Caza Fantasmas

Capítulo 4

Hola Aura, me enteré de lo que te sucedió esta tarde, ¿Estás bien?—asentí—debes de estar preguntándote muchas cosas, ven toma asiento y hablemos—lo sigo, sentándome en el sofá y él sentándose en el de al frente, Wesley se sienta a su lado, ambos mirándome un poco intimidantes.

¿Quién es usted?—su mirada me intimida a tal punto que bajo la cabeza.

¿Sonrió! ¿Por qué sonrío? Ahora estoy confundida y asustada, no se si debí confiar en este chico y estar aquí. 

No te asuste, solo quiero ayudarte, me llamo Cecilio, eso ya debes saberlo—lo miro con atención—yo tengo habilidades como ustedes, a diferencia de ustedes tuve que desarrollarlas yo solo, tus habilidades son más fuertes Aura.

Pero...¿Cómo la obtuve? yo no la quiero.

Naciste con eso Aura, ¿No te has puesto a pensar por qué tenías tantos amigos imaginarios?

¿Eso que tiene que ver? esta conversación cada vez esta más extraña.

Tiene mucho que ver—mis ojos se abrieron más, el rió—una de mis habilidades es leer mentes Aura, volviendo al tema... esos amigos eran fantasmas que yo mandé para que te protegieran, hay gente mala en el mundo que quiere apoderarse de tus habilidades y destruirte.

¿Cómo usted sabia de mí?

Tus antepasados Aura, tu bisabuela y mi abuela, eran lo que se dice brujas, por pactos con espíritus, pero no eran las únicas; ellas se enamoraron y esa fueron sus desgracias.

Y el ¿por qué ve fantasmas?—señalo a Wesley.

La misma razón, descendientes de brujas, su bisabuela era amiga de nuestras abuelas, fue un castigo para las brujas que sus descendientes deben pagar.

No entiendo nada—voy a colapsar.

En esos tiempos había muchas brujas, por lo que ahora hay muchas personas que tienen habilidades como nosotros...—se apoya de sus rodillas entrelazando los dedos—la diferencia entre tú y nosotros, es que tu bisabuela era la más poderosa del pueblo.

Tus habilidades son más poderosas que las de nosotros juntos y si las logras controlar puedes llegar a ser muy fuerte Aura—agregó Wesley.

Y nosotros te ayudaremos, los espíritus quieren destruirte, debes aprender a controlar tus habilidades.

Pienso que todo es un estúpido sueño del cual quiero despertar.

No es un sueño, es la realidad—sonríe.

—¿Cómo hago para que no leas mi mente?—ríe, no le veo la gracia.

Evitar mirarme a los ojos.

¿Y yo tendré esa habilidad?—pregunto por curiosidad.

Puede ser o no, puede manifestarse de otra forma.

"¿Cómo?"

Bueno, si tocas a la persona o simplemente con pensar en esa persona, eso lo descubriremos más adelante. ¿Quieres comer algo?—asentí y él se levanta en dirección hacia la cocina a preparar algo.

Yo empecé a recorrer el lugar y pensar en todo lo que me contó, no sé cómo comprobar que sea cierto o no. Pero para ser sincera esto es más que una prueba, con saber que lee mi mente ya es un punto valido a que crea en lo que me dice.

Lo que está del otro lado de las puertas son salas de estar y una piscina techada, en la otra puerta está la oficina de Cecilio.

Volví a sentarme en el sofá aún admirando el lugar, mientras que Wesley está en unas de las máquinas haciendo ejercicio; no pude evitar mirarlo, está sin camisa, su espalda musculosa y sudorosa...

¿Qué te sucede Aura? Deja de pensar, Cecilio lee mentes.

En ese momento llegaron unos chicos gritando y riendo. Bajaron las escaleras a empujones una chica rubia, alta de buen físico que va al frente, lo siguen dos chicos..

Buenas tardes Cecilio—dijo la chica saludando—hola Wesley—él le dedicó una sonrisa de medio lado y siguió con lo que estaba haciendo—¿Quién es?—dijo señalándome.

Me siento incomoda en esta situación, ya que me miran expectante y no se si presentarme o esperar a que Cecilio o Wesley lo haga.

Es la nueva chica—explica Cecilio, yo me levanté rápidamente—ella es Aura, Aura ella es Marlyn—me presenta a la rubia, es más hermosa aun de cerca—Darío—me presenta a el chico rubio, de buen físico, tan alto como Wesley y fornido—y Rayan—por último me presenta a el chico de cabello castaño, linda cara y cuerpo de infarto.

Hola linda—dice Darío, dándome un beso en la mejilla, Rayan también.

¡Al fin, otra chica aquí!—me abraza Marlyn—creí que me volvería loca, con tantos hombres... y ¿Ya viste tu habitación?

¿Habitación?—pregunto confundida.

Todavía no hemos llegado a ese punto—sonríe con nerviosismo—Aura, si quieres puedes quedarte aquí, sabemos que no puedes dormir y podemos ayudarte a controlarlo.

No sé señor, mi familia se preocupará.




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