Ceniciento. La historia de un hada.

Capítulo 17. La vida nueva y las caras del pasado. Elvira.

Como se dicen, los humanos somos de costumbres. Tenía que asegurarme de que un estilo de vida saludable se convirtiera en algo común para Aleksey, como respirar. Las primeras dos semanas lloriqueó, maldijo, pero fue a entrenar todos los días. 

 Cambié por completo la comida en el refrigerador de mi prima: en lugar de salchicha, apareció una pechuga de pollo, en lugar de chuletas - pescado, y en lugar de refrescos - fruta fresca. Al principio Olga se oponía, pero cuando le recordé la promesa de obedecerme sin cuestionarme, cerró la boca y ya no me molestó. 

Obligué a mi ahijado a cocinar su propia comida, para que él mismo supiera qué, cuánto y cómo cocinar. Durante nuestros programas de cocina, hablamos de todo. Él empezaba a abrirse. 

 Descubrí que Aleksey hablaba inglés bastante bien y eso me dio algunas ideas para el futuro. Un mes después, nuestras conversaciones íntimas finalmente cambiaron al inglés. 

Él y yo hicimos una rutina diaria, teniendo en cuenta que el entrenamiento aumentará a tres horas diarias, y también las caminatas por las tardes antes de acostarnos. Olga también se ofreció como voluntaria, para ayudar, y acompañaba a su hijo cada vez al parque a dar un paseo. 

El segundo plan de trabajo en el nuevo Aleksey era elevar su autoestima del suelo, aunque Vladimir ya me había ayudado en algo. Sentí que el ahijado comenzaba a enderezar los hombros, lo que significaba, que al chico le estaban creciendo las alas o músculos. Que las dos cosas me valían. Ahora tenía que encontrarle un trabajo adecuado. 

Le pedí a Alex que me descargara su juego y se lo envié a un amigo mío en Los Ángeles, para que le diera a esta "obra maestra" una evaluación profesional. Mientras tanto, estaba buscando una empresa adecuada en Moscú y la encontré. El anuncio indicó que se trataba de una empresa joven y prometedora en el mercado del software. Ellos buscaban un empleado para el puesto de programador en el departamento de programas gráficos. Disfrazada de cliente, fuí a esa empresa. 

Saqué el auto del depósito de vehículos, pagando una multa, pero no le di las llaves a Aleksey. Vladimir le aconsejó caminar más. Por lo tanto, el coche lo poseía yo por completo y, con el tiempo, el Škoda y yo encontramos un lenguaje común y llegamos a un entendimiento. 

Finalmente llegué a esa empresa que ocupaba dos pisos en un edificio de oficinas alto en el centro de la ciudad. "Un poco pequeña, pero hay que mirarla",- pensé y, revisando mi aspecto, entré. Me recibió una chica muy agradable y me acompañó hasta el director. Resultó ser un joven de muy buen ver, aprecié su apariencia y me pareció, que este es el líder que necesitaba a mi ahijado. Joven, creativo, activo, ambicioso, en una palabra, al que siguen y al que miran como líder. Como resultado, se suponía que Aleksey estaría así en un año y medio. 

Pregunté sobre el estado de la empresa y sus perspectivas. El director, sin ocultarme nada, me acompañó por la oficina. Observé que gran parte de los trabajadores era gente joven, menores de treinta años. Agradecí diciéndole, que me gustaba todo y qué pensaría en la propuesta. Mentir, por supuesto, no es bueno, pero no tenía otra forma de averiguar a dónde enviar a trabajar mi ahijado. No quería que volviera al pantano, en que le metió su madre. 

Salí de la oficina, casi a la hora de comer, miré mi auto y decidí que tenía que almorzar primero, de lo contrario, volvería a quedar atrapada en el atasco. Encontré un pequeño restaurante cercano y me pedí un menú vegetariano. Aquí comían los empleados de la misma empresa, y comencé a escuchar de qué hablaban. Al principio no entendía en absoluto en qué idioma se comunicaban, pero luego su conversación se volvió muy interesante. 

Comenzaron a hablar de la vieja esposa de su joven y guapo jefe. Que después de la última operación estética, se convirtió aún más parecida a una bruja, y el joven esposo sentía curiosidad por Inna del departamento financiero. Tales matrimonios no eran de mi agrado en absoluto. Puedes tener un amante joven, pero no un esposo, porque eso significaba siempre estar tres personas durmiendo en una cama: tú, el esposo y su amante. Y como soy propietaria por naturaleza, no permitiría que otros toquen lo mío. 

Inmediatamente se me ocurrió la idea de visitar a esta pobre mujer. Cuántas veces he visto rostros, alguna vez hermosos y desfigurados con un bisturí, por el simple deseo parecer más joven. Si crees, que solo las actrices y la gente importante no están dispuestas a perder su belleza, estás profundamente equivocado. Ninguna mujer se negará a quitar unos años, incluso a pesar de los riesgos. Y hay pocos buenos cirujanos plásticos en el mundo. Puedo contarlos con mis dedos. 

Comencé a buscar en Internet toda la información sobre el director de esta empresa y su esposa. De repente, desde la pantalla del teléfono, los ojos malvados de Victoria, mi madrastra, me miraron. “¡Caray! ¡Eso es una sorpresa inesperada! ¡Pero definitivamente es una bruja!" - pensé, y el pensamiento de venganza ya había despertado en mi alma. 

No planeaba vengarme de Victoria, no porque fuera tan buena y comprensiva como la Madre Teresa, simplemente tenía cosas más importantes que hacer y, para ser honesta, no pensaba en ella en absoluto. Solo que ahora había llegado el momento. Quería toda la información, que pudiera obtener sobre su vida durante los últimos veinticinco años. Y para ello necesitaba la ayuda de Alex. 




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