Ceniciento. La historia de un hada.

Capítulo 31. Una conversación franca con Irina. Elvira.

Esta noche me estaba esperando una reunión con mi enemigo número uno. Estaba invitada a cenar en casa de Victoria. Quería lucir impresionante, pero al mismo tiempo no provocativa. ¿Cómo hacerlo? Si mi insustituible Bree estuviera aquí, no me preocuparía por el resultado. Bree era la mejor estilista de MWM y me costó mucho trabajo atraerla hacia mí. Sabía de un vistazo lo que se necesitaba. Y ahora ni siquiera sabía a quién acudir.

Elegir el estilo que se adapte a la ocasión es muy importante. En primer lugar, es necesario encontrar la armonía entre su mundo interior y su apariencia exterior. En mi casa de Las Ángeles yo tenía de sobra esos trajes, pero aquí solo disponía de uno y ya lo usara. No podía repetirlo.

Necesitaba un personal shopper, que me ayudara a encontrar lo más conveniente y también me ahorraría el tiempo significativamente. ¿Puede encontrar rápido y fácilmente exactamente lo que necesita en una amplia gama de tiendas modernas? No. Solo Bree en esta área era como un pez en el agua. Y mi mayor problema fue la falta de tiempo: por la noche tenía que convertirme en reina.

En ese momento sonó el teléfono.

- Elvira, ¿podemos vernos hoy? Realmente necesito tu consejo, - preguntó la chica.

- Lo veo difícil hoy para mí, no lo sé, - al principio quise negarme, pero recordando que Irina está estudiando para ser diseñadora de moda, lo que significaba que debería conocer todas los boutiques de la zona, dije, - también necesito tu ayuda.

- ¿Mía? - la niña no creía en su suerte.

- Sí, tengo una reunión muy importante esta noche, necesito lucir impresionante, pero no sé dónde se puede comprar algo adecuado, - le expliqué.

- ¡Claro! Por supuesto, te ayudaré. Con mucho gusto y alegría, - respondió ella.

- Entonces, en media hora, ¿te recojo? - Le pregunté.

- Sí, estaré lista, - respondió con entusiasmo.

Media hora después, ya estábamos sentados en el coche de Aleksey y conducíamos hasta la primera boutique, que Irina había indicado.

-Entonces, ¿qué consejo necesitabas?- Le pregunté.

- Eso, después, primero compraremos un conjunto, que te quede bien, y luego, nos sentaremos en algún lugar, tomaremos un café y te lo contaré, - me dijo.

Entendí, que preguntaría por su padre, por eso decidió posponer la difícil conversación para más tarde.

Irina resultó ser una buena asesora en ese campo. Dos horas después, puse una bolsa con un precioso mono de color turquesa en el maletero del coche. Era exactamente lo que estaba buscando: brillante, pero no desafiante, y el color turquesa era muy adecuado para mi cabello castaño claro. Irina también me aconsejó una buena peluquera, cerca de cuyo salón entramos a una cafetería para tomar café.

- Gracias Irina, me ayudaste mucho, cuando te gradúes de la academia, te invitaré a mi empresa, para hacer unas prácticas con Bree. Ella es la mejor especialista en este campo.- Agradecí a la niña.- ¿Ahora dime qué te preocupa?

-¿Ni siquiera sé por dónde empezar?- suspiró y yo noté que ella estaba muy nerviosa.

- Bueno, puedes empezar por mi generosa oferta, me reí.- No hablo de eso, aunque estoy muy feliz. Trabajar en tu empresa es mi sueño, pero no sé si podré, - dijo con tristeza.

- Cuéntame sin temor, - dije seriamente y tomé su mano entre la mía. La forma más fácil de confiar en alguien, es sentir la calidez de otra persona.

- ¿Quería preguntar por mi padre? ¿Él te gusta? ¿Cómo un hombre, digo? - Preguntó finalmente.

- Sí, es un hombre muy interesante y muy atractivo, - respondí sin rodeos.

- Entonces, tal vez puedas ayudarle a olvidar a mi madre, - en su voz sentí dolor, como un dolor de muelas tan dolorido, y la forma en que pronunció la palabra "madre", y no dijo "mamá". Entendí mucho.

- Espera, primero tengo que saber qué pasó, - le pregunté, dejándole elegir desde qué lugar y hasta qué punto debería darme la información.

- Bueno, - asintió Irina y comenzó la historia, - Mis padres se casaron, solo porque mi madre se quedó embarazada de mí. Si no fuera por mí, nunca se habría casado con mi padre. Me lo dijo ella misma.

-¿Ella no amó a tu padre desde el principio? - Le pregunté.

- Yo creo que no. Yo tenía diez años, cuando se divorciaron y nunca escuché de ella una sola palabra de amor, ni para mi padre, ni para mí. - La niña suspiró. - Pero mi padre la amaba mucho. Trató de salvar el matrimonio hasta el final. Creo, que solo salió con mi padre, porque era el hijo ilegítimo de Khan, un ladrón en la ley, y pensó, que con su ayuda podría vivir como una reina. Escuché eso, cuando estaba hablando con alguien por teléfono. Solo mi padre se negó a recibir ayuda de su padre. Por eso mi madre nos dejó, diciendo que papá es un perdedor y tonto, que ella no iba a vivir en la pobreza.

-Espera, ¿pero tu padre no es un hombre pobre en absoluto? - Pregunté sorprendida.

- Ahora sí. Porque trabajó muy duro. Apenas lo vi, Valentina estuvo conmigo todo el tiempo, en lugar de mi madre. Y mi madre se estaba divirtiendo y buscaba a un hombre rico. Cuando un día ingresé en el hospital con apendicitis, ella ni siquiera vino a verme, no le importaba si yo moría o, no. Después de eso, mi padre se divorció de ella y me llevó. A ella no le importó. Él le dejó el apartamento de su abuela y nos mudamos a esa casa. No la volví a ver y ya no me importa. Tengo a Valentina, pero mi padre no tiene a nadie. Al principio me venía bien, incluso me alegraba, porque tenía miedo, que él otra vez encontrara otra mujer como mi madre. Y sabes, hay muchas que quieren lucrarse de esfuerzo de los demás. - Ella vaciló,- por eso te recibí tan beligerantemente.

- Nada, de verdad te entiendo, también pasé por una situación similar. - le sonreí tristemente.

-¿También tus padres se separaron?

-No, mi madre murió, cuando tenía doce años y mi padre se casó con otra mujer, que no era la apropiada,-  le confesé.- Sigue.




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