar un ratito más.

— Giorgia, ya esta la cena hace media hora y se va enfriar — La niña corre a los brazos de su padre que este la recibe gustoso, <<es un papá muy cariñoso>>.

— Esta bien Arthur, ya vamos.

Los tres regresan a la casa donde ya los espera los dos padres de Giorgia, la casa fue construida por el gran señor Jorge Davies con un significado de amor eterno a su querida esposa Clarice por haber tenido que huir por haberse embarazado a temprana edad de Giorgia. Cosa que fueron años difíciles pero supieron mejorar y seguir adelante. La pequeña niña era la luz de esa casa, era una niña muy bien portada y amable; cualquier adulto la idólatra como si fuera un ángel divino.

Esteban Richardson era un hombre serio pero con un lado dulce con su familia, mientras que la señora Giorgia Davies de Richardson era todo lo contrario, era una mujer tan angelical que su belleza no era solo su físico, sino también en su personalidad. Por eso, su mayor acto de amor fue engendrar a la pequeña Emilia.

— Ven querida Emilia — El abuelo llama a la niña que no duda en acercarse, después de haber cenado y sentarse en la sala — Mira, cuando tu crezcas podrás recorrer todo el mundo si quieres y no tienes que detenerte por nadie, tu eres valiosa y majestuosa. No dejes que otras niñas te hagan sentir de menos porque tu eres un universo.

— Si, nonno — La niña era víctima de diversas críticas por su origen.

— Recuerda que el abuelo siempre estará para ti — La alza sentándola en sus piernas mientras los otros integrantes se acercan alrededor. — Todos nosotros que somos tu familia siempre estará para ti.

La familia era tan unida; sin embargo, dicen que a las personas buenas siempre le pasan algo malo, lamentablemente en esta historia pasará. La vida es cruel que con otros que merecen el karma que han de merecer simplemente no les llega; aunque no deberían cantar victoria.

Del otro lado de la calle, al fondo existe una mansión que por muchos lujos tenga, no se siente un hogar solamente un lugar frío sin calor. En una de las tantas habitaciones se encontraba un niño tocando el piano, su pelo negro arreglado perfectamente como todo en el, o eso querían que fuera de el. El infante Easton Preston no era más que una alma triste con tan solo 4 años, obligado a que siempre sea destacado pero perdiéndose de su infancia ya que su familia es la gobernadora del pueblo. La más importante, como rectifica su madre cada vez que puede.

— Estoy cansado — El niño habla para si mismo, ya que mayormente se la pasa solo.

Excepto por el niño de pelos chinos que lo acompaña cierta vez cuando sus padres se reúnen pero no es consecutivamente.

¿Qué pasaría con estos dos niños?, ¿ qué pasa si te digo que se encontrarán?, ellos están destinados a conocerse. La vida todo pone en su lugar en su debido tiempo y el porque acontecen las situaciones.

El destino si existe pero tienes que tener los ojos para apreciarlo y el alma libre para sorprenderte.

:)