Ceniciento. La historia de un hada.

Capítulo 29. La vista más fascinante. Elvira.

Cuando levanté los ojos para ver con quien me tropecé y disculparme, vi a Vasiliev.

- ¡Elvira Vadimovna! ¿Qué usted está haciendo aquí? —Exclamó, agarrándome por los hombros.

- ¡No! Estoy aquí completamente por casualidad, y más aún ya me voy, - sin saber por qué, comencé a explicarle, que ese encuentro también era casual.

- Lo sé, Irina me lo contó todo, - sonrió, soltándome, - Simplemente no esperaba verle por aquí.

- Igual, como yo, a usted. - Empecé a recomponerme. - ¿Le gusta tanto los impresionistas?

- No, en realidad no entiendo nada de eso, - respondió, sonriendo. - Estoy aquí para apoyar a un amigo mío.

De repente el Genio Ger Goransky voló hacia nosotros.

- ¡Dimitri, tú, como siempre, conquistas a la mujer más hermosa! - Exclamó.

- ¡No, que va, ya me voy! - Traté de salir de esta situación lo más rápido posible.

- Bueno, ¿A dónde va, mi hermosa "Rosa Roja? - tomó mi mano el artista y la besó, - le ruego, solo una hora en mi estudio.

Desde fuera, todo eso parecía muy cómico. Traté de escapar, pero el artista continuaba sosteniendo mi mano en la suya y me pidió que aceptara posar para él.  Menos mal que Vasiliev vino en mi ayuda.

-Ger, deja la chica en paz, ella está conmigo y sabes lo que pienso de tus modelos, - dijo severamente a su amigo.

-Solo para ti, Dimitri.  Ella vale la pena, tenéis el mismo color, - dijo espiritualmente, y nos dejó solos.

- ¿Así que Ger Goransky es su amigo? - pregunté.

-Sí, desde la secundaria. Él es un hombre muy bueno, pero hoy, al parecer, bebió demasiado, - justificó al artista.

-Gracias, - le dije, - tengo que irme.

-Espera, Elvira, me gustaría acompañarle a casa, - dijo

-Pero después no me culpe de que le persigo, - sonreí.

-Lo siento por aquella tarde, estaba cansado, había tenido un día duro, y cuando le vi al lado de Irina, e incluso con el auto roto, pensé que ella había vuelto a montarme una encerrona, - explicó, ofreciéndome una mano.

-Su hija está muy preocupada, quiere que sea feliz. Usted debe hablar con ella a corazón abierto. Ella le ama mucho, - le dije, mientras me subía a su auto.

-Lo sé, pero a veces actúa como una niña.

- ¡Bueno, ella es básicamente una niña! ¿Cuántos años tiene? ¿Veinte? ¿veintiuno?

-Veintiuno, - respondió.

- ¡De verdad! ¡Usted acuerda como era a esa edad! ¿Cuánta cosa estúpida hizo? - Me reí.

-Sí, algunas, - se rio.

-Y su hija, creo, que no hizo ni la mitad. Ella es inteligente, - le dije.

-Entonces le sugiero que hagamos otra cosa estúpida, si le apetece, le mostraré el lugar más hermoso de Moscú, - propuso Vasilyev.

-Está bien, pero deja de llamarme a usted, me siento muy vieja, - le dije.

- De acuerdo. ¡Prepárate para ver la vista más fascinante de Moscú, ya que ahora estamos sintonizados con la belleza! - exclamó.

Cuando llegamos, reconocí el campo de Khodyn, pero ahora había todo cambiado y configurado, y entre los edificios estaba el centro comercial "Airpark". Como la mayoría de estas estructuras, bastante estúpidas y monstruosamente patéticas. Al principio no entendí por qué Vasilyev entró en el estacionamiento, condujo hacia el ala derecha, subió al último piso, tomó un poco más a la derecha y se detuvo. Me ayudó a bajarme del coche y me encontré en una pista de asfalto completamente vacía, que estaba rodeada por todos lados por "obras maestras" de la arquitectura moderna de Khodyn. Era un lugar muy extraño. No había nadie alrededor, ni un solo coche, parecía que estábamos en el mismo cielo, colorido y tranquilo.

-¿Te gusta? - me preguntó.

-Sí. Mucho. Es como si estuvieras en una sala de cine para un espectador, - respondí.

-Sí, solo faltan Coca-Cola y las patatas fritas, - se rio.

-No soy una fanática de la Coca-Cola y las patatas fritas, - le dije. - Estuve por aquí antes cuando estudiaba en la universidad, entonces no estaba el centro comercial y no me imaginaba esta maravilla.

-Vengo aquí a menudo, cuando necesito poner mi cabeza en orden, - dijo en voz baja y me puso la chaqueta sobre los hombros.

-También creo, que es un lugar perfecto para tratar el alma.

Vasilyev estaba de pie detrás de mí y podía oler su colonia y sentir su calor, aunque lo más probable, lo que percibía, era porque llevaba su chaqueta. "He estado sin sexo durante casi seis meses, por qué no dejarme relajar y divertirme", - pensé.

Pero por alguna razón el alma no quiso escuchar la mente y me incliné un poco hacia atrás y presioné mi espalda contra su pecho. Él puso sus manos sobre mis hombros y me abrazó con más fuerza. Ahora no solo mi alma lo deseaba, sino también mi cuerpo, me volví hacia él, le miré a los ojos. También brillaban con el fuego del deseo. Parecía que entre nosotros empezaba surgir una extraña magia de atracción mutua. Toda la situación y el ambiente me susurraban: "bésalo". Y lo besé, primera. Dimitri no esperaba tanta presión de mi parte y me soltó. ¡Se acabo! ¡La magia se ha ido! Sentí, que me rechazaban, por primera vez en mi vida. Me sentí completamente frustrada, porque no entendí, que paso. ¿Por qué no siguió?

-Creo que es hora de que los guardias vengan a revisar el coche solitario. - Le dije, devolviéndole su chaqueta.

-Sí, como quieras, lo siento, - dijo, vi que estaba confundido, pero no entendía por qué. ¿Por mi comportamiento, o por el suyo?

Volvimos a casa, y el silencio opresivo llenó todo el coche.

-Lo siento, puedo llamarte mañana, - pidió, para calmar la situación.

-No creo que debas hacerlo, especialmente, tengo una reunión programada para mañana, - dije.

- ¿Y pasado mañana?

- Dimitri, ¿para qué?

-Lo siento, actué como un idiota. No tenía relaciones íntimas con mujeres durante demasiado tiempo, que me olvidé como se hace, - dijo con suspiro.




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