Entré a mi aburrida y monocromática habitación, no había ninguna diferencia eran idénticas, muebles grises aburridos y la camilla.
Mis ojos azules miraban la habitación con cierto desinterés.
— ¿Es en serio? Esperaba algo mejor — me quejé en mi mente.
—Te dejamos para que descanses, te bañes y desayunes. Nos vemos luego — expresó Moisés mientras se retiraba de la alcoba.
—Ni crean que me quedaré aquí encerrado — dije una vez se fueron.
Me levanté y salí a recorrer los pasillos o más bien a volver a aquella puerta.
Estaba frente a la puerta e intenté abrirla, pero al parecer estaba cerrada con llave.
— ¡Maldición! — grité.
— ¡Hey! Que vocabulario — se quejó una voz.
Volví mi cabeza para ver de quien se trataba. Una sonrisa estaba detrás de mí y un pálido rostro me sorprendió.
— ¡Henry! — grité al ver su rostro —. Me asustaste estúpido bastardo.
—Alguien no está de humor el día de hoy — expresó en tono de burla.
—Lo siento.
— ¿Qué hacías ahí? — preguntó al ver mi mano en la perilla.
—Nada — dije alejando mi mano de la puerta.
— ¿Quieres hablar un rato? —preguntó.
—Está bien piel de vampiro— bromeé.
— ¡Oye! — se quejó.
Caminamos hacia la cafetería, nos sentamos en una mesa y comenzamos a platicar.
— ¿Por qué te escapaste?
— ¿Vamos a hablar o me vas a interrogar? — pregunté sarcástico.
—Ambas — respondió burlón.
—Muy chistoso el vampiro.
— ¿Me vas a decir sí o no? — preguntó rompiendo el cómico ambiente que había en ese momento.
—Ariana.
— ¿Ariana Grande? — preguntó bromeando.
—No le veo el chiste — Lo miré serio.
— ¿Ves cómo se siente?
—Psicología inversa ¿eh? — pensé. Él sí que sabía cómo ponerme a pensar un rato.
—Hace mucho una horrible imagen de Ariana… Gonzales — Aclaré. No quería confusiones con la cantante pop —. Me persigue, una imagen de su rostro lleno de dolor y odio, esa imagen se apareció el de la boda. Me aturdió mucho así que huí.
—Entiendo, no es fácil ver la cara de decepción y odio de las demás personas que amas. Créeme, lo viví — respondió desviando la mirada.
— ¿Ah sí? — Me di cuenta que su pasado era tan diferente al mío pero a la vez tan idéntico.
—Sí. ¿Recuerdas lo que te comenté sobre mi otra personalidad? — Asentí con la cabeza —. Bueno pues esa personalidad hizo mucho daño… A personas que amo. Cómo a mi hija.
— ¿Tu hija? — pregunté. Me intrigaba saber lo que diría.
—Mi otra personalidad… La violó — Una lágrima se deslizó por su rostro —. Y no sabes lo que me dolió despertar y no saber nada de lo ocurrido, despertar y ver el rostro de tu mujer, amigos, hermanos y seres que amas juzgándote sin conocer lo que estás sintiendo.
—Guau… eh… eso es… algo — No sabía que decir. Quedé consternado ante tal respuesta.
—Sé lo que sientes, pues ya lo viví, sé que duele que la mujer que amas te miré con desprecio, pero tú más que nadie sabes que tú no tienes la culpa, sólo tu mente es la culpable y sé que también sabes que esa imagen no es real, solo es un raro psique. Afronta lo que sigue con valentía lo que sigue, tu pasado ya quedó atrás, viví tu frente para que puedas llegar al futuro que deseas. No olvides que sin el pasado no existe el presente y sin este no existe el futuro. Tenlo presente — Sonrío, se levantó y me dio una palmada en el hombro —. Eres fuerte.
—Intenté suicidarme — solté. Avergonzado baje la mirada. Henry volvió a su asiento.
—Yo lo intenté hacer muchas veces pero sabes… — se agitó el cabello —. No sirve de nada. Es mejor estar vivo y demostrarle al mundo que no eres tan malo como ellos te ven — Sonrió.
—Gracias — Bajé la mirada —. Siempre me haces sentir mejor, amigo vampiro — bromeé.
—Dos cafés por favor — gritó Henry.
Después que trajeron nuestros cafés nos pusimos a hablar y a bromear juntos. Fue muy divertido, hacía mucho tiempo no tenía un amigo con quien hablar de la manera con la que venía hablando con Henry.
Decidí ir a mi habitación pues necesitaba un poco de soledad. Caminaba por los pasillos observando el lugar, temía perderme la próxima vez que volviera a salir entonces caminaba lentamente para aprenderme de memoria el camino.
Cuando encontré la puerta, entré para lanzarme en el sofá, estaba exhausto necesitaba dormir un rato, la noche anterior fue muy incómoda. Poco a poco un somnoliento ambiente invadió el salón causando que en cuestión de minutos me quedara dormido.