—¡AURA! —gritó Darío con fuerza.
Reaccioné sintiendo el ansiado aire entrar a mis pulmones, poco a poco fui recobrando el aliento y el color. Por un momento creí que moriría, todo pensamiento pasó por mi cabeza, pensé que no vería a mi familia, amigos...a Wesley.
—¿Estás bien? —preguntó Darío ansioso.
—¿Qué ocurrió? —mi hermano es el más preocupado. Me abraza sin esperar respuesta.
—Vi cómo murió su hermano, sentí como se ahogaba en el mar y no pude respirar—el señor está impactado por lo que dije, creo que le recordé a su hermano y el fatídico día; comenzó a llorar.
—Este negocio era de los dos—empezó a hablar cuando dejó de llorar—pero esa chica lo cegó, siempre peleábamos porque se volvió irresponsable y solo venía a beber, ella era todo para él y cuando la descubrió se llenó de odio hasta matarla. No pude arreglar las cosas con él porque huyó, hasta que días después me llamaron de la morgue diciendo que encontraron su cuerpo en la playa—me mira con tristeza—al verte tratando de respirar me sentí mal por la forma en la que murió mi hermano, tan injusta la vida, él no era mala persona.
—No se preocupe estoy bien.
—Ahora él está arruinando nuestro negocio, no sé qué hacer—lleva sus manos a la cabeza con desesperación.
—Nosotros lo vamos a sacar—afirma Darío con determinación en su mirada.
—¿Cómo?
—Somos caza fantasmas, sabemos lo que hacemos, vamos a necesitar que vacíe el local a las dos y media de la madrugada—el señor asintió con un poco de desconfianza, pero no le quedan alternativas por lo que aceptó.
Todavía faltan dos horas para las 3:00 y sé que es porque es la hora cero en donde será más fácil expulsar al fantasma.
—Pueden quedarse aquí hasta esa hora, yo saldré a avisarle a los empleados—asentimos y él se despidió.
—¿Cómo hiciste eso? —pregunta mi hermano—me asustaste, pensé que ibas a morir.
—Tienes que aprender a controlarlo porque si no reaccionas a tiempo, puedes morir—agregó Marlyn asustando a mi hermano y a mi aún más, al ver nuestros rostros se disculpó.
—Eso le pasaba a Wesley, muchas veces nos preocupó así.
—Una vez termino en el hospital—me preocupé por él y por mi.
—¿Qué haremos? —pregunté.
Darío camina de un lado al otro de la oficina, pensativo. Se detiene frente a nosotros y sonríe.
—Tengo una idea.
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Llegó la hora, solo estamos Darío, Marlyn, Jason, el señor Gabriel y yo. La música empieza a sonar y Marlyn está bailando con mi hermano y yo con Darío, creando la escena como si estuviéramos rodeados de gente y bailando. Aparece el fantasma acercándose a Marlyn, pero le ha pasado de largo caminando hacia mí donde un frío inminente se apoderó de mí, haciéndome sentir débil.
Darío en un momento empezó a golpearlo, Marlyn y Jason corrieron a agarrarme ya que estoy a punto de caer por la debilidad, en un momento escucho a Darío gritarle cosas en otro idioma y el fantasma se esfumó.
El señor Gabriel apareció atónito y mi hermano igual, ambos miraban sin expresión alguna a Darío.
—¿Estás bien Jason? —el asintió y rápidamente negó.
—Vi-vi-vi—le pegué, parecía disco rayado—¡vi un fantasma!—me sorprendí, no creí que lo viera, antes de que preguntara Darío habló.
—Este es la hora cero, donde todo puede pasar y tu amigo... acabas de ver uno—reímos, a pesar de que el seguía atónito.
—Esto es increíble—dijo emocionado—salir con ustedes es una aventura, invítenme más a menudo.
—Chicos muchas gracias, no sé cómo agradecerle.
—No se preocupe, solo ayudamos—sonreímos amigablemente.
—Muchas gracias de verdad—sacó unas tarjetas y no las entregó—si necesitan de mi ayuda, en lo que sea, me llaman, estaré eternamente agradecido por su ayuda—sonrió.
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He ido a la universidad con un dolor de cabeza de muerte ¿A4 quién se le ocurre ir a la discoteca un domingo antes de ir a la universidad? a nosotros al parecer.
Llego y me siento en una banca del salón apoyando mi cabeza en el escritorio para dormir un rato hasta que llegue el profesor. Siento una mano en mi hombro, me levanto instintivamente en defensa viendo a Jean asustado, me relajo sonriéndole.
—Hola—dice sentándose a mi lado.
—Hola.
—Siento no haberte llamado en estos días, pero es que necesitaba pensar—mira hacia otro lado, avergonzado. Me siento mal por la situación, el se está culpando por pensar en que me vio como la responsable de lo sucedido, lo que si es cierto. En ese momento no dominaba mi habilidad tanto como ahora.
—Entiendo.